lunes, 30 de noviembre de 2009
Lo que son los nietos
El mayor se llama Pablo, nació en Cádiz hace cinco años, que por cierto aprovecho la ocasión para darle las gracias a la prima Salud por lo que nos ayudó en el Hospital Puerta del Mar. El chiquitín se llama Jaime y tiene dos años, nació en Marbella, y aunque me ponga de abuela pesada, tengo que deciros que son los dos guapos e inteligentes al máximo, hablando perfectamente desde el año y medio.
Pero hoy he empezado hablando de mis nietos para contaros lo que sentía mi padre por los suyos, sobre todo por la primera que nació que fué mi hija Isabel María.
Estaba loco con la niña. Todos los días cuando salía de su despacho paraba en mi casa antes de llegar a Santa Marina. Yo le ponía su copita y alguna tapita y los veía recién bañados a la hora de sus cenas. Se quedaba en casa un buen rato y luego se iba.
Cuando mi hija tenía ocho años, le escribió una poesía que no está en el libro de "La Espiral".
Como Santa Marina está al lado del Convento de las Salesas, íbamos a misa y ella cogía la bandejita de la Comunión, pues de esto trata la poesía:
TACOS NO, GRACIAS
Isabel Mª, como buena y amantísima hermana mayor, si aprecia en mí un comportamiento inadecuado, me corrige. Vamos, que cada vez que meto la pata me riñe.
Cuando nos vimos en Santa Marina me dice: "Me he reido mucho con todo lo que habéis escrito
Cristina y tú, pero no me gusta que digas tacos; papá, con todo lo que escribió, no dijo ninguno".
Apuraita perdía os pido excusas...
Perdón, querido lector
papá nunca dijo un taco
en toda su creación.
Y yo, por vulgar y necia
ya llevo lo menos dos.
No volverá a repetirse,
lo juro por mis parientes;
si no rima, que no rime
pero yo no digo ya
nada de qué "arrepentíme"
Es que está el listón muy alto,
y yo, sufrido lector,
nunca llegaré a la altura
de mi gran progenitor.
¡Qué familia más graciosa!
El ingenio nos rebosa.
¡Ay Dios mío! ¡Qué maravilla!
¡Menos mal que fui a Sevilla!
Pero ahora que me acuerdo, mi padre sí dijo un taco; fue en una carta que me escribió a Madrid, cuando yo empecé la carrera. Me animaba a sacar provecho de todo lo que me ofrecía la vida de estudiante. Dándome buenos consejos, quería lo mejor para mí. Decía mil cosas preciosas y me deseaba: "FELIZ AÑO NUEVO ESTUDIANTIL".
Tenía la teoría de que el Año Nuevo no debería comenzar en enero, sino en septiembre; que es cuando todo empieza a moverse, después del parón del verano (por ejemplo: la reapertura de los juzgados).
Bueno... la carta era entrañable y muy ingeniosa. Como todo lo suyo. ¡Qué lástima que la conserve solamente en mi memoria!
Como despedida me describía su mesa camilla:
Mientras el Benjamín que es un carota
escucha el transistor;
mamá tricota
de la estufa butánica al amor;
yo cojo la baraja, la barajo.
y ensayo un solitario conocido.
Más queda el AS de espadas boca abajo,
así que me he "jodido".
Barajando de nuevo,
lo intento con tesón;
segundo desengaño que me llevo,
saldrá en otra ocasión.
Te abraza, tu padre.
Bueno familia ¿dijo un taco o no?
domingo, 29 de noviembre de 2009
EL SONETITO
El duende de mi padre tengo dentro
pues yo en toda mi vida había hecho un verso.
Mi mano escribe, más sólo la sostengo
él me inspira, me dicta y yo lo cuento.
Domingo es, asueto para todos.
Papá y yo estamos trabajando
horas extraordinarias estamos dando
de aquellos polvos vinieron estos lodos.
Más me acordé de pronto ¡Huy madre mía!
aún no he hecho la cama ni he barrido;
papá quiero dejarlo para otro día.
Él dijo "bueno sí, pero... hija mía,
¿tú no puedes tener tus aficiones?
¿siempre te están tocando los cojones?"
AY LAS MADRES... (DE ANTES)
Cuando yo era chiquitita
entré en una barbería.
No me quiero ni acordar
de lo que lloré ese día.
Mi madre dijo: "Anda pasa" Pero... "Mamá si este tío
no pela más que cogotes. Verás cómo deja el mío"
Y así fue. Me cago en diez.
Llorando acabó la nena
cuando vio que por el suelo
yacía toda su melena.
Es que eso no se le hace
ni a tu peor enemigo.
¿Cómo pudiste mamá
gastartela así conmigo?
Tío Luís se acordará.
Fue en el barbero de Lora.
Maldita sea la hora que me llevaron allí,
pues serví de hazmerreir.
QUIERO Y NO PUEDO
Vendrá un día en que os diré
¡Soy catedrática en esto!
Ya no necesito a nadie
navego por internet.
Voy y vengo por la red
toda mi mensajería
ha encontrado nueva vía.
Pero... ¿tú no eras aquella paleta sin solución?
Sí, más me fui a la academia
y aquí vengo preparada
a daros el revolcón.
¿Esto es verdad o es mentira?
¿Es fruto de mi ilusión?
¿Estoy soñando despierta?
¿Es que lo imagino yo?
Pues mira temo que sí
porque sigues tan paleta
como yo te conocí.
Qué constante frustración!
Aunque a mí me desespere
tiene toda la razón.
MESA CAMILLA
Esto es lo que yo quería
darle cariño a mis tías
las hermanas de mi padre
tan queridas por mi madre.
Locas están por abrir
el ordenador portátil
pa ver lo que pone allí.
¡Ah! Mira, mira que foto!
Trae paca, que esta es pa mí
Que no! Que pone mi nombre!
Pero ¿dónde está la mía?
Pregúntaselo a María.
Tía Salud está tranquila
pues cuando quiere una copia
va y se la pide a Cristina.
Señores ¡qué distracción!
Esto es mejor, desde luego,
que ver la televisión.
Así hasta que nos cansemos
pero me parece a mí
que como esto es distraido
no nos vamos a aburrir.
Animaos! Doy ejemplo, cariño y dedicación
pues no pienso en otra cosa que esta nueva afición
siempre esperando a Cristina para que apriete el botón.
Con esta nueva inquietud
estoy estupendamente
tengo la mente ocupada
y es que no me importa nada
lo que diga mi pariente.
Pero... por favor Montotos
una vez que lo ojeéis
decídme alguna cosita
que yo vea que habéis leido
a la prima Marujita
Aunque no es obligación.
Que yo os quiero de igual modo
tenga o no contestación.
LA RESACA
Ahora comprendo por qué los gitanos celebran sus bodas tres días seguidos, y es que en un día no da tiempo de nada, como pasó el día de la montotada.
Estoy leyendo los escritos de Maruja ¡HAY QUE VER COMO ESCRIBE! ¡esto del internet es un descubrimiento!. Lo malo es que al principio, cuando lo leí, con el alboroto de papeles que hay siempre en esta casa, y los niños corriendo, y todo el mundo hablando a la vez, yo no me acordaba ya de que había un Antonio Ramírez en la familia, ¿pero quién es ese tal Antonio Ramírez, me pregunté? Tuve que releérmelo todo cuando ya estaba sola hasta descubrir que era hijo de Maruja. Con lo que os queremos a todos, y yo sin acordarme de su existencia. Es que somos muchos, y han pasado demasiados años sin vernos.
En la montotada tuve otro despiste. Retirado, pero cerca de mi vista, había un buen mozo, lo veía de perfil, hablaba mucho con los de su lado, y cuando terminamos le pregunté a Tote ¿quién era? Y me dice: ¡hija, Santiago, el hijo de Pepe! ¡Madre mía, si la última vez que lo ví fue en casa cuando era chico, que en un descuido se estaba paseando por fuera de la baranda de la terraza! ¡se formó un alboroto! ¡que Santiago se va a caer, que Santiago se va a caer! Al momento fue rescatado de su atrevida aventura.
Es curioso que ahora estamos recordando historias pasadas. La mesa de camilla es el tribunal donde se califica lo sucedido. Somos muchos y cada uno recuerda según le fue. Por los escritos vuestros, que ahora son los de mayor interés, sois los llamados la segunda generación, por eso nuestra alegría por saber que ESTÁIS AHÍ. Ya en la mesa de camilla casi lo hemos contado todo. Somos muy mayores, y yo para colmo, desde que murió Miguel han venido sobre mi toda clase de cosas que nunca tuve, empezando por LA MALA PATA, y es que la pena mía no se cura con medicinas.
