sábado, 5 de diciembre de 2009

EL BARBERO 2ª PARTE. EL DESENLACE.

Por Maruja Montoto

Dice Isabel Mª que de los veranos del Membrillo ya había hablado ella, pero yo no lo leí. Hemos contado prácticamente lo mismo, pero con razón se dice que cada uno habla de la feria según le va en ella ¡Claro! Isabel Mª era una pollita y yo una pelona, además estaba harta de pipas. Aunque yo también guardo un recuerdo muy bonito de todo y de todos.

Todavía no sabéis qué pasó con mi cogote. Os lo cuento y zanjamos el tema, que como se entere el barbero nos va a denunciar SGAE.

El asunto del barbero
traería más de un problema,
se presentaba un dilema:
¿Quién tenía la razón?
¿Su mamaita o la nena?

“¡Pero mamá! ¿No me ves?
¿Se puede quedar así
una niña que le gusta
vacilar y presumir?”

“Anda niña, so pegosa,
si estás guapa con cualquier cosa.”
“Eso sí que no, mamá
que me han dejado fatal.”

La niña estaba amargada, La madre se está cansando.
“Mira que la niña esta… todos los días con lo mismo”
Anda que estar todo el verano con el mismo sinapismo.
Pero niña si estás mona, más fresquita y más graciosa,
¿Por qué no te aguantas ya?”

“Ay mamá, después de ver to mi pelo por el suelo
yo no me puedo aguantar,
es que no tengo consuelo.
Ya sé que a ti no te importa, pero
¿tú cómo puedes pensar
que a mí me gusta bailar
el Torero cha cha cha
con esta cara de idiota?”

“Anda ya ¿te castigo? Cállate ya,
no me hagas más reproches,
y aunque cuesta abajo arranque
hoy no vienes en el coche”

La niña ya se dio cuenta
que no había nada de hacer,
¿para qué protestar más?
Su solución: esperar.

Y después de poco tiempo
el pelito le creció
y el cogote se tapó.

Todo tiene solución,
y desde muy chiquitita
comprendió mejor que nadie
lo que le pasó a Sansón.

Y yo me pregunto a día de hoy:
¿Sería aquel angelito la niña de Rajoy?

6 comentarios:

  1. He pasado todo el puente estudiando a Freud y no he encontrado nada para el síndrome CPL (Cogote Pelado Loreño).¿No hay nadie por ahí que pueda ayudar a mi hermana a superar su trauma?

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. En vista de que Santiago ha pedido ayuda para que olvide mi trauma a continuación os cuento TODO lo que faltaba…
    Alguno de vosotros os preguntaréis
    ¿y el papá de la niña
    por quién tomó postura?
    Pues mira, si te digo
    si te digo que por ninguna…
    Escucha que te cuento
    lo que pasó.

    El padre no sabía a cual defender,
    es más, preferiría no interceder.

    Si opta por la niña
    se enfada su mujer
    ¡con lo fiera que es!
    el tema “la imprudencia…”
    no le valdría esta vez.

    A córdoba se fue
    y si para el litigio
    necesitaban un juez
    que le pidan ayuda
    al Tío Rafael.

    Ahora voy a decirte yo
    mi opinión
    pues pienso que a niña
    tendría más razón.

    Algunas madres son
    con los chiquillos…
    no solo fue un pasote
    lo del cogote
    pues hay que ver también
    el dichoso barbero
    como dejó el flequillo…

    ResponderEliminar
  5. Santiago, si te das cuenta,tu querida hermana va superando el trauma, aflorando lo que más le escocía, que no era el cogote sino el flequillo que lucía.
    Los que te conocemos Maruja
    no entendemos como lograstes
    no darle al barbero en los "h...os"
    cuando del sillón te bajastes
    porque si el cogote no veías en el espejo, el flequillo ¡ay Dios mío!
    el flequillo tu cabeza presidía
    y ahora comprendo tu afan de mantener tu peinado sólo con tus habilidosas manos.
    Manual del flequillo podrías completar con tu experiencia y pasar a la posteridad
    debido a la malajá de un barbero
    como la mejor del mundo entero.
    Tu prima que te quiere y admira.

    ResponderEliminar
  6. Fué un caso de mala suerte.
    ¡Qué fuerte, qué fuerte qué fuerte!
    Ya pudo coger el barbero
    a las niñas de Zapatero.

    ResponderEliminar