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miércoles, 12 de junio de 2013

OTRA GENIALIDAD

Ayer tuvimos la suerte de poder celebrar de nuevo otro cumpleaños de Doña Isabel Montoto de Flores. Con motivo del mismo nos reunimos unos cuantos de sus hijos, nueras, yerno, sobrinos y nietos, y... ¡Por supuesto! Su queridísima hermana María Dolores Montoto de Flores. La edad cumplida por la susodicha no la diré, sería una falta grave y una profanación a lo más sagrado en la mujer, lo más delicado e íntimo, ¡Los años cumplidos por ellas! Esto siempre será un auténtico misterio, y la verdad es que hay casos sobre esto de la edad de las mujeres llenos de auténticas dudas, aparte de ser hasta famosos, véase la popular y querida Lola Flores, la no menos archiconocida y recientemente fallecida Sara Montiel (DEP), incluso una graciosa forma de decir que eres más viejo que Matusalén... "Tienes más kilómetros que el baúl de La Piquer". Pues, con todo lo visto y vivido sobre los casos y misterios de la edad de la mujer, no seré yo quien lo desvele aquí, no seré yo quien se meta en "camisa de once varas", pero vamos, ni en éste, ni en ningún otro caso, quiero conservar mi cabellera sobre mi cabeza.
Bueno, fue una pequeña reunión, pasar un rato agradable en familia, aunque no pudieron estar todos sus hijos, como hubiera o hubiese sido lo deseable. De todas formas intentaremos reunirnos de nuevo el máximo número posible de hermanos allá en Vejer, en Setefilla, su particular... Setefilla.
Ahora quiero haceros llegar esa genialidad a la que hago referencia en el título de dicho escrito, la que os transcribo a continuación tal cual llegó a mis manos, escrita de puño y letra por nuestra queridísima tía María Dolores Montoto de Flores (Tote para todos) para su hermana, eso sí, con todo su cariño, esto vaya por delante, el cariño de hermana, es el cariño verdadero.

                                      - MANDA MÁS QUE UN GENERAL
                                         Y AL ALCALDE Y AL MINISTRO
                                         SE LAS TIENE SENTECIÁ
                                      - ELLA ES TERRATENIENTE
                                        Y EN LA FACHÁ DE SU CASA
                                         LE HAN PUESTO UN BONITO PUENTE
                                      - SU PROFESIÓN PREFERIDA
                                        COLOCAR FOTOS Y CARTELES 
                                         PARA QUE EL PUEBLO SE ENTERE
                                      - TIENE TORRE EN SU PUEBLO
                                         TAMBIÉN TIENE UNA ESCALERA
                                         QUE EL QUE LA PISE "SE ENTERA"
                                       - HOY TODOS EN SU CUMPLEAÑOS
                                          SE LO DESEAMOS FELIZ
                                          Y QUE SIGA MUCHOS AÑOS
                                          CONTRATANDO UN ALBAÑIL
                                        - QUE CONTINÚES EN EL PALMAR
                                           PONIENDO Y QUITANDO REJAS
                                           YA QUE ESO LE DA VIDA
                                           Y ASÍ LA VEMOS CONTENTA
                                           CUANDO PISAS SETEFILLA
Publicado por Jesús CM en 18:02 Etiquetas: HOMENAJE, JESÚS CM
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martes, 4 de junio de 2013

CRISTO VUELVE AL CONVENTO



CRISTO VUELVE AL CONVENTO




... Al retirarnos nos parecía que el patio -pequeño para huerto y para jardín pobre- estaba iluminado de una claridad desusada.

El convento de Religiosas Mercedarias de Lora del Río fue objeto del asalto de las turbas. Nada quedó a salvo de el, ni en la iglesia que con tanto primor cuidaban las madres. Ni un altar, ni una imagen.

En estas condiciones, cuando pasó la turbonada hubieron de reintegrarse a su convento las sencillas religiosas. Y con buena voluntad, en lucha con la pobreza, comenzaron a decorar su desmantelado templo.

Los retablos fueron sustituidos por pinturas murales simulando altares con mas buena voluntad que feliz exito.

Las imagenes fueron surgiendo en forma de cuadros modestísimos primero, de pequeñas estatuitas después, esas imagenes baratas que venden en las librerías religiosas y que suelen ser mas llamativas que bellas.

Todo limpio, todo cuidado, pero todo pequeño y pobre, hasta los floreritos de cristal, comprados a dita por las buenas madres, Dios y ellas saben a costa de cuantas privaciones.

La alegre iglesia daba la sensación de una de esas casitas de muñecas encanto de las niñas ricas y ... Por obra de la revolución, también de las monjitas pobres.

Así estaba la iglesia del convento de Lora. Un rebose de ingenuidad y de pobreza como solo se dan en esas monjas de pueblo que estan tan lejos del mundo como cerca de Dios.

Una felíz casualidad, mejor dicho una providencial circunstancia hizo que la imagen del Señor, destinanada a otro templo mas rico, viniese por rodeos que solo Dios prepara al templo conventual.

Por obra de un pequeño accidente, era el filo de la madianoche cuando el camión en el que llevabamos la notable talla del Stsmo. Cristo paraba ante las puertas del convento.

Iba la imagen desclavada para así con mas facilidad transportarla. Tres hombres tomamos en peso al Señor y con tal dulce carga, entramos en el convento a fin de que las madres le contemplen y adoren hasta el día siguiente que será colocado en el altar.