Si seremos mayores que los nietos nos obsequiaron un día con un teatrillo. Miguelito era el presentador, y salió a anunciar el espectáculo, sale, nos mira y dice con mucha teatralidad: "¡señores y ancianas!"... se le ocurrió al vernos a todas las féminas ochentonas.
Quiero darle las gracias a Isabel María y a Maruja, porque gracias a vosotras estamos leyendo cosas de vuestro padre ¡hay que ver la poesía del fumador! Es como si siguiera la segunda edición de las pajaritas. De los diez hermanos era el más listo: abogado, escritor, pintor, y para colmo ¡el más guapo!
Hasta pronto
P.d.: ¡y que me perdonen los ocho restantes!
sábado, 28 de noviembre de 2009
EL SABER NO OCUPA LUGAR
Yo a esto del "blog" la verdad es que le doy mucha importancia; pero no lo domino. Hasta ahora no había sentido en "mis carnes" lo que supone ser tan inculta, informáticamente hablando.
¡Me cago en la mar! ¡Qué aparatito! Dependo totalmente de las Cristinas.
Con este tema me viene a la memoria una cocinera que había en casa de mi abuela de Bujalance, "La Carmenchu". Por ser analfabeta, las cartas que le escribía el novio desde Barcelona, se las teníamos que leer mi prima María y yo. Luego transmitirle a él lo bien que se encontraba ella de salud y ¡cuánto le quería!
María y yo comprendíamos a Carmenchu, en cambio, pienso si serán las Cristinas menos benévolas conmigo. Aunque no lo creo. La de Córdoba lo está pasando requetebien con esta nueva afición de su mamá; y está "picaita" con el dichoso blog. Y la de Sevilla es "pa comérsela".
Pero voy a la ruina directamente; toda la inspiración se me presenta después de mi desayuno, mientras me fumo el cigarrito; y llego a la tienda tardísimo.
Con todo esto pienso mucho en los Montoto, pero... ¡Todo tiene un límite!
P.D. Hoy castigados sin verso ¡Ea!
viernes, 27 de noviembre de 2009
CRÍA CUERVOS...
Me tiene mi madre a destajo
publicando cual escribiente.
Desatendido tengo el trabajo
por entretener a nuestra gente.
Más lo peor no es eso, lectores,
sino explicarle a vuestra prima
que ni con fotos ni con rimas
conseguimos tener admiradores.
Me dice... "Ay niña, ¿tendré malfario?,
esta sobrina vuestra,
que a su madre ha visto roto el corazón
ante la falta de respuesta.
Montotos, !Por vuestro Tío!
!Animad a esta mujer
que no se puede creer
que no le digáis ni pío!
LA AGENCIA MATRIMONIAL
Un inconveniente que acarrea el ser muy longevo es que te da tiempo a ver demasiadas cosas; por ejemplo, la lucha antitabaco. Como ya sabemos surgió con toda su "virulencia" en el siglo XXI o muy a finales del siglo XX. Papá ni se enteró.
Mi padre fumaba "tela", hasta en la cama; la pobre de mi madre tragó bastante humo. La cosa es que se aguantaba, no protestaba casi nada y tendiendo en cuenta lo "mandona" que era...
Pero es que era tan gracioso que te escribía un verso como este, y aunque fuera una "chimenea" se lo perdonabas.
jueves, 26 de noviembre de 2009
PARA ISABEL MARIA MONTOTO CAÑAS
Lector; yo no sé si recuerdas que hace un año en una "Pajarita", me proclamaba especialista en dichos. Hoy tendría otra cosa que llamarme; hoy, en justicia, me habría de proclamar especialista en nietas. Porque si entonces en cuatro días asistí a dos dichos, ahora en sólo dos semanas, me han nacido dos nietas.

En buena ley, has hecho bien, muchacha. Por lo pronto te has venido a este mundo con gentil talante y muy buen parecer; con lo que ganarás el ochenta por ciento en esta vida, en la que el buen parecer lo es casi todo. Y luego, que ya el sexo no importa para nada. Si no estorbó a Fernán Caballero, ni a Concha Espina, ni a Cristina de Arteaga, ni a Rosalía de Castro, ni a la Infanta apacible, españolísima y buena doña Paz de Borbón. ¿Por qué ha de ser obstáculo para que tú, mujer, seas lo que yo soñaba para tí, cuando pensé que serías varón y decoro de mi estirpe?
Mujer fué Santa Teresa, y fué letrada y Santa; vástago de la casa de Cepeda fué la Santa Reformadora del Carmelo, y Cepeda eres tú, porque la bisabuela a quien debes el nombre fué en la vida doña Isabel Cepeda. Bien entroncada estás por vida mía. La santidad te toca desde generaciones muy remotas, y, por merced de Dios, tu abuela -otra Isabel- no alentó sino para servirlo y para amarlo.
Y aún cuando tú al nacer, me has jugado la treta de estropear una linda "Pajarita" que dediqué al varón imaginado, mi ternura de abuelo te perdona ese chasco que me das, y tu presencia grata de mocita en agraz garbosa y guapa, me obliga a echar pelillos a la mar y a decir a la Virgen; Virgen de Setefilla, tuya es; cuídala como tuya, guíala como tuya, como tuya protégela y ampárala. Porque tuyos, enteramentes tuyos, somos los tres, ella su padre y yo.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
ANTES QUE ACABE MAYO

EL PRIMOGÉNITO



Besos.
SETEFILLA

En un lugar preferente de mi casa, tengo una foto entrañable para mí. Está mi padre, muy joven, y yo de su mano, muy chico. El lugar no es otro que la Ermita de la Virgen y el día, un ocho de septiembre. La medalla me llega hasta el suelo casi. La foto original en su reverso y escrito por mi padre, dice: “1.954, primer año que Ignacio vino a la Romería” ¡Casi nada!.
La devoción a la Virgen es algo consustancial a nuestra familia, y yo me siento plenamente identificado con ella. Estoy verdaderamente orgulloso de que tanto abuelo como mi padre, me transmitieran este amor que a la Santísima Virgen le profeso. Ellos que tanto empeño y entrega pusieron a Su servicio.
A la familia Montoto, aparte de los vínculos de sangre, nos une esta devoción, centrada en la Santísima Virgen y más concretamente, bajo su advocación de Setefilla. Ella que nos protege desde su preciosa Ermita, allí en las estribaciones de Sierra Morena en donde es su Serranita Hermosa. Ella que como Madre de todos los Montoto nos conoce y sabe lo que cada uno necesitamos. Que nos ampare siempre a todos y no permita, ni en lo bueno ni en lo malo que nos pase en la vida, que dejemos de sentir su cercanía y la tengamos como la mejor Valedora ante Su Hijo.
Gracias abuelo, gracias papá , porque vuestro ejemplo ha hecho posible que hoy, pueda escribir estas líneas desde la sinceridad de mi profundo convencimiento.
Aprovecho la ocasión para recordaros a todos que el próximo día seis de diciembre nos llevamos a la Virgen, así que ¡ánimo! y vamos a acompañarla hasta su Ermita todos los que podamos.
¡VIVA MARIA SANTISIMA!
lunes, 23 de noviembre de 2009
LA ESPIRAL
Mi padre tenía la teoría de que los niños merecían su respeto, igual que los mayores. Eso de estar sentado, que llegaras tú y que te creyeras con derecho a levantarlo de su sitio... ¡Ni hablar!. Lo consideraba abuso de autoridad. En casa siempre procuró que "cada culito tuviera su silloncito".
Ni mandarte por esto o por lo otro porque fueras más joven ¡no Señor!. Si te pedía algo, antes daba mil vueltas y además lo hacía con una delicadeza... y una gracia...
Un día me dice: "Marujita, hija mía, tú que eres Licenciada en Filosofía y Letras, ¿le podrías hacer un cafelito a tu padre?"
¡Qué respiro! Pensé que iba a preguntarme algo serio y a ponerme en un aprieto.
Y no digamos nada del agrado de tío Cesáreo (mejorando lo presente).
Hace mucho tiempo estabamos en la playa del Palmar y viene un niño mío, muy chico, diciendo que tenía sed, entonces tío Cesáreo se levantó: "¿Qué le pasa a este niño, que quiere agua? ¿Dónde hay agua?" ¡Qué atento con el chiquillo!
Cuando ibamos en el coche de vuelta a Barbate de Franco, a los EEUU de Barbate, dice el niño: "Mamá, qué bueno es tío Cesáreo, es tan bueno como el abuelo". Yo le contesté "PO ZI".
¡Ay, por favor primos, que no se pierda la casta!
Mi cabeza, más que una espiral, es un torbellino ¿la vuestra no?. Yo estoy todo el día pensando, y ahora me ha dado por poner en el blog (o como se llame esto) todo lo que se me ocurre. Creo que no me va a dar la gripe A pero el virus del ordenador me picó en Sevilla el otro día.
