Vendrás a casa, ¿verdad, hija mia?
Mira mamá, eso ni hablar;
quiero que entiendas, tú eres muy lista,
que en ésa estricta intimidad
entramos Jose, el niño y yo, y nadie más.
Cristi creía que viviría
una experiencia idealizada,
todo sería una gozada,
ella, muy pronto, recuperada;
el niño chico, una monada;
del maridito, siempre arropada.
En realidad, lo que soñó
lo consiguió, más... ¡se agobió!
Lo que nublaba la situación
fué la pereza del que nació,
más que pereza, la poca fuerza;
tenía problemas en la succión.
Mami empeñada en que mamara,
el niño chupa, no saca nada;
la solución: el biberón.
Cris defraudada, ¡qué sofocón!
Lucha carnal del niño y ella,
como testigo están las estrellas.
De pronto un día vino y me dijo:
"Mamá, ésta noche cuida a mi hijo,
yo tengo sueño, quiero dormir,
si no lo logro, voy a morir"
Pepe ha acabado con tu paciencia,
tú rechazaste mi sugerencia;
ahora la aceptas sin más ni más
y yo encantada, vente pacá.
Es lo primero que le ofrecí,
dijo que no, más ya está aquí.
miércoles, 14 de abril de 2010
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4 comentarios:
¡Oye! ¿Qué os pasa? ¿Se os ha comido la lengua el gato?
La pobre de Cristina! sin poder dormir. Yo recuerdo con horror mis noches (que había que multiplicar por tres los berridos nocturnos). Mi Eli y yo nos turnábamos para dormir como si estuviéramos de guardia en un hospital. Quizás de entonces me venga mi insomnio... ¡mira qué horitas tengo yo de piar!
Mi niño nació sin poder desarrollar
su instintó más marcado: mamar.
Pero yo, con la leche materna por bandera,
y para que a mi hijo "le aproveche"
las noches las he pasado enteras
con un aparatito llamado sacaleche...
Con paciencia y tesón
el aparatito ha hecho Historia,
y ahora tengo a mi glotón
mamando sin ton si son
fresco como una lechuga,
de forma tal que ha devuelto a mi memoria
el significado de la palabra: APECHUGA!!
Pues "mi Eli" se organizó muy bien, se atrincheró en otro cuarto (fines de semana incluidos), y la frase que más me suena era: "cierra las dos puertas".
Yo con los tres, una cuna a cada lado y "el primógenito" conmigo en la cama. Vamos, ni Angel Cristo...
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