La ocasión, el lugar y la hora impregnaban la escena de dulzura y hacian vibrar la fe con mas intensidad que nunca, a la vez que el amor a Dios se sentía mas fuerte al par que mas suave, gustando de una inexplicable delicia, como si el Santo Cristo no fuese un simulacro sino El mismo en persona, y como si aquellas dulces monjitas fuesen las santas mujeres de Jerusalen que creyerón en El y que a El amaron con singular ternura.

En la puerta de Regla aguardan las religiosas; la Comendadora con voz conmovida dice: "Bienvenido sea el Señor a su casa", mientras nosotros, precedidos por una monjita y seguidos de las demás, avanzamos por un claustro pobrísimo, humildísimo, pero blanco, con la blancura que la cal tiene en Andalucía y que es la mas limpia expresión de la blancura.

Macetas de geranios junto a las pilastras y un patio que para ser huerto y para ser jardin es muy pobrecito. Es ese patio que solo se ve en las casas humildes andaluzas.

Y llegamos al coro bajo en donde unos almahadones serviran de sosten a la cabeza del Señor que abre sus brazos con ansias de estrechar a los hombres.

Las monjitas se agolpan en derredor con sus habitos blancos, como una bandada de palomas. Todas dicen cosas ingenuas en que el amor a El se manifiesta. Quien de ellas se arrodilla, quien se inclina afanosa. Todas sienten ansias de contemplar al Amado. Ya tienen una imagen. Ya su iglesia pobre no tendrá solo cuadros y estatuitas baratas. Ya cuando recen tendran una bella figura del Redentor a la que dirigir sus ojos anhelantes.

Uno de nosotros separa los paños que ocultan al Señor y queda al descubierto la bellísima talla. Jamás sentimos emoción semejante a la experimentada en aquellos momentos.

Las monjitas todas a la vez hablan; todas diferentes y todas lo mismo, porque cada una dice un requiebro al Amado, una jaculatoria, una oración, distintos en la forma pero identicos en el significado.
-¡Que hermoso es!... ¡Si es de tamaño natural!... ¡Mire que ojos tan lindos!... ¡Y se le ve la lengua! ¡Y los dientes!..¡Que encanto!... ¡Mire Madre... Las llagas!-
Arrodilladas, inclinadas en derredor del Cristo las voces de las monjas semejan gorjeos de pajaros, arpegios de gloria, susurro cariñoso. Y allí es el besar de los divinos pies transidos, las manos sangrantes. Algunas expresan lo intimo de su gozo con palabras en tanto que allí en un ricón del coro llora una madre cuyo corazón se quiebra en divinos transportes de afectos nobilísimos o acaso recordando lo que la revolución les hizo padecer.

Nosotros que no habíamos soñado estar en este mundo entre los ángeles, comtemplamos arrobados la dulcísima escena de la que nos juzgamos indignos espectadores, y salimos en silencio de la mansión de paz dejando a las monjitas cantar sus amores, exponer sus cuitas y adorar afanosa al Santo Cristo que yace en el centro del coro, los brazos extendidos y la mirada al cielo, como pidiendo al Padre Celestial piedad para los hombres en tanto que las virgenes esposas le adoran con amor.

Y allí quedó el Señor aquella noche y allá quedaron ellas. Jamás en el convento se había recibido un huesped como aquel.

Acaso fue por eso por lo que al retirarnos nos parecía que el patio -pequeño para huerto y para jardin pobre- estaba iluminado de una claridad desusada.

No sabemos si aquello fue preocupación nuestra o realidad. Solo Dios y las monjitas saben lo que fue y fue la noche memorable en que Cristo volvió al convento de Lora.

                                                                    José Montoto

Publicado por Jesús CM en 18:29 Etiquetas: JESÚS CM, PAJARITAS DE PAPEL
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jueves, 23 de mayo de 2013

EL DERECHO INFANTIL

Prometió Don Perfecto que nos hablaría sobre el "Derecho Infantil". Don Perfecto es un hombre de palabra, y como tal, cumple. Reza el dicho "lo prometido es deuda". Se endeudó Don Perfecto con sus lectores, siendo plena nuestra confianza en el contrayente de la deuda, sabíamos que no fallaría. No se ha dilatado mucho en el tiempo, hace gala de ser fiel y gran cumplidor en los compromisos contraidos. Aquí tengo el placer de presentaros su "ensayo" sobre el mismo. Depositó Don Perfecto su confianza en mí para tales efectos, a modo de publicación y divulgación del mismo, y yo, tampoco podía fallarle, más que nada, porque no me gustaría tener litigio alguno con Don Perfecto, por lo implacable en administrar justicia. Justo en sus sentencias és Don Perfecto, pero... Duro al aplicar las costas, caras, dolorosas e incomodas son las mismas, sobre todo a la hora de sentarse.

Don perfecto tiene toda mi admiración y devoción, es por ello que procuraré que en esas cortas y amenas charlas en las que me sumerjo con el de vez en cuando, tarde o temprano vean la luz. Sus "Pajaritas" volarán de nuevo por estos cielos de Los Montoto, así podréis comprobar la genialidad de Don Perfecto, aunque creo que esto ya lo sabéis de sobras, no hace falta que un servidor haga de abanderado de la Genialidad de Don Perfecto. Bueno no os entreténgo más, pasamos a la lectura del "ensayo".

                                       
EL DERECHO INFANTIL

Prometí a mis lectores un "ensayo" sobre el mundo jurídico de los niños y hoy quiero acometer tan ardua empresa. Veremos cómo sale mi empeño.

Partiendo de la base de que el niño carece de patrimonio, se comprende que todos los preceptos de su Código propio vengan a regular los diferentes modos de adquirir la propiedad. Está en primer lugar la ocupación de las cosas vacantes y sin dueño, de lo que "ya no sirve": el prospecto de lindos colorines arrojado a la papelera, el envase vacío de cigarrillos rubios, la cajita de pildoras que ya se consumieron... Todo esto que es del primero que lo coge.