Pero es que tengo cosas preciosas que contaros, ya veréis, ya veréis...
La espiral no es un círculo,
pero siente ese afán,
y gira eternamente, sin remedio,
sin descanso posible. La espiral
es un círculo loco y en pecado mortal.
El círculo es perfecto,
porque está en posesión de su verdad.
No tiene Norte, Sur, Este ni Oeste.
Y ni viene ni va.
Lo que gira en continuo torbellino, lo mismo que mi alma, es la espiral.
José Mª Montoto de Flores.
jueves, 19 de noviembre de 2009
EL SÍNDROME MONTOTO
Hola a todos. Después de la reunión he quedado tocada por el “Síndrome Montoto”.
Es la primera vez que escribo y a ver quién me enseña a darle a la tecla… porque soy la inculta de la informática. Se lo conté a Cristina: no entiendo NADA de ordenadores, pero voy a aprender.
Encima me falta la chispa literaria, difícil lo tengo para estar a la altura de vuestras plumas ejemplares. Lo único que tengo a mi favor es que nací el 30 de junio (pero 11 años antes), el mismo día que “la más Montoto de las Montoto”, puede que por eso me parezca en algo a nuestra estupenda prima.
La Montotada, un éxito. El sitio, ideal. Los mayores estaban contentísimos, un montón de horas allí y no se cansaron nada; y los “brotes verdes” (los pequeñitos), para comérselos, cada vez hay más, y los que vienen: Pepe, Luís y yo vamos a ser abuelos ya mismo.
Pero las reuniones deben ser más frecuentes, hablamos con José Mª para que la próxima sea en Córdoba, en Santa Marina (la casa de mi madre). De esa me voy a encargar yo, y va a ser antes de lo que pensáis.
Contaba mi padre que las Pajaritas empezó a escribirlas él, cuando estudiaba las oposiciones en Madrid; diariamente mandaba una al abuelo, se la publicaban y le pagaban un dinerito que iba ahorrando y con el que cada tres meses iba a Bujalance a ver a mi madre. El viaje era en tercera, en el Carreta; se bajaba en El Carpio y andaba 12 Km con su maletita de madera hasta llegar a Bujalance. Nada de AVE.
Para colmo, cuando por fin salía con su novia iban con ellos el ama y mi tía Rafaela, o sea, ni manitas.
Se casaron y dejó de escribirlas, pero como gustaban tanto, siguió el abuelo con ellas.
Os contaré todo lo que se me vaya ocurriendo, sobre todo cosas de mi padre, que ha sido genial en todos los sentidos.
En fin, que tenemos una familia estupenda, estamos todos muy orgullosos de nosotros mismos y nos queremos mucho. ¡Vivan los Montoto!
Maruja M.C. , “La chicletona”
P.D.: La mesa camilla sabe el por qué de mi seudónimo.
LA FAMILIA MÁS RICA
¡Hola! Soy Isabel María, la nieta mayor, escribo para deciros una vez más a todos lo orgullosa que estoy de pertenecer a esta familia nuestra tan estupenda, tan unida, aunque los de Córdoba nos veamos poco, parece que nos vemos todos los días cuando estamos con vosotros, por la confianza con que nos contamos nuestras cosas, el cariño, la complicidad y el sentido del humor. El respeto y la bondad con los más mayores, como ellos son el timón de todos, lo bien que se han llevado toda la vida, siendo 10 hermanos nunca han tenido ningún problema entre ellos. Cómo se respetan y se quieren. A las cuñadas las tratan como hermanas, ¡con qué cariño se levantaron todos a saludar a mi madre cuando llegó a la Montotada! Mi madre también los quiere muchísimo a todos.
Mi padre podría estar contento porque su “casita de arena” está todavía en pie. Y cómo se adaptan a los tiempos de ahora tan distintos de los de antes.
Todos tenéis una bondad heredada y un bien estar que en otras familias no se da. Y no digamos ya el arte de escribir.
¿Conocéis la frase que dice: esto era un hombre tan pobre , tan pobre que no tenía nada más que dinero?
Pues nuestra familia es la más rica del mundo. Enhorabuena a todos por pertenecer a ella.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
EL LORO DE LOS MONTOTO
Cuando era niño y cursaba la antigua EGB en el colegio, en Lora, recuerdo que un día uno de mis maestros, a raíz de mi apellido, refirió ante todos mis compañeros la siguiente locución: “Es más viejo que el loro de los Montoto”, dando a entender que se trataba de una expresión común hacía años en Lora del Río.
La verdad es que nunca oí esa expresión de primera mano hasta que, también hace bastantes años, viendo un programa de televisión de Antena 3 (cuyo nombre no recuerdo), hizo subir el presentador al escenario a una señora de edad. Intercambiaron algunas preguntas en tono distendido sobre la procedencia de esta señora (era de Lora, como os imaginareis) hasta que llego el siempre espinoso asunto de su edad, bromeando cortésmente el presentador con la señora, a lo que esta respondió, entre risas, “PERO SI YO SOY MAS VIEJA QUE EL LORO DE LOS MONTOTO”. Me quede de piedra. En un programa emitido a nivel nacional oía por primera vez de viva voz ese dicho referido a nuestra familia.
De lo que he podido averiguar parece que el loro pertenecía a nuestro antepasado (mi bisabuelo) Cesáreo Montoto, padre de José Montoto González de la Hoyuela. Este señor vivía en una hermosa casa situada en la Calle Reyes Católicos, de fachada de ladrillo rojo, que cuenta con un jardincito cerrado a la derecha de dicha fachada, pero con unos amplios ventanales que comunicaban el jardín con la calle. En dicho jardín parece habitaba el famoso loro, a la vista de todo el que pasase por esa esquina.
Imagino la impresión que causaría este exótico animal en Lora hace mas de cien años, y el ver como el loro sobrevivía año tras año (al parecer son tan longevos como los humanos).
Esa casa paso a manos de una hermana de Abuelo, y con ella a los Leyva Montoto, sin que sepa si el loro formó parte de lote. Aprovecho para preguntar a los mas sabios: ¿qué otros detalles sabéis de esta historia, o mas bien de este dicho?, ¿de donde vino y como acabó su vida ese ave que quedo inexorablemente vinculada a la familia?, ¿hablaba…?
martes, 17 de noviembre de 2009
AGUA DE BORRAJAS
No puedo estar lejos de este querido blog por más tiempo, es mi intención haceros ver de nuevo lo que para mi significa.
Despues de la resaca de día tan emotivo y querido, despues de un tiempo prudencial (ha pasado una semana desde entonces) veo que como vaticinaba Cristina todo quedó en agua de borrajas, sería por la alegria de vernos de nuevo, por la ganas de charlar, de contarnos cosas y estar juntos otra vez, el volvernos a separar no ha sido motivo suficiente para seguir hablando, ya no estando juntos fisicamente, sino aquí, en esta casita creada para todos, de la que todos formamos parte por activa y por pasiva, quedó todo en buenas intenciones nada más.
No sé porque pero tengo la impresión que el día se nos quedó corto, nos hubieran faltado algunas horas más, alguno llegó a decir que no le hubieran importado dos o tres días.
Me resulta imposible creer que ninguno tenga nada que decir, que nadie de su opinión de esta preciosa reunión familiar.
Me resulta dificil creer que algunos pocos (entre ellos algunos niños) seamos los que tengamos algo que decir al respecto.
Voy a nombrarlos porque creo que es de agradecer: Tía María, Tía Tote,Tía Isabel, las dos: Perez-Aguilera Montoto y su progenitora Salud Montoto, Nacho Montoto, y para el carro.
Algunos comentarios, entre ellos de algunos niños (uno de ellos se preocupo hasta de contarnos, Miguel Monsalvete Perez-Aguilera) de nuevo te doy las gracias Miguel, Santiago Montoto Castaño, y José Luis Montoto Castrillón.
Ahora, se nos une de nuevo Ignacio Montoto, -dice, que yo le ha dado la pauta- no, querido Ignacio, has sido tu sólo, tú eres quien has querido contarlo, porque lo llevas en tu interior, yo sólo te lo he recordado ( era digno de recordar), yo sólo hablaba de pequeños gestos, gestos inolvidables que te recuerdan cosas, nada más, tu además nos ofreces tu regalo, el regalo de Tió Cesareo tocando la guitarra y Nena cantando, he vuelto a escucharlos de nuevo, y eso es lo más grande, que aqui, se puede otra vez, sentir, escuchar, ver.... Recordar, Querer.
