En todas las casas siempre hay uno que riñe más que otro, (me refiero a los padres). Casi siempre es el padre el que riñe y la madre la que va tapando unas cosas y otras. Pero en el caso de los Montoto Cañas era al revés. Nuestra madre era la que reñía y castigaba más, (también estaba todo el día con nosotros). El caso es que cuando queríamos algo recurríamos a nuestro padre y él veía la forma de convencerla. Él siempre si nos tenía que decir algo era hablando, dialogando y haciéndonos comprender. Pero mi madre aunque es buenísima y generosa, siempre recurría más a la riña y al castigo.
Bueno pues el caso es que cuando ya se enfadaba más de la cuenta, uno de los castigos era que no te compraba ropa, (aunque luego no lo cumpliera). Entonces te decía la frase lapidaria “no te compro ni un hilacho”.
En algunas ocasiones mi padre tenía que abogar por el que tuviera ese castigo, (que casi siempre era yo) y le decía: "Dolores, por favor, no le eches la “maldición del hilacho”
Mi padre era inteligente y bueno.Tenía su genio, como ya saben las tías, pero una nobleza que era capaz de pedirle perdón a un niño de 2 años, si en algo se equivocaba. Era original, divertido, único.
No le gustaba que nos pusiéramos a ver la tele todos callados. Él prefería charlar y que cada uno contara sus cosas.
Un día estábamos todos sentados en la terraza de Santa Marina tomando el fresco, y de pronto empezaron a llover billetes de mil pesetas. Todos mirando para arriba extrañados y es que él los había tirado desde el balcón para darnos una broma.
Nos contaba muchas cosas de Lora, de personajes, de frases. Una frase que decía cuando nos peleábamos, que por lo visto era de alguien de Lora: “imprudentes los unos, imprudentes los otros, y todos quedaron por imprudentes”.
Otra frase que decía cuando estaba sólo y le preguntabas ¿qué haces? Él te contestaba "pues ya ves, aquí en amable soliloquio".
En fin, nos quedamos sin él demasiado pronto, pero lo seguimos recordando y nombrando en muchos momentos. Y a nuestros hijos les hablamos de él para que sepan como era su abuelo de bueno de original y de inteligente.
Es verdad que las personas mientras que se hable de ellas no mueren del todo.
Él sigue vivo en todos nosotros y con mucha fuerza.
6 comentarios:
Precioso, Isabel María. Las pocas frases que nos dices retratan a una persona inteligente, culta y con un gran sentido del humor. Me encanta lo del "amable soliloquio", estoy segura que os lo robaré en más de una ocasión.
Hoy lo llevaré a la mesa camilla, que desgraciadamente se ha trasladado a la Clínica, donde está mi madre ingresada con una tromboflebitis. Seguro que les va a encantar, porque todos los días me preguntan "niña, ¿hay algo nuevo en lo del interné?". Hoy la tarde promete. Gracias, no sabes lo que ellas disfrutan con todo lo que escribimos.
P.D.: Isabel Mª, me he tomado la libertad de poner esa foto, supongo que sería de un día que estábais liberados de la maldición del hilacho, porque no os falta un perejil, aunque por tu cara creo que estaría al caer alguna travesura.
Cristina, no sabía nada de tu madre,como ha caducado tu invitacion le escribo desde aquí. A TIA SALUD: Ahora que estás en buenas manos, aunque nadie quisiera encontrarse en ellas, debes relajarte y te aconsejo que disfrutes de la comida y compañía que te ofrezcan en esa Clinica. Los Montoto tienen energía para transformar situaciones y más tú, alma sensible unida al arte, capaz de "rellenar botellas" antiguas y llenar todas las que tengas a tu alcance. Ponte guapa y prepárate que saldrás con unas ganas tremendas de repartir no billetes de mil pesetas como nos cuenta Isabel María de tu queridisimo hermano Pepe, pero sí sonrisas que es como tus hijas y toda la familia quieren ver reflejada siempre en tu cara. Besitos. Mamen.
Gracias, Mamen, seguro que tus palabras le llenan un poquito su botella, que la tiene seca pero seca seca.
(Ah! y no te ha caducado na, estás registradísima)
Vengo de la mesa camilla-hospitalaria a dar el parte: mi madre tiene su pierna mucho mejor. Tu texto, Isabel María, ha sido un éxito rotundo y el de Mamen también. Gracias a las dos por contribuir a llenar la botellita. (Bueno, y a todos los que me habéis llamado, gracias también)
¡Saludos a todos! Por timidez, y también por mi torpeza literaria (habéis puesto el listón muy alto), os leo, pero nunca me atrevo a escribir.
Hoy, a la salida de la clinica, he venido a este rinconcito tan calido, donde revivo recuerdos muy dulces, y descubro nuevas y antiguas historias cercanas.
Me he animado, y queria saludaros a todos.
Isabel Mª, me ha encantado volver a recordar a tu padre, que era tan especial.
Quiero daros buenas noticias, ya que todo va muy bien, y quizás mi madre mañana vuelva a casa.
Bueno, quiero desde aquí agradecer muy especialmente, a Isabel Montoto Linares, la visita que ayer le hizo a mi madre, ya que sé, que para ella volver a la clinica fué un trago muy duro.GRACIAS.
¡Muchos besos a todos!
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