El primero en el tiempo es el mejor en el derecho, "prior tempore potior jure". Aplicado a los niños el principio reviste la mayor importancia. Está escrito en su Código y todos se doblegan a la norma. Por eso, sí "papá" monta un columpio en el jardín o si compra un juguete que hayan de disfrutar uno tras otro, los niños establecen el orden prelativo: ¡"Prime"!-grita el mas vivo-, ¡"Segun"!... ¡"Terce"!...-proclaman los demás- Y nadie se rebela por mal que haya logrado clasificarse.

Desusada importancia tiene la donación entre los niños. De ella se va integrando su patrimonio. Lo donado comienza en la peseta (los niños ya no piden perras chicas) y llega hasta el billete de diez o veinte duros en contadas y solemnes ocasiones.

Ya el niño es propietario. Ya está capacitado para adquirir por título oneroso. Y ahora viene lo malo, pues la regulación más deficiente del Códogo Infantil es la de estos contratos entre los que se encuentra la permuta, por el que sienten grande inclinación. No es sólo que se cambie una estampíta por una estilográfica que vale mucho más. Es que incluso se llegan a permutar cinco monedas de diez céntimos por una de peseta y aún piensa el que la entrega que el negocio es redondo para él.

El Código Infantil es muy severo cuando, en vez de adquirir, se trata de perder lo ya adquirido. Es curioso en extremo observar que en las Leyes de los hombres pueden ser revocadas las donaciones por diferentes causas. El Derecho Infantil no lo permite: "lo que se da no se quita" -prescribe a rajatabla-. Y hasta incluye un precepto de caracter penal; "El que da y quita va a la piedra maldita", ¡Cási nada!...

Tampoco está aceptada entre los niños la expropiación forzosa por causa de utilidad pública. Si el padrino le ha dado veinte duros el día de su primera Comunión, el niño se rebela ante la idea de que mamá quiera "guardárselos". Un instinto certero le previene de que mamá, a pretexto de impedirle por razones de pública utilidad el comprar cien pesetas de "palo dú", lo que busca es gastar ese dinero en un "jersey" de punto o en un par de zapatos. Y para este supuesto el Código Infantil un artículo que dice bien claro que "mamá es una fresca".

Bien quisiera estudiar otras cuestiones, mas no es posible que me extienda tanto.

De lo dicho hasta aquí pudiera deducirse que el Código Infantil está impregnado de una tendencia egoísta. Y así es en muchos puntos. Pero todo lo indulta la institución jurídica de "el más chico", o sea, del más inerme, del más débil, la cual falta en las leyes de los hombres. Muchas cosas se dan al Benjamín porque es el Benjamín y no por otra causa. Los mayores consienten aunque esto vaya en contra de sus derechos. Y consienten gustosos, con amable sonrisa y con dulce ternura...

Y esto es lo más bonito de Código Infantil y lo que lo coloca por encima de Código que rige a los mayores.

                                                                     José Montoto De Flores    
Publicado por Jesús CM en 17:22 Etiquetas: PAJARITAS DE PAPEL
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miércoles, 22 de mayo de 2013

LOS PLEITOS DE LA CASA

¡Genial! No lo puedo decir de otra forma, y mirad que hay calificativos de sobra, pero la forma de hablar y contar de esta familia y en especial de Don José Montoto González De La Hoyuela, Don José y Don Rafael Montoto De Flores, no tiene para mi otro que este. ¡Sencillamente... GENIALES!

Tengo mi casa convertida en una gran jaula, donde las "Pajaritas" viven en total libertad. Bueno, tampoco debería haber dicho esto, porque incierto es que vivan en total libertad, más si les pertenece toda la superficie de la casa en lo que a espacio habitable se pueda uno referir, rondan a sus anchas por cualquier rincón de la misma, revoletean de acá para allá a su libre albedrío con el permiso de mi querida señora y de este que subscribe, pues se posan en cualquier sitio donde yo pueda pasar un rato en su agradable compañia. Las hay en la mesíta de noche (dos, a veces tres tomos), en el salón, encima de la mesa, en el mueble de la televisión, en un sillón, en este otro, en la mesita a la vera de ese sillón donde está la lampara que ilumina su lectura a falta de luz natural, en la otra mesita que se encuentra al otro lado del sofá, en este mismo, en el cuarto de lectura donde está su jaulón principal de madera y cristal, en la cocina, incluso en la oficina donde trabajo y paso algunas horas en las que puedo escaparme con ellas en sus cortos pero interesantes y amenos vuelos, cualquier sitio es bueno para posarlas. En fín, que de vez en cuando tengo que llamarlas al orden para que vuelvan a su jaulón y no me riña mi señora esposa. Tampoco es total la libertad en lo que a volar de nuevo se refiere, en ello sólo rige la elección de este que os las presenta,  por su carga emocional, por su humor sano y cordial... ¡En definitiva! Por su Genialidad. No sé si acierto en este cometido, espero que sí, y sobre todo, que os gusten tanto cómo a mí.