Creo que en una familia tan "grande", no sólo por su numero, sino por nuestra forma de ser, y de querernos, no debemos dejar de hablarnos y aqui tenemos una oportunidad inmejorable para ello, la distancia no importa, querer es poder, y "poder" tenemos todos.
Pensarlo y poneros manos a la obra (como decía Tía Tote) no es tan dificil, de verdad las sensaciones que se viven, para mí son inigualables, no me lo podreis negar, venga animaros que no se diga.
besos a todos.
lunes, 16 de noviembre de 2009
BARBARTE
jueves, 12 de noviembre de 2009
PATRIARCA DE PERIODISTAS
Vicepresidente de la Asociación de la Prensa
EL CORREO DE ANDALUCIA
15-10-1967
Lo primero a considerar en don José Montoto, es esto: el don José. En la tierra de los Pepes y de los Pepos y en una profesión inhumana para las distinciones, todo el mundo le llama don José. Quien no lo conozca podría suponerle, por ello, como un caballero chapado a la antigua, muy pagado de su importancia. Todo lo contrario. He aquí, en él, un caso paradójico de un hombre nobilísimo, que se atribuye a sí mismo escaso papel, pero que sin quererlo, lo desempeña muy grande. En él por eso el don que nadie le regatea es una especie de plebiscito permanente de simpatía, de respeto y hasta ternura.
Escribimos teniendo a la vista una foto de prensa en la que don José aparece con el pecho orlado por la banda de Isabel la Católica, Es díficil bajo la presión de un momento tan bellamente ver a un hombre más en su ser, más sencilla y modestamente encajado. Ni hinchadamente ufano ni falsamente abrumado. Y estamos seguros, de haber estado a su lado -a su lado fisico, que a su lado espiritualmente siempre los estamos- haberle oido decir: -Esto me lo dan por viejo-.
Pero no es verdad. El mundo está lleno de viejos que no condecoran. Como está lleno de jovenes que sueñan con ser condecorados y que hacen lo que hacen, si hacen algo, en muchos casos, pensando en cómo quedarán de medio cuerpo para arriba cuando la seda de una banda o el metal de una cruz les distinga entre los demás mortales. Hay gente para todo y cosas para todos. Y ese caudal de cordialidad con que don José está siendo tratado es el raro y el justo reconocimiento a una vida de bondad, de inteligencia y de servicio. Las recompensas suelen prodigarse, porque como decía Maura, en España la justicia no se compra ni se vende, pero se regala. Pero el que de vez en cuando se le otorgue a personas como a don José, las absuelve de vanidad y les devuelve su sentido verdadero.
Por estos días don José deja la dirección de EL CORREO DE ANDALUCIA. Con ello se jubila del cargo; pero no se jubila el periodista ejemplar, que seguirá ejerciendo el magisterio de su pluma y el patriarcado de su acción al frente de la familia de los periodistas sevillanos. Un patriarcado a su medida, hecho de gestos apenas perceptibles, muchas veces de silencio, siempre de comprensiones y de bondades, por debajo de las cuales no falta -polvillo de oro del talento verdadero- un rio finísimo de ironía buena. A este patriarcado llegó don José mucho más que por el impulso más o menos proyectado y querido por él mismo -lo que sería legítimo- por el imperio de las realidades que se maduran a la redonda, y a cuya sombra crece la planta fecunda de los entendimientos y las colaboraciones.
Don José va a dejar de ser director; pero lo que no va a dejar de ser -y es casi lo único que nos propongamos decir en este trabajo tardíamente hecho- y eso es lo que nos hace felices, es don José. No sabemos si hemos acertado a decir todo lo que con ello queremos decir. Pero nos basta y nos sobra con que él, que tanto nos ha comprendido siempre -incluso en medida que no merecemos- lo comprenda. Con un abrazo emocionado
CELESTINO FERNANDEZ ORTIZ
POEMAS EN LA INTIMIDAD
15-10-1967
A don José Montoto acaba de imponérsele la maxima distinción al mérito civil. Pocas veces los símbolos se ajustan tan adecuadamente a las persona como en este caso, pues el condecorado no sólo ha acumulado méritos ciudadanos abundantes a lo largo de su fértil vida de hombre y periodista ejemplar, sino que ejerce, desde hace bastantes años y con gran modestia, cátedra de ciudadanía merítoria en esa dificil lección de moralista ameno que son sus Pajaritas de Papel.
Unamuno, en uno de sus fecundos ocios salmantinos, recopiló las reglas del arte mínimo de hacer pajaritas de papel, creando una cocotología material de la cuartilla y el plegado. Montoto ha creado una difícil cocotología espiritual del sentimiento, del afecto, de la vida familiar y aun de la vida sin adjetivos. Editoriales de la intimidad, las pajaritas de don José revelan invariablemente una domesticidad trascendida en que el pulso histórico se condensa, de un modo quitaesencialmente periodistico, en anécdotas leves.
Anécdotas deliberadamente costreñidas a una ciscunstancia próxima y entrañable -"Cuando Antonio Montes, que es de mi pueblo..."- como deseosas de ocultar la dura pepita de una categoría o moraleja universales.
Esa voluntaria apariencia de arte menor es responsable de la sorpresa que, con frecuencia, nos acecha en las pajaritas de don José. Hace pocos días publicaba un breve ensayo, a medio camino entre la greguería y el apólogo, en el que ponía en boca de un "Séneca" de ocasión la sugerente teoría de que la luz nace de la oscuridad. Uno, que siempre ha pensado vagamente que era al revés, se sonríe y piensa: Ingeniosa la paradoja de don José. Hasta que uno recuerda su extraña semejanza con el relato del Génesis, y, sin dejar de sonreír, se pone serio.
Otra reciente pajarita hacía de los pantanos símbolo del ahorro; y uno no podía menos de admirar el prolongado batallar de Montoto para infundir en la dura alma de hormigón de las cosas de hoy el germen de virtudes casi olvidadas. Cocotólogo docotorado, él hace que sus amables avecillas de la página tercera de este periódico se encrespen contra la inconsecuencia radical del hombre de hoy, se conduelan por las gentes y las formas de vida -"ya no hay peregrinos"-, idas irreversiblemente a otros posibles mundos menos apresurados, se hagan memoria viva de pasados dorados y presentes felices, e incansables, picoteen con caridad, censures sin acrimonia, corrijan con ironía.
En la cotidiana fauna de papel de don José es fácil encontrar, junto a una sorprendente impaciencia -"ahora miro mucho el reloj"- de reciente aparición, la vieja nota de tristeza reflexiva -"lo que duran las horas"- de raiz manriqueña, el retornar incesante de una juventud nunca perdida, la protesta inarriable contra la deshumanización del hombre -"la distancia que media entre el Decálogo y unos Estatutos"- o el recurso permanente a la familia -"a mí, lector amigo, me encanta escribir de la familia"- de un hombre claro, sencillo, inteligente, pasible, que desde hace años lanza todos los días al cielo de Sevilla un ave de papel, caliente aún con el calor humano de su autor.
Las pajaritas de don José son poemas de la intimidad, de la vida sencilla y congruente, del corazón. Recientemente recordaba en una de ellas su cuarto de siglo de viudedad y el cariño vivo por la esposa ida. La prosa breve y apasionada se quebraba, batida por el latido poético del autor, en catorce endecasílabos (perdón, don José, por medir sus pajaritas) para regalar a la esposa ausente, no una efímera pajarita de papel, sino un soneto vivo.
Esta quizás sea la misión auténtica de las pajaritas que todos los días de desperezan en las páginas de este periódico con un gorjeo nuevo: hacer poesía de la vida cotidiana y de la vida trascendente, sin alharacas, casi como quien no hace poesía.
Ahora me dicen que don José Montoto abandona la dirección de este periódico. Yo y numerosos lectores habituales de su lección cotidiana esperamos que siga escribiendo pajaritas a la sombra de sus recuerdos siempre florecidos, y que siga lanzádolas al aire con su cargamento, terrible y amable de antigua sabiduría del Eclesiastés. Yo y muchos de sus lectores habituales deberíamos, en rigor, conmemorar su liberación de la diaria responsabilidad de dirigir el periódico con una suelta de agradecidas pajaritas de papel inmaculadamente blanco.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
PEQUEÑO HOMENAJE
El motivo de mi incursión es hacerle un pequeño homenaje a mi madre, a los que por desgracia la han perdido y a los que teneis la suerte de tenerla todavia.
Mi madre era una persona que aún no siendo cariñosa, ya sabéis, la típica madre que te da besos y se pone un poquito pesada, pero tenía sus motivos porque con 11 hijos tú me contarás como acabaría dando besos por doquier, pero el último año de su vida tan triste, dolorosa y amarga fué todo lo contrario, sólo quería que la besaras, le cogieras de la mano y pasarte las horas muertas con su mano cogida entre las tuyas.