Dos "Pajaritas" me revolotean y picotean, osadas ellas, más osado yo, me piden volver a surcar el cielo, me convencen de ello, les doy la libertad deseada de hacerlo para vuestro gozo y entrenimeiento. Me han transportado a casa de Don Perfecto. Gran tipo me parece este Don perfecto, ya lo creo. Don Perfecto puede ser el dueño y señor de cualquier casa, puede ser en casa del vecino, en la de amigo, en la tuya, en la de un hermano, primo, sobrino... Personalmente, a mi juicio (nunca mejor dicho) me ha llevado a Santa Marina y me he sentado en su despacho a presenciar dicha escena, pero como digo, puede ser cualquiera casa. Puedo decir también del mismo modo que he sido condenado en litigio exacto al que nos presenta y falla Don Perfecto, de igual manera que lo fué en este caso uno de los litigantes, y al mismo tiempo decir ¿Quien de vosotros no ha sido, no ha podido ser sentenciado, ajusticiado, de la misma forma y manera por litigio igual o parecido? Me sale una sonrisa de picarón al escribir esto, que no os podeis imaginar.



LOS PLEITOS DE LA CASA

La puerta del despacho se ha abierto desde fuera. Don Perfecto levanta la mirada, enarcando las cejas. Don Perfecto es abogado en ejercicio. Precisamente se halla estudiando unos autos voluminosos para hacer el escrito de conclusiones. Ante la interrupción que se le impone, hace un mohín de impaciencia y fatiga.

Ante él, ante su mesa, se encuentran sus dos hijos en edad escolar. Vienen a someterle sus discordias. La pendencia ha empezado en el cuarto de estar. "Mamá" ya la ha fallado, pero el vencido en la concordia, no conforme con dicha resolución, ha apelado a "Papá", con el gesto resuelto y desesperado de quien lleva el asunto al Supremo.

Lo malo es que "Papá" no está de humor ni tiene tiempo para perderlo en esta niñerías. En un primer instante piensa encararse con los litigantes y conminarles a que salgan del despacho. Pensándolo mejor, se decide a escucharles. Mas su aspecto ceñudo y el nervioso tamborileo de sus dedos sobre la tapa de la mesa, presagian a las claras que habrá condena en costas para el vencido. Después aclararemos el concepto.

La cuestión es sencilla: se discute la propiedad de una bonita goma de borrar. "Es mía" -dice el actor- "Él me la dió" -contesta el demandado- "Prestada nada más" -se puntualiza en trámite de réplica- "¡Mentira!... ¡Regalada!... Lo que se dá no se quita".

Como se ve, la dúplica no es manca. Ha sonado un principio de Derecho Infantil que tiene universal aceptación entre todos los niños del planeta. (Otro día os hablaré del Derecho Infantil y de su Código).

Don Perfecto hace alguna pregunta para mejor proveer. Al cabo se levanta, pide la goma de borrar al chico, se la entrega al mayor y volviendo su atención al pequeño le propina un par de azotes en el lugar preciso donde el pantalón está algo deslucido del roce del pupitre. Es la condena en costas que ya se presentía.

Renacida la calma. Don Perfecto retorna a su trabajo. Pero ha perdido el hilo de su razonamiento. Y sin querer le sigue dando vueltas en el magín al pleito de la goma de borrar.

Desde luego que el chico carecía de razón. Pero ¡Qué listo y despejado es! ¡Qué oportuno en sus dichos y en sus alegaciones! ¡Qué picardía la suya! ¡Qué brillo el de sus ojos y qué carmín más vivo el de sus mejillas tersas mientras habla en apoyo de su tesis!... Don Perfecto concluye por sonreír a solas. Le place que este niño sea tan buen abogado. Le enternece pensar que algún día llegue a serlo. También siente orgullo de que los hijos vengan a buscarle como a juez que no puede equivocarse. Tal vez sea éste el atributo más noble y elevado de la paternidad.

Don Perfecto concluye por sacar una goma de borrar de cajón de su mesa de despacho. Va en busca de sus hijos y se la entrega al que carece de ella.

Después vuelve de nuevo a su trabajo. Atrás queda "Mamá" diciéndole a los niños que así están de mimados, que "la culpa la tiene vuestro padre" y que si tal y que si cual... Pero este nuevo pleito lo esquiva Don Perfecto con una chirigota.

                                                                      José Montoto De Flores


Publicado por Jesús CM en 18:26 Etiquetas: PAJARITAS DE PAPEL
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JOVEN ABUELA

¡Quizás sea fruto de la casualidad! Digo, quizás. Tan solo quizás, porque algo tiene que tener de casualidad. El que hace unos pocos días me dirija a la librería donde tengo los cerca de veinte tomos de "Pajaritas" escritas de puño y letra por D. José Montoto y González de la Hoyuela, y de entre todos ellos elija uno al azar, y de entre las cientos de ellas que contiene cada tomo, sea la casualidad la que me haga abrirlo por la página en la que está escrita ésta, que el azar me lleve de forma casual hasta la que hoy quiero publicar. Que la casualidad me conduzca a leer lo que en un breve recordatorio hacia su persona dejó dicho de "Ella" D. José, en "Pajarita" dedicada a una nieta -"octava de la serie"- de nuestra queridísima ¿Falsa abuela? Que tristemente, hace poco más de un año nos dejó a todos con el corazón roto, cuando esta "Ley de Vida" llevó a cabo su veredicto final. Injusta "Ley" se nos antojaba, y aún se nos antoja a todos porque nos arrebataba a un ser querido, un maravilloso ser lleno de verdad y de bondad, aunque he de decir y se hace valer aquí nuestra firme creencia en Dios, que, debido a una vida de entrega incondicional hacia los demás, demostrando con creces la valía de su corazón, sólo se apagaría su luz en lo terrenal, para abrirle de par en par, las puertas en lo Celestial. Dejé por momentos este pequeño recordatorio porque me embargó la tristeza. Hoy lo vuelvo a retomar, aunque hoy no tiene, ni es la casualidad, ni el azar del día en que lo empezé, pero había que terminar de escribirlo. Por Ella, por su memoria. Por tí, querida "Madrecita".

MARIA JOSÉ

Se ha ido Maria José. Maria José, a quien tú no conoces, es una chiquitina de dos años, de alegrísima cara, de gesto picarillo, pelo rubio tostado, sonrisa clara, y ojos muy parlanchines y expresivos. Ojos he dicho, y me he extendido un poco; parlanchín y expresivo sólo es uno; el otro, nada dice ni habla nada. Porque Maria José llegó a la vida con una catarata.

Maria José llevaba ahora tres meses alegrando mi casa; porque te hago saber que es nieta mía, con el número octavo de la serie. Maria José, como todos mis nietos, tiene una abuela joven, que a falta de la abuela verdadera, hay quien, con pocos años, aprendió a hacer de madre y aprendió a hacer de abuela con primor. Y allá va la chiquilla con sus padres y con la falsa abuela (falsa en el parentesco; en amor y en extremos, verdadera), allá va a Barcelona a la consulta de un notable doctor.

Sorda quedó la casa, como suele decirse; falta la animación que ponían en ella la risa y la inquietud de la chiquilla, y reina, en cambio, la preocupación. ¿Volverá remediada de su mal? Lo espero así, lector. Lo espero, porque de despedida ha ido María José a la Catedral para ver a la Virgen, y, aun cuando ella no reza, han rezado por ella ante la Virgen, y ante la sepultura de aquel inolvidable Cardenal al que, por ser el fundador de este diario lo invoco y considero mi padre y protector.

Todo esto te lo cuento a ti, lector -y a ti tambén, lectora, de manera especial- para que encomendéis a Dios el caso de esta niña. Yo, para mi, quizas no pediría. Pero es María José la que precisa; es ella la aquejada por el mal. Y tú, que te has unido a mi con amistad, ¿qué mejor prueba de ella puedes darme que ésta que hoy te demando?

Haga el cielo, lector, que al regresar la niña yo puede describírtela con toda propiedad; y al contar que sus ojos son vivos y graciosos, expresivos, rientes y habladores, no tenga que añadir, como hoy lo hago con pena, que es sólo uno de ellos el que habla, mientras el otro calla y nada dice, porque aún no ha conocido la alegría de la luz.
                                                                                                                                                                                      José Montoto
Publicado por Jesús CM en 8:49 Etiquetas: PAJARITAS DE PAPEL
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miércoles, 9 de enero de 2013

¿A QUIEN LE TOCA?

Cambio de tercio (taurinamente hablando) giro total y completo en el rumbo de los escritos del presente aficionado a los mismos. No quiero que me encasilléis en la melancolía, en la tristeza, en la emotividad, en lo sentimental. Lo soy, sé que lo soy, pero al mismo tiempo y en cuestión de segundos cambio radicalmente mi estado de ánimo y me sale el ruiseñor que llevo dentro. La sonrisa, la alegría, el humor por el cual también me caracterizo sale a flote. Busco y rebusco, encuentro, ya lo creo que lo encuentro, porque abuelo también es portador del mismo buen humor, ¿De qué, si no, lo tengo yo?


¡Dos “Pajaritas” dos! Situaciones en las que nos podemos ver reflejados fielmente cualquiera de nosotros. ¿Quién no se ha convidado en un momento dado con unos cuantos amigos? ¿Quien no se ha visto en esa situación en un bar cualquiera, en compañía de amigos o familiares, ya no sea tomando unos chatos, si, unas cervezas? ¡Por ejemplo! ¡Y ya puestos, que venga lo que sea! Yo doy fe de ello y os digo que me ha pasado unas cuantas veces, esto de “la convidá” es tan cierto, como cierto és, qué ni es convidá, ni es ná. Simpáticamente hablando ¡Borrachines todos! Con la menor excusa ya estamos dispuestos a ello. ¿Alguien puede decir que no?

La siguiente situación tampoco es incierta, ni se queda manco el señor al que le tocó pagar en el “escote” aquel, al decir y opinar sobre lo injusto del mismo. A la hora de comer bien injusto es pagar a escote aquel que come cómo un pajarito. Yo me conozco a unos cuantos que con “tres pollos, seis chuletas, diez salmonetes y una tarta” no sólo comen, sino que se meriendan, cenan, se desayunan otra vez con la tarta y posiblemente puedan comer de nuevo al día siguiente, asegurando además, que vuelven a merendar de nuevo tarta. ¡No, no exagero! Estos son los auténticos sufridores de los “escotes” y de estos, entre los Montoto hay más que pocos, hay un buen puñado de ellos, un montón grande diría yo.

Queridas/os Montoto: ¡Alejaros de los escotes, que son muy peligrosos! Ya no, por los dineros que os puedan costar, que serán bastantes, porque en los tiempos que corren, el buen yantar, sale por un ojo de la cara y parte del otro, y no quiero decir que nosotros seamos enemigos del buen comer, pero si somos (algunos, no todos) amigos de los pajaritos, que con un poco de alpiste, pero del bueno, y alguna que otra cerveza o copa de buen vino (esto, seguro que en más cantidad, pero tampoco todos) nos damos por satisfechos y contentos.

Bueno no me estiro más en la parrafada de hoy. Espero que os sea, u os sirva de entretenimiento y agradable lectura estas dos “Pajaritas” que vuelven a revolotear por esta, nuestra casa. A mí me parecen muy simpáticas y amenas para pasar un ratito, y para que veáis que abuelo era portador de ese buen humor, tanto como de las otras cualidades que ya todos le conocemos.