El día 28 hace un año que se nos fué y yo todavía no me acostumbro a estar sin ella, me ha dado cuenta que ya no podré decirle mamá a nadie, con lo bonita que es esa palabra. Me queda la alegría (entre comillas) de junto con mis hermanas haber cuidado de ella día y noche y la satisfacción de haber estado con ella hasta su último suspiro, aunque todos esos cuidados han sido muy duros, porque estás viendo como se está yendo por días y la impotencia de saber que no hay nada que hacer, realmente es angustioso pero bueno así es la vida y tarde o temprano nos vamos yendo.
Bueno, ya no quiero cansaros más, sólo deciros a los que habéis perdido a vuestra madre que os comprendo y sobre todo a los que la conservais que me acepteis un consejo. Estad con ella todo el tiempo que podais, colmarla de besos y quererla con toda vuestra alma, porque luego ya es demasiado tarde, y para os quede la satisfacción de haber hecho por ella todo lo que estuvo en vuestras manos, no lo olvidéis que luego os alegrareis.
un beso para todos
CADA UNA PA SU RINCÓN
Había una coplilla que decía: "recotín recotón cada uno pa su rincón". Era un juego que jugábamos cuando chicas.
Pues bueno, ayer en la mesa de camilla, sucedió algo parecido.
Llegó Marta con un puñado de escritos del blog, y aquí nos tenéis a la cuatro ilusionadas, y "éste para mí", decía María, "¡que no, que este es el mío!", "¡que va, si es el de La gran familia"... "mira, éste es el de La lata de atún y le falta el final", "toma éste, Tote, es El de la corbata"...
Un lío horroroso, que si éste es el mío, que si el otro yo no lo he leído. Cómo sería, que Marta con toda su paciencia acabó buscando una grapadora que hay en esta casa, que por cierto no la entendía, porque aquí todo lo que hay pertenece al siglo pasado, y empezó a grapar los temas del blog. Ya, por lo menos, nadie se llevaba un trozo de "Un día feliz" con el final del "Nudo de la corbata".
Antes de esto de interné, nos reuníamos y sin darnos cuenta siempre terminábamos la reunión con que si el PARACETAMOL no es bueno, que si se me va la memoria y no me acuerdo como se llama Belén Esteban, que si es mejor moverse de acá para allá...
Ahora eso todo ha sido eliminado de nuestro vocabulario, y comentamos de todo lo que el otro día fue imposible con aquel enorme barullo.
Yo con mi "marrón", no me pude acercar a todo el que deseaba, por ello, pido comprensión, a los que se me quedaron lejos hoy le mando el beso que aquel día no le dí, y para los 120 ¡Un fuerte abrazo!
Tia Salud
NO HAY FINAL EN TU VIDA
Verás, Tía María son tantas las cosas que quiero decirte, son tantos los sentimentos, y las cosas que me pasan por la cabeza, que empiezo uno y al momento me viene otro y lo borro para empezar de nuevo, me quedo en blanco, y ya no sé qué decir, así que paro, dejo la mente en blanco pido ayuda y... de nuevo me llega, otra vez viene en mi ayuda, vuelve de nuevo.
Según me contabas ayer cuando estuvimos hablando, decías que te cuesta mucho escribir, pues veras, a mí me pasa lo mismo, es exactamente igual, aunque no lo creáis es así, sin embargo nos deleitas con algo precioso, con una imaginación tan linda como cariñosa.
De todo esto que ahora estoy haciendo, no pararé de repetir que hay una culpable: "Cristina", culpabilidad que le agradezco de verdad, si ese día tan triste en el que nos vimos, y de no ser por su invitacion a participar en este maravilloso blog, no hubiera descubierto nunca esta faceta en mi vida, cosa impensable en mí, yo escribiendo, yo que no he escrito jamás nada de nada, exceptuando unas "pocas" cartas que le puse a mi madre desde Gerona y Tarragona cuando estuve haciendo el servicio militar.
Fíjate si soy de poco escribir que hasta te voy a poner un ejemplo, que además creo que es como mínimo hasta gracioso (Machus me mata cuando lo lea). Mira cuando estaba trabajando en esa empresa en la que hacíamos programas de televisión, hicimos una serie de flamenco y anduvimos por toda Andalucía, Marruecos, Madrid, Barcelona y Francia, bueno, pues desde Francia, en concreto desde Mont de Marsans, bonita ciudad, paseando por ella y como hacía bastante que llevaba fuera de casa (entonces estaba al principio de mi relación con Machus) pasamos por delante de una tienda de souvenirs, había unas postales preciosas, me dije: le voy a poner una a María Jesús (Machus). ¡Vale! compro la postal, y cuando le voy a decir lo que quería escribirle no era capaz de trasladarlo a la misma, yo sabía lo que quería decir, lo tenía escrito en el corazón, pero no era capaz de trasladarlo al papel, así que se la mande en blanco, cuando regresé a Sevilla me decía:
-"Hijo una postal en blanco, me podías haber puesto algo"
A lo que yo le digo, y ahora desde aquí también, el color blanco es color de la pureza ¿no? pues esos eran los sentimientos que tenía en esos momentos, (los sigo teniendo) hay cosas que no hacen falta palabras para decirlas, con sólo una mirada o un sólo gesto sobra para decirlas.
Te cuento esto para que veas que no es fácil escribir, tanto para tí como para mí y diría que para todos, aunque hay personas que sí lo tienen fácil, no somos nosotros de estas ¿verdad?.
Me decías también que ahora, al final de tu vida, ahora que te estamos demostrando lo que te queremos, ahora que te tenemos como nuestra "madrecita", porque lo fuistes en un momento de tu vida tan triste para todos vosotros, y que esa "Pajarita" te la dedicó abuelo porque tuvistes que arrimar el hombro y tomar las riendas de tu casa, por ser la mayor de las hermanas para cuidar de tu padre y de tus hermanos, dejando a un lado tu juventud y tus ilusiones, para dedicarte por entero a esa dura pero a la vez hermosa tarea.
Te pregunto, Tía María: ¿has dejado de arrimar el hombro alguna vez en tu vida? creo sinceramente que no, es más, te digo que aún lo sigues arrimando.
Ese final de tu vida al que te refieres, que espero que sea lo más largo, feliz y placentero posible entre todos nosotros, no llegará nunca, en tanto y en cuanto haya sólo uno de nosotros para recordarte, sólo habrá un pequeño paréntesis entre la tierra y el cielo, tu vida continuará allí arriba con los tuyos, para que con esa maravillosa imaginación que tienes puedas organizar esa montotada, en el mejor sitio posible que se puede hacer, sin proyecciones, sin pagar, todos juntos, lo que sí te digo, es que la entrada a algunos (yo, por ejemplo) nos costará trabajo sacarla, pero te prometo que a partir de ahora pondré todo mi empeño para poder tenerla y estar ese día con todos vosotros en esa reunión, donde no podremos llorar, porque estaremos todos.
Te agradezco mucho que me nombres en tu escrito, y te pido disculpas por hablar de mí en este que debería estar dedicado por entero a tí, pero tenía que hacerte ver que para mí es también difícil esto de escribir, que le pongo todo el cariño posible, porque es para tí y lo hago por tí, y porque todo el cariño que le ponga es poco para lo que te mereces.
Creeme Tía María, Tu Vida Nunca Tendrá Un Final, no lo permitiremos los que te queremos. No, Porque Siempre Serás "La Madrecita"
Muchos besos
PA COMEROS…
Es curioso como cada uno va desgranando lo pasado el sábado, sacándole su pizquita. A mí se me vienen a la cabeza muchos momentos que saboreo desde entonces.
Escribo aquí no por mis dones literarios, tampoco porque vaya a decir nada nuevo. Pero sé, que a los dos... ¿cómo llamarlos? ¿redactores jefes? ¿pajarillos pintureros?... les hará ilusión ver como el blog va llenándose de pajaritas, pajaritos...y pajarracas como ésta.
Yo iba muy ilusionada el otro día. Hace muchos años que no veo, ni charloteo, con muchos de vosotros. El don de la palabra tampoco lo tengo, vamos, que he sido siempre casi mudita.
Bueno, al lío. Me hacia mucha ilusión ver a Tío Jesús y a su prole. Como les conté a ellos, les tengo un cariño especial. Pasamos hace muuuuchos muchos años una semana santa en la Pituta que nunca olvidaré. Paseábamos montados en la burra y la mula que entonces tenían. Creo que ellas tampoco nos olvidarían, ya que íbamos cinco por lo menos montados en las dos, y no les dimos tregua en toda la semana. Conocimos los alrededores, la guía de las excursiones era la mula, ya que bien terca ella, nos llevaba por donde le daba la gana. Íbamos a coger espárragos y mi padre, cómo no, aprovechó para pintar algún cuadro. Y una vez nos persiguió una cabra loca que tenían, y corríamos alrededor de un coche para que no nos diera con los cuernos.