LA “CONVIDÁ”

La convidá es una que no es; y no es porque, con pujos y apariencias de dádiva y de obsequio, se queda en egoísta degustación que nadie nos paga, que a nadie pagamos y que termina en que cada cual pague aquello que se bebe.

Porque es que los extremos se tocan, y por ello se tocan el pródigo y el cicatero como primos hermanos. La convidá comienza con jactancia fanfarrona: el que convida hace sonar las palmas para que venga el camarero, y llegado éste dice: “Tráeme un chato de vino y aquí a los señores lo que quieran”. Los señores entonces suelen pedir otro chato cada uno. Se habla, se bebe, se caldea el ambiente, y otro señor se anima y convida a su vez. Entonces se va acalorando aquello; se discute de toros, de labores de campo, se le da un repasito al vecindario y otra vez se hacen palmas y un tercero que pide la tercera convidá. Y luego convida el cuarto, y luego el quinto, y así hasta terminar toda la reunión por pagar una ronda.

Resultado: que si cuatro o seis chatos te has bebido, pagaste cuatro o seis; y que no habéis convidado sino al tabernero, que hizo su agosto con estos convidadores de guardarropía. Por eso yo aconsejo a todo el mundo que vea con quién se junta: que si sólo resiste cuatro chatos busque reuniones en las que haya cuatro; que si puede con más, busque reuniones en las que haya más gente. Pero que si tiene poco dinero o aguanta poco vino, huya de las reuniones numerosas, con las que gastarás lo que no puedes y te habrás de beber lo que no resistes.

¡Bueno está con la convidá! A nadie le agradezcas tal obsequio. Cuando estéis seis amigos y uno toque las palmas, ya lo sabes: te beberás seis chatos y pagarás los seis. Y luego, todavía al salir, no faltará quien diga: “Nos reunimos Fulano y Zutanito y nos estuvimos convidando”. Conque convidando, ¿eh? Lo que sois es unos borrachones que buscáis ese truco del convite para tener pretexto de beber un chato y otro chato, y otro chato. El borracho solitario es mucho más honrado y más sincero que los convidadores. Porque una convidá, lo que se llama una convidá… ¡Vamos que yo no he visto todavía una convidá, convidá de verdad, lo que se dice una convidá como Dios manda!

JOSE MONTOTO

¿A ESCOTE?

Lo de que a escote no hay nada caro, es según nada más. Puede ser caro, si lo escotado es cosa de gran precio. En este caso, aun dividido el gasto honestamente, nos sale por un ojo de la cara. Pero hay otra manera de que el escote no resulte barato ni muchísimo menos: cuando no son homogéneos los sumandos. Vamos a ver: si un día sumas tú tres pollos, seis chuletas, diez salmonetes y una tarta, ¿qué puede resultar sino un gran disparate? Pues eso, pero además dañoso para la integridad de su bolsillo, era lo que a un señor le ocurrió cierto día.

Unos cuantos amigos van un día a comer. Eso es muy agradable: esas reuniones de hombres que bien se quieren, que disfrutan de un envidiable humor y que gustan pasar unas horas felices, son reuniones muy gratas que, además, son propicias a estrechar esos lazos de amistad.

Comer es un placer. Ya un refrán sentenció que a buen hambre no hay pan duro. Cuando el hambre no es buena, cuando se queda sólo en regular, ya no pasa el pan duro; ya lo quiere que sea tiernecito. Y cuando el hambre es mala, entonces no transige sino con los manjares delicados que son los de más precio.

Comer, como decía, es un placer. Tan es de esa manera que ya ves lo que pasa: en cuanto estás alegre lo quieres festejar llenando el buche. ¿Qué es día de cumpleaños? Pues convite. ¿Qué es día del santo? Pues guateque. ¿Te pidieron la novia? Pues un lunch. ¿Te casas tú, o se casa Fulanito? Pues el consabido refresco, que mejor que refresco es una cuchipanda. ¿Ganó la oposición el hijo o el amigo? ¡Pues hay que celebrarlo! ¿Cómo? ¿Cómo quieres que sea sino comiendo?

Pero he perdido el hilo de lo que iba contando. Decía que unos amigos se fueron a comer. Cuando esto ocurre, ya se sabe qué pasa: unos son muy tragones, y otros muy circunspectos y mirados y de poco comer. Y llega el camarero, trae la lista, y pide cada cual lo que más le apetece. Hay quien pide tres platos de los caros y postre de cocina, y hay quien, como un señor que yo conozco, apenas pide nada. El hombre desganado, ¿Qué ha de pedir sino una cosa leve? A mí, tráigame usted, le dice al camarero, una tortilla a la francesa y un pero de postre. ¿Nada más?, le pregunta el camarero. Nada más, dice él.

Conque comen en amigable charla, bromean, se pasa el rato, y ¡A ver!: la cuenta. Comienza el camarero a formularla y es un lío tanta cuenta diferente. Entonces dice uno: Díganos el total. Y una vez conocido, resuelve: “Tantas pesetas entre tantos, total, cabemos a cuanto. Así, a escote, es mejor y menos complicado”.

Resultado final, que aquel pobre señor de la tortilla pagó por ella como si hubiera comido lenguas de ruiseñor.

Al llegar a este punto del relato, se lamentaba el hombre y me decía: ¿No piensa usted que eso ha sido un abuso? ¿Usted lo encuentra justo?

Pues no sé qué decirle, respondí. Le han aplicado la teoría en que se inspiran todas las estadísticas: “Yo me he comido un pollo, tú ninguno… según las estadísticas eso significa que tocamos a medio pollo cada uno”.