Una tarde, estando en la planta de abajo, en una habitación donde dormíamos todos los primos juntos, se escuchó un ruido, y a continuación cayó sobre mi cabeza un ladrillo. Quedó hecho añicos. Un ladrillo de los antiguos ¿eh? bien macizo, no como los de ahora. Todos corrieron a auxiliarme, pero yo apuntaba maneras, y la cabeza ya la tenía bien dura, así que no me pasó nada. El caso es que en la planta de arriba dormía José María, que se cayó de la cuna, y yo ¿dónde iba a estar?, pues justito debajo.
Todos ellos, y tío Jesús con su gracia y ternura tan particular, me hicieron pasar unos momentos que no olvido.
A Teresita tenía muchas ganas de verla. Le recordé que hace años, jugando al escondite en casa de mi madre, a mí se me ocurrió meterme dentro de su armario. Ella me pilló, pero no se lo dijo a nadie, porque ella no es acusica, pero... cerró la puerta con llave. Y como había tanto alboroto con tantos chiquillos correteando por la casa, nadie me echó de menos en un buen rato. Y digo yo, Tere, que la culpa no fue tuya ¿quién me manda a mí meterme en un armario?
Desde aquí quiero decirle a tío Jesús que estoy deseando leer algo de esos escritos que está haciendo, que me ha dicho un pajarito que tienes una "pajarita" escrita.
Me hizo mucha ilusión verte a tí, y a todos tus hermanos. A los cordobeses hacía también muchísimo que no los veía, hasta el punto que a Santiago no lo reconocí hasta que a última hora nos presentaron. Santiago, perdona por mi lapsus, (y que no se entere nadie). En vuestros ojos veía la misma mirada que recuerdo de Tío Pepe.
Hacía demasiado tiempo que no veía a muchos. Y la misma ilusión me hacía ver a unos que a otros, más cercanos, pero con los que tampoco vemos con frecuencia. Mis primas/primos Montoto Castrillón han sido un maravilloso descubrimiento, ya que hasta hace poco casi casi... no nos conocíamos.
A tío Luis y a las tías los veo más en la mesa camilla, pero siempre es un placer ver a Luis, Santiago, Juan José y a María Dolores.
A mi gallego particular he de agradecerle que se montotizara en un pispas (o montoutizara que es más galego). El domingo me contó lo bien que lo pasó, ya que el sábado no lo ví ni a él ni a mis niños en toda la tarde. He de recordar a quien quiera apuntarse, que en el Palmar, y con la excusa de echar unas carreras con el Scalextric y catar el orujito gallego casero, podemos vernos cuando queráis (pero no vengáis todos de golpe que me estropeáis mi huerto).
Mi madre siempre cuenta una anécdota de un día en la casa de Lora, que fue a comer un obispo. Ese día había una sopa de esas de picadillo, con jamón, huevo duro... Pusieron la mesa con más ringorango del habitual, y el obispo, muy educado, se sirvió un poquito de caldo de la parte de arriba. El que servía la mesa, sosteniendo la sopera, le dijo solícito al buen obispo: "Ajonde, ajonde, su divina majestad, que en el culo está lo güeno".
Traigo esta anécdota aquí, para pediros y agradeceros, que me dejéis ajondar en vosotros, ya que es sois todos un exquisito privilegio. Primos: ¡SOIS TODOS PA COMEROS!
martes, 10 de noviembre de 2009
Y QUE NADIE FALTE...
La verdad es que mereció la pena todo lo que cada uno tuvo que superar para la asistencia a ese acto, y en él ya se oían fechas de citaciones para una próxima reunión, y yo que soy muy imaginativa pienso: ¿Cómo sería una montotada en el cielo?
- Allí no tendríamos que buscar el sitio, no habría ninguno que lo superara.
- No tendríamos que pasar proyecciones ni llorar, porque todos los que se fueron, estarían presentes.
- No tendríamos que pagar, ya que ÉL lo hizo por todos nosotros.
Pero eso sí, la entrada la tendríamos que sacar aquí, uno a uno, día a día.
Y termino aprovechando la pajarita de abuelo, que publicó ayer Jesús, y con la misma ilusión y amor que hay en ella: "Contará los que somos y gozará si no falta nadie"
Con todo cariño: Maria Montoto de Flores
EL NUDO DE LA CORBATA
Como lo prometido es deuda, y contigo la contraje en este día tan amable que hemos pasado todos juntos, quiero dar constancia y reafirmar lo que en su día de tí publicó tu hermana Rocío.
Sólo con verte se puede dar uno cuenta de que eres una persona elegante, con estilo, prestancia, serio, de buen parecer, pero claro, para ser bueno no sólo hay que parecerlo, también hay que serlo, y ante esto perdona que te diga que tú lo eres, lo sé porque he podido comprobarlo en varias ocasiones.
Verás, cuando aún no te conocía lo suficiente, (eramos los dos mucho más jóvenes) y te veía, me decía "que primo más serio". Infundías respeto, siempre tan recto, elegante, tan repeinado, pero claro, como te digo, aún no te conocía lo suficiente para saber cómo eras en verdad, ahora que te conozco bien, cosa que me alegra enormemente, no por ser primos o más que primos, simplemente porque tengo mucho que agradecerte, y simple y llanamente, nada que reprocharte, cuando me hizo falta ayuda y te la pedí lo hiciste sin dudarlo, no sólo en momentos importantes, también en pequeñas cosas y gestos que te honran como buena persona que eres, y como tú dices que presumes de bien nacido, el refrán al que te refieres reza así , "de bien nacido es ser agradecido" ¿no? pues yo te doy las gracias por ser como eres, porque das sin esperar nada a cambio, y eso es de agradecer.
Te voy a recordar uno de esos gestos, un simple y tonto gesto, tú también lo recordarás, fue en el bar Bolonia de mi hermano Luis, cuando intentaba hacerme el nudo de la corbata y no era capaz de hacérmelo, llegaste tú y... "a ver niño, ven para acá... plis, plas, tacata, piripin, pin, pin..." y el nudo hecho. Bueno, pues desde entonces cada vez que me hago el nudo de la corbata me acuerdo de ti, fíjate lo que puede hacer un simple y tonto gesto.
Has pasado por varios tragos muy duros en esta vida, tragos que he compartido contigo, pérdidas irreparables de personas queridas por los dos, también hemos pasado muy buenos momentos entre nosotros y con alguien que los dos hemos querido con el corazón, tu padre, Tío Cesáreo. Momentos inolvidables en Lora, en Santa Marina, en Barbate (conferencia de flamenco inigualable) por nombrar algunos... ¿te acuerdas? claro que te acordarás, esos momentos no se olvidan, los malos, por ser malos, porque te afligen, y los buenos por ser agradables y bonitos para recordarlos.
Bueno, con esto quiero decirte que aquí tienes a alguien que bien te quiere, y que estará dispuesto a dar por ti y por Lali, (sois tal para cual) lo que sea de la misma forma que tu haces con las personas que están a tu alrededor, hermanos, primos, sobrinos, amigos, etc. etc...
Que sepas que estas sencillas palabras que aquí te pongo, no son para adularte, ni para homenajearte, ni nada de eso, sé que no te hacen falta homenajes y que posiblemente no te gusten, sólo es la verdad pura, para que no te quites méritos ni virtudes, y le des la razón a tu hermana Rocío que bien te quiere.
Otra cosa, yo nunca he sido persona de llorar, fíjate que la de veces que me he caído de la moto, escaleras... y me he roto algo, el dolor físico que te crea cualquier porrazo de los que me sigo dando todavía, te puedo asegurar que duelen bastante, pues no me hacen llorar, y sin embargo cada vez que entro en el blog, y leo algunas de las cosas que hay publicadas se me caen las lágrimas a montones, soy como Cristina, lo veo todo borroso, te lo digo porque cuando hay un buen corazón, amable y noble, es lógico que pasen esta cosas.
Espero que esto que cuento aquí no te moleste, "el regaera" lo hace con todo su cariño, para que el que no te conozca sepa como eres, y punto.
besos, para ti y para Lali
lunes, 9 de noviembre de 2009
Tras la Montotada hubo más
LA PRIMERA FOTO
Cristina, no sé como expresar todo lo que en tu reportaje me has hecho sentir. Sola en casa he vuelto a verlo una y otra vez.