¿Pero cómo “tocamos”, si yo ni lo toqué ni lo probé?

Y es lo que él añadía con razón sobradísima: Que no me hablen a mí jamás de escotes. En cuestión de comidas, desde ahora las prefiero, ¡Con abrigo y bufanda!

JOSE MONTOTO

Publicado por Jesús CM en 18:00 Etiquetas: PAJARITAS DE PAPEL
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martes, 8 de enero de 2013

EN TU MEMORIA "PEPA"

Si un corazón es grande y bondadoso, si un alma es cándida, dulce, amable, noble, entregada, cariñosa… Ese y esa, son los de “Pepa”. Me faltan adjetivos calificativos para describir a “Pepa” pero nunca jamás me faltaron sus besos, sus abrazos, sus caricias, sus carantoñas, sus consejos… En definitiva, su “AMOR” en mayúsculas, como mayúsculo es mi amor por ella, mi respeto y mi recuerdo. ¡Gracias “Pepa” por haber cuidado de tus “Niñas” de tus “Niños” y de todos nosotros! ¡Gracias “Pepa” por haber entregado tu vida a esta, tu Familia! ¡No solo es que hayas servido! Es, que has sido imprescindible, insustituible, inigualable… ¡Inolvidable! Si supiera, si tuviera que describirte “Pepa” diría… Te Quiero Abuela. De otra forma no podría.

LOS “MILAGROS” DE PEPA

Aunque es otro su nombre la llamaremos Pepa para evitar sacarla a pública vergüenza. Pepa tiene dos cualidades en altísimo grado. Pepa es buena y es simple. Su bondad es sin trampa ni cartón. Rezadora y devota, ha puesto sus amores en Nuestra Señora de las Tres Ave Marías que se venera en la capillita de San José, y en la insigne Sor Ángela. Cuantos problemas surgen en la casa en que presta sus servicios los encomienda al Cielo por estas medianeras.

“Niño –le dice al que ella se figura que está en lance apurado- Yo ya se lo he pedido a las Tres Ave Marías”. O “yo ya he ido a la “crita” de Sor Ángela –ella no dice cripta si la matan- y veras como todo sale bien”. La Virgen de las Tres Ave Marías y la santa Sor Ángela presiden la cocina donde ella se afana. Dos estampas humildes campan en la pared.

He dicho que es muy buena y muy devota, pero también he hablado de su simplicidad. Por ello de continuo ve milagros aun en lances sencillos y corrientes. De uno me acuerdo ahora y lo voy a contar. En la casa en que lleva ya casi medio siglo hay un desbarajuste regular. Familia numerosa con miembros ya casados y residentes en distintas urbes, hay incesante trasiego y un entrar y salir continuado. Cierto día, cuando nadie lo esperaba, se han presentado varios a la hora de cenar. Pepa se ha visto en un conflicto gordo, pero ha salido victoriosa de él. Y a lo que tan solo fue picardihuela de ella, le dio interpretación, la más alta y sublime con candor sin igual.

-Niñas –ha confesado luego en la intimidad-. Hoy ha hecho aquí Sor Ángela un milagro ¡Pero de los gordos!

- ¿Sí? ¿Qué ha pasado Pepa?

-Pues hija, que llegaron Rafael y Jesús con las dos señoritas, y que en casa no había más que cinco bistecs. ¿Qué me hago a estas horas, Madre mía? Y recurro a Sor Ángela, y me encomiendo a ella, y ha habido para todos.

-¿Y como ha sido eso?

-Pues verás: los corté por la mitad e hice diez de los cinco. Y para que no fueran chiquitillos los machaqué muy bien, con lo que se estiraron; los emborré después, y esas son las chuletas que os he puesto en la cena. ¡Qué milagro tan grande! Ha habido para todos ¡Y hasta ha sobrado una!

- Pero Pepa, por Dios, eso no es un milagro. Eso es una engañifa que tú has hecho.

- Que no, niña, que no. Que eso ha sido Sor Ángela.

Y aquí acaba mi cuento. ¿Qué opinas tu, lector, de este “milagro”?.

Yo sé que de milagro nada tiene. Pero tiene sin duda este episodio el encanto de las almas sencillas que ven a Dios en todo y que a Él se encomiendan con ingenua confianza. Y Dios suavemente, sin trastornar el orden natural, con el solo milagro permanente de su asistencia y de su complacencia en oír a las almas que lo invocan con fe, ordena los sucesos de manera que salga de su apuro aquel que lo invocó

Y por eso, sin duda en la vida de Pepa intervienen a veces los “milagros” chiquitos.

                                                       JOSÉ MONTOTO



Publicado por Jesús CM en 18:44 Etiquetas: PAJARITAS DE PAPEL
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sábado, 5 de enero de 2013

SERVIDOR TUYO... RAFAELA

Como ya bien sabéis y habéis comprobado en varias ocasiones en las que escribo aquí en este pequeño rinconcito que un día nos abrió Cristina, yo solo hago pequeños comentarios a esas maravillas que abuelo dejó escritas a lo largo de su vida, esas maravillas llamadas: “Pajaritas de Papel”.

Pequeños comentarios que, aún siendo a vista de todos y de todas pequeñas y simples parrafadas, tienen mucho de sentimiento, de recuerdos hacia esas personas que hoy en día nos faltan, personas que aunque ya no están entre nosotros físicamente, si lo están en nuestras almas y en nuestros corazones. Muchos de vosotros, a lo peor, diréis: ¡Otra vez este pesado con el mismo cuento de siempre! ¡Puede ser! Puede ser también al contrario, puede ser que os agrade y lo leáis con la atención y con el cariño que intento ponerles a todos ellos, pues la única intención, como digo, es esta, el que afloren sentimientos y recuerdos que todos llevamos dentro.