La primera foto de esa niña nacida en el año 1888 me impresionó, y en cada foto nos haces recordar muchas cosas. Cada foto al mirarlas nos recuerdan lentamente su vida. Su infancia feliz, la época feliz de su juventud, después su boda, su vida en Madrid y la ilusión de su primer hijo, Cesareo, mas su vida feliz en Cádiz donde formó una familia numerosa.
En la foto en la que está sentada en el sillón, muestra ser una persona seria y serena en actitud de estar tomando conciencia de todos los actos de su vida.
Las siguientes fotos ya empiezan a reflejar sus años difíciles de atravesar todo debido a la guerra de 1936, que para ella fueron tan difíciles de llevar.
Después, ya estas últimas fotos aparentan tener más edad de la que tenía, 53, pero para mí son las que recuerdo con más intensidad, pues fueron las últimas de su corta vida, y en ella, en la última foto como último recuerdo nos muestra su mirada dulce y serena.
Es bonito ver que el reportaje empiece con una foto del abuelo sonriente, y que aparezca de la misma forma al terminar, pues si él hubiese podido presenciar este día se sentiría muy feliz.
Gracias a todos y para todos
LA LATA DE ATÚN
Pasó con alegría y felicidad la segunda Montotada. De ella cada uno guardará sus recuerdos, según sentimientos y edad, importante ambas cosas, ya que nos reunimos cuatro generaciones.
Fuimos llegando poco a poco a la cita. Algunos nos vemos con frecuencia, por lo que nos saludábamos con la alegria de compartir juntos ese día, para otros esto no es tan sencillo por vivir alejados y al vernos y saludarnos, se leía en sus caras sus pensamientos ¡Por Dios, como están!
Es de agradecer el interés mostrado por todos los participantes, para muchos resultaba, por diversos motivos, un sacrificio e incomodidad su permanencia, pero lo hicieron con gusto, y por el resultado creo que les mereció la pena.
Muy bonita y emotiva la proyección de las fotos familiares, ellas dieron lugar a más de unas lagrimitas.
Este interés en la celebración de reuniones familiares, nos viene como recuerdo de tantas organizadas por abuelo. Para él era muy importante que la familia estuviese siempre unida, y así lo estamos cumpliendo. Su recuerdo, sin necesidad de haber proyectado sus fotografías, estaba flotando en el ambiente y en cada uno de nosotros. Gracias papá por tu modo ser y por tu ejemplo, que en cada uno de tus descendientes ha quedado grabado.
Nuestro agradecimiento a los organizadores, que pusieron todo su empeño y trabajo para que lo pasáramos bien: Rocío, Bruno, Cristina, y Jesús, estos dos últimos además por su interés en que el blog siga siempre vivo, y aprovecho para deciros a todos, ¡animarse y colaborar! es de mucho interés lo que cada uno cuente, y no hay excusa, ya que aunque nuestra familia sea de literatos, no tenemos obligación de serlo, y os digo ¡Fuera complejos! cojan enseguida papel y bolígrafo y comiencen a escribir.
Nosotros, los de la primera generación, nos sentimos muy queridos por todos, se acercaban cariñosos y el mejor piropo que oíamos era "Que bien os conserváis" No sabéis lo que esto para mí significaba, me veía metida en una lata de atún en conserva y con fecha de caducidad.
Tiene gracia la vida. Cuando eres niño, quieres ser mayor, el cumplir años es la gran ilusión, luego llega la juventud, y a medida que van pasando los años, si puedes, te los vas quitando, hay hasta quien falsifica la edad en el DNI, y no te digo nada cuando empiezas a subir de los sesenta, hasta que te llega el momento que ansías tener un año más, y ya no lo ocultas, al contrario, lo dices, porque te gusta oir eso de "Que bien te conservas" y yo te lo digo, prefiero llegar a sentirme lata de atún en conserva, pero eso sí, con fecha de caducidad lo más larga posible.
UN DÍA PARA GOZARLO
De la Pajarita quiero resaltar un fragmento, pocas palabras, pero que dicen lo que en este día y entre todos hemos hecho realidad.
"Y a los míos senté ayer a mi mesa, y me alegré con ellos, y gocé al recontarlos y advertir que eran tantos"

Os puedo asegurar que intenté contaros y recontaros, pero no fui capaz, no había quien pudiera hacerlo, no parábais quietos ni un momento, había demasiada alegría, ganas de saludarnos, de hablar, de estar juntos, y después de varios intentos a día de hoy todavía no sé cuantos fuimos.
Hubo momentos de verdadera emoción, para mí uno de ellos fue la llegada de Tía Dolores, el abrazo a su hijo Pepe y a Tía Tote, corrieron algunas lágrimas, lágrimas que yo tuve que dejar correr en la terraza, para que fueran solo mías, para no contagiarlas a nadie más.
Imagino que sería con todas y todos los Tíos igual, no pude verlo, porque como os digo tuve que salir a la terraza.
"Una mesa en la que hay ocho mujeres jóvenes, alegres, esperanzadas y risueñas, no es regalo que gocen muchos hombres"
Aunque el paso de los años haya convertido a estas mujeres en lo que son para nosotros nuestros mayores, y aún faltando alguna de ellas en esta mesa que nosotros hemos conseguido llenar, es un regalo del que todos nosotros hemos podido disfrutar.
También como dice Cristina, las ausencias estuvieron muy presentes, cómo no estarlo, cómo no recordar a los que ya no están entre nosotros, y a los que tanto queremos y echamos tanto de menos, pero que con esas imágenes tan emotivas que ella ha tenido la gentileza de ofrecernos en ese gran trabajo recopilatorio, pudimos tenerlos entre nosotros de nuevo, trabajo que hay que agradecerle de corazón. Gracias Cristina.
Me dijo un pajarito que el primo Javier Montoto Linares tenía algo preparado, para hablarnos de algunas de estas personas que hoy nos faltan, desde aquí lo invito a que lo haga en el blog. Háblanos de ellos Javier, todos estamos deseando escuchar, en este caso, leer tus palabras.
Querida Cristina, entiendo que no quieras colgarte medallas, las únicas medallas que valen aquí son las medallas de la Hermandad de la Virgen de Setefilla, Hermandad a la que todos pertenecemos porque abuelo nos unió a ella desde el día en que nacimos.
Que eres la precursora de todo ésto (reunión familiar, blog, fotografías, pajaritas, risas, lágrimas, recuerdos...) indudable.
Agradecerle a Bruno su inestimable ayuda, y a todos los demás, es algo que dice mucho de lo buena persona que eres. De Bruno quiero contarte algo, es poca cosa, pero me siento en la obligación, porque sé perfectamente que es una persona con la que se puede contar sin dudarlo, lo conozco hace ya treinta años, para mí es como un hermano más, por eso sabía que contar con él era un seguro en la organización de esta día tan especial, pero tú no puedes restarte ni el más mínimo mérito en ello, porque de no ser por tu insistencia, y por tu entrega total y completa, de no ser por las ganas que tenías de que todo saliera como ha salido, nada hubiera sido posible.
A Pepe Montoto Cañas, agradecerle su conformidad en la petición que le hice para que leyera la Pajarita, no vaciló ni un segundo, lo aceptó con total compromiso, aunque el ruido de la sala no nos dejó escuchar de su propia voz lo que también habría sido un emotivo momento de recuerdo por lo que la pajarita en sí refleja, otro día más para gozarlo, como así fue, gracias Pepe.
A Malen, pedirle disculpas por la broma tonta, cuando ibamos a disfrutar de la visión de la película de Cristina, al incluirla entre las mayores: no eres mayor, perdona la broma, y decirte que para mí, siempre has sido de las más guapas de todas las primas, aún lo eres, besos.
Dar las gracias también a todos los demás, sin dejar a ninguno fuera de este sincero agradecimiento, por vuestra asistencia, con las dificultades que para algunos suponía, por el cariño demostrado, y por tantos momentos de alegria que todos hemos compartido.
domingo, 8 de noviembre de 2009
LA GRAN FAMILIA
Yo molía, un poco ronca, y con los pies como si hubiera hecho el camino de Santiago, pero MUYYY FELIIIIZ, con la resaquilla emocional de un día como el de ayer cargado de intensidad.
Debo reconocer que mis niños iban al evento un poco asustados: “¿y tenemos que dar 120 besos?”, pero después los centenares de besos no parecieron importarle demasiado, y por la noche, cuando me los llevaba, decían “¿ya nos vamos? ¿tan pronto?”. Esta mañana lo primero que he escuchado ha sido “mamá, ¿por qué no nos mudamos a Lora?”… quien siembra recoge.
Tengo un montón de imágenes grabadas en mi memoria. Son como trocitos de un puzzle, que intento recomponer a la vez que recompongo mi cuerpo. Ya tengo una edad, aunque me cueste reconocerlo.