Una vez dicho esto, quiero publicar algunas “Pajaritas” sobre una persona entrañable, cariñosa, buena, de gran corazón… no sé que más decir de ella, bueno sí lo sé, pero a buen seguro me faltarían calificativos para describirla, porque con estos que os digo me quedo corto y quisiera dedicarle muchos, muchos, más. ¡Vamos a hacer una cosa! Voy a dejar que vosotros le dediquéis los que a mí me faltan, los que vosotros creáis que se merece, por lo buena que fue para todos, por el cariño que le teníamos y por el cariño que ella nos tuvo a todos nosotros. Y cuando me refiero a “todos” lo digo por toda la familia.

Hace un tiempo publiqué otra “Pajarita” a otra persona igualmente querida, que compartió “algunos” años de su vida junto a ella. Esta “Pajarita” se titula: “El Orden de Isabel”, por lo cual ya podréis adivinar de quien hablo. El día que le publique a Isabel esa “pajarita” a la que me refiero tuve una pequeña conversación con nuestra también queridísima Tía Tote, le decía que le debía a ella una dedicatoria, pero esta dedicatoria tenía que ser un poco mas especial, como yo por esta buenísima mujer tengo un especial recuerdo de amor verdadero no lo podía hacer a lo loco. No puedo ni debo, ella se merece mucho más de lo que pueda hacer o dar, de lo que pueda escribir o contar, ella se ganó el cielo aquí en la tierra, yo sólo la puedo, quiero y debo recordar. ¡Rafaela, cuida de nuevo de las niñas! ¡Tú, suspiras por ellas! ¡Nosotros las lloramos, poco a poco se nos van! Ahora compartimos “Mesa de Camilla” compartimos desazón, tú esperando en el cielo, nosotros queriendo que se tarden en llegar. La vida ha de pasar querida Rafaela, todos damos por sabido que de nuevo a tu lado, algún día las tendrás, es “Ley de Vida” Ley Divina, tendrás tu Mesa de Camilla en bello y grande salón celestial, no pongas cuidado en ello Queridísima y Vieja Servidora, deja que se tarden todo lo que Dios Nuestro Señor y La Virgen las puedan dejar retrasarse en esa definitiva reunión familiar, en esa grande y maravillosa “Mesa de Camilla… Celestial”


LAS NIÑAS

En la vida nos estancamos frecuentísimamente. Aun cuando el tiempo pasa por uno, uno se emperra en no pasar por el tiempo. Un día –día terrible- recuerdas cualquier cosa, y observas con ingrata sorpresa que puedes acordarte de sucesos que hace veinte años que tuvieron lugar. ¿Es posible, Señor, que ya pueda decir “hace veinte años"? Otro día te das cuenta de un sospechoso y alarmante despoblado en la coronilla, lo que es nuncio y heraldo de una calva hermosísima que llega a más andar.

Finalmente, otro día te pesas, y ese día se te caen los palos del sombrajo, al advertir setenta y ocho kilos bien cumplidos. Eso suele ocurrir al filo de los cuarenta abriles, y es entonces cuando te sientes totalmente derrotado y perdido. ¡Cuarentón en los años y ochentón en el peso! Se fue la juventud con todo lo que ella prometía y que no llegó a dar.

A partir de esta hora galopa Cronos vertiginosamente: más calva, canas luego, pesadez y torpeza donde sólo era agilidad y gracia, y, por fin, un poco de reuma, hipertensión, propensión a catarros, y cátate a tu humanidad en trance de ruina, y, desde luego, deformada, antiestética y en lamentable estado.

Todo esto que ha ocurrido en muchos años –que se te antojan brevísimos instantes- no sólo te coge desprevenido, sino situado en el mismo lugar en que te situaste al comienzo. Tus hermanas –pese a que son abuelas- siguen siendo “las niñas”; tus hermanos –sexagenarios ya- siguen siendo “los niños”; venerables matronas, solemnes y opulentas las unas, marchitas y lamentables las otras, siguen siendo “muchachas”. A veces, ante el asombro y la risa de tus hijos y nietos, dices con naturalidad pasmosa: “Fulanita es muy buena muchacha”. “Fulano es un muchacho que vale”. Y resulta que Fulanita y Fulano pasaron de los sesenta hace cerca de un lustro.

Si por suerte conservas a una vieja criada, una de esas mujeres antiguas que envejecieron al servicio de la casa; de esas que a sus señoritos hablan de “tú” porque vieron nacer a dos o tres generaciones de ellos, de sus “amos”, como ellas dicen todavía, entonces no es extraño que la veas preocupada y pesarosa porque “las niñas” salieron y se tardan. Entonces todo es suspirar: ¿Dónde estarán las niñas? ¿Qué les habrá pasado a las niñas? ¡Parece que las niñas se tardan! Y no cesa su desazón y su cuidado hasta que éstas aparecen: y entonces puedes ver que la vieja servidora, situada en el mismo altozano de la vida en que se colocara cincuenta años atrás, sigue viendo en aquellas señoras encanecidas, tristes y mustias ya, a “las niñas”, a sus niñas, a aquellas niñas a las que ella acunó y durmió tanas veces contándoles cuentos maravillosos de príncipes y de hadas.

La vida había pasado, sin que en aquella casa quisieran darse cuenta.                                                                                                                                                                    JOSE MONTOTO




Publicado por Jesús CM en 11:00 Etiquetas: PAJARITAS DE PAPEL
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