En primer lugar quiero agradecerle a Bruno todo lo que ha hecho. Ayer en el maremagnum no pude. Gracias a él todo ha sido perfecto, el sitio inigualable, el menú magnífico, y todas mis ocurrencias las resolvía en un periquete. Antes de que yo pidiera un alargador para el portátil, él, como si fuera un mago, ¡plaf! ya lo tenía en la mano. Él ha sido el verdadero organizador, y no quiero colgarme medallas que no me corresponden. La de oro para Bruno, y luego, las demás si queréis las compartimos Jesusito, Rocío, Machús, yo, y todos los abnegados recaudadores a los que le hemos dado una paliza tremenda para que fueran cerrando las listas de asistentes. Y un último premio para todos los que habéis puesto tanta ilusión, que habéis venido de tantos sitios para que la reunión haya tenido tanto éxito de crítica y público.
Lo que más me gustó fue ver a esos siete Montoto Flores disfrutando juntos, y a las dos tías Dolores, y a las Castillo… ¡Vaya lujo contar con esa mesa presidencial! Somos afortunados por tener esos genes octogenarios tan ilusionados. Nunca tuvo más sentido el título de aquella Pajarita con la que abuelo cerró el telón: "La gran función: vivir". Vaya lección de vida tenemos con ellos. Nada más que por eso merecen la pena los callos que tengo hoy. Cuando recupere mis fuerzas iré a ver qué se comenta por la mesa camilla, seguro que no tiene desperdicio. Me encantó el ratito que eché con el patriarca, tío Jesús, que siempre me sabe a poco, y estoy deseando leer sus valiosas memorias, desde aquí quiero achuchar a su secretario personal a que se dé prisa en esas correcciones que está haciendo, y me encantaría que nos mandara algunos fragmentos al blog, para ir abriendo boca.
Las ausencias estuvieron muy presentes. Sobre todo al verlos en las fotos de la película, tan llenos de vida. Es curioso. He visto miles de veces las fotos para hacer la película, y hasta ayer no lloré al verla. No lo pude evitar. Soy llorona. Lloro hasta con el anuncio ese de los turrones de vuelve a casa por Navidad. Gracias a Ful por su asistencia técnica, es difícil ver si está la imagen enfocada cuando tienes la lloriquera puesta y una pajarita de papel en la mano para secarte las lágrimas.
Y que sepa la mesa camilla, que la preciosa foto que recibí tan bien enmarcada ya tiene un lugar de honor al lado de otra de mi padre, a la que nunca le falta un jarroncito con jazmines frescos. Ahí están los dos. Perfumaditos y presidiendo mi casa y mi corazón. Gracias.
Ayer me dijeron una frase que me llenó de orgullo: eres la más montoto de las montoto. Dos veces la escuché, en boca de dos personas diferentes. No sé muy bien en qué consiste eso de ser la más montoto de las montoto, pero me gusta como suena, sea lo que sea. Es una gran responsabilidad, y espero estar a la altura.
Y con respecto a los descendientes, ahora mismo escucho la musiquilla familiar de la peli que proyectamos ayer, que mis niños repasan en otro ordenador, y escucho sus comentarios: “ése del bañador es el tío Jesús jajajaja”, “mira, tía María con su perrito” “y ese es el bisabuelo de las pajaritas con Carmen Sevilla” ¡se la saben de memoria! ¡conocen nombres de personas que hace menos de un año no tenían ni idea de quién eran! ¡y se quieren mudar a Lora! ¿no merece eso la pena? (a los de Lora os diré, para tranquilizaros, que no pienso mudarme allí, podéis estar tranquilos).
52 nietos, me dijeron ayer que tenía el abuelo (y yo, la número 30), y... ¿cuántos bisnietos? ¡menuda tercera generación que tenemos entre todos! ¡qué guapos/as todos/as los de la generación facebook! (parezco la bibiana) ¡los chicos, los medianos y los mayores! (que tienen CASIIIIIII mi edad, jejeje). Me encanta conoceros, aunque sea poco a poco, y prefiero veros en persona que en el Facebook que se me pone un muro en la cabeza y no sé pa donde mirar.
Pero sobre todo quiero hacer un recuento de las promesas que escuché, para que queden por escrito una vez que pasen los efluvios etílicos y no se queden en agua de borrajas:
-Ignacio M.C. prometió escribir cosillas, y enseñarnos las cosas que conserva de abuelo y la Hermandad Carretería (tienes una voluntariosa secretaria perfectamente preparada, así que ponte manos a la obra).
-José Luis M.C., decídete de una vez, hijo. Sólo se tarda un minuto en enviar un correo electrónico con eso que tú sabes, sobre todo porque ya lo tienes escrito, y Jesusito o yo te lo ponemos mono.
-Jesús M.S.: te recuerdo lo de “holaaaaaaa” (nosotros nos entendemos). No aspiramos a que te den un sillón de la Real Academia. Y lo dicho: convence a tu padre para que nos ponga de vez en cuando un trocito de sus memorias, a modo de primicia.
-Maruja M.C.: no hace falta cursillos, entra dos o tres veces y verás lo fácil que es. ¡Las dos nacimos el mismo día, en algo se tiene que notar! Y de ahí al Paraguay es un saltito nada más.
-Isabel Mª M.C.: no nos abandones, nos encantan tus lentejas, haznos más potajitos.
Esas son las que recuerdo por el momento… ya me iré acordando de más.
Gracias a todos, vuestra presencia me ha hecho sentir de nuevo que somos una Gran Familia. En todos los sentidos.
Y como anticipo, aquí van las primeras fotos, las que hizo Marta:
PARA GENTE MAYOR

Hoy esta Pajarita es para gente muy mayor de edad, decía en el comienzo. Y si me apuras mucho, te añadiré que es sólo para mí. ¿Y para qué te escribes a ti mismo? –me podrán preguntar-. Pues me escribo –le digo- porque es una manera de deleitarse uno consignando impresiones íntimas y emotivas.
Fui el viernes de boda. Mejor diría “fuimos”, porque aquí en esta casa todo marcha a compás; a ese viejo compás de las familias como ellas eran antes: unidas, en armonía perfecta y en fraternal consorcio. Y ayer, aun los nuevos esposos en Sevilla, y aun en Sevilla los que a la boda fuimos, antes de que la dispersión se llevase a cada uno a su puesto, hemos tenido una celebración íntima, y tan sabrosa, que el gozo rebosó toda mi alma.
A estas alturas, cada cual en distinta población, y con ocupaciones, con negocios, con hijos, es muy difícil hacerlos coincidir. Cuando uno puede le es imposible al otro, y cuando este otro puede tiene el uno un quehacer. Ni hay casa que aguante este aluvión de gente. La mía, al menos, falló, y en hoteles pernoctan algunos matrimonios.
Pero hay una función en la familia que tiene mucho de sagrado rito. La mesa es como altar en donde se oficia ese ministerio de padre de familia que provee a los suyos del sustento. El padre de familia es en la mesa en donde más solemnemente ejerce su papel. Dios que nos crea, se ocupa de proveer a nuestras cosas. Y el padre de familia, delegado de Dios, provee a las necesidades de los suyos.
Y a los míos senté ayer a mi mesa, y me alegré con ellos, y gocé al recontarlos y advertir que eran tantos. Los cinco matrimonios y los cuatro solteros llenaban una mesa que hubo que prolongar. Y yo al frente de ellos me sentí muy dichoso. Y muy contento, y muy agradecido a la bondad de Dios, al ver como Él había proveído de manera que yo, a mi vez, pudiese proveer a la veintena larga de comensales que éramos entre los que servían y los servidos.
Una mesa en la que hay ocho mujeres jóvenes, alegres, esperanzadas y risueñas, no es regalo que gocen muchos hombres. Y porque lo gocé en el día de ayer, di por bien empleados sinsabores y afanes de otros tiempos que han traído esta cosecha de alegrías. Faltaba, es cierto, quizás la más alegre. Pero esa nunca falta aun cuando ella no esté. Esa, que creemos ida, no se fue tan del todo. Porque es que al irse dejó una ventanita por la que ella nos ve y se asocia a todo; cuando cada mañana ante el Sagrario de aquella capillita del convento, se acuerda de nosotros. Y, como si el Sagrario fuese espejo que reflejase imágenes lejanas, ella, al pedir a Dios por los que aquí dejara, nos ve allí reflejados por lo que tiene de evocadora, y fuerte su oración.
Y así, con la hija monja presente en el recuerdo; con las cuatro que Dios me conservó y las cuatro que amor trajo a mi casa de la mano de mis hijos mayores; con los seis hombres jóvenes que por padre me tienen, fue para mi un día inolvidable el de ayer.
¡Hasta nos retratamos! Ese retrato de mucha gente que luego miran con curiosidad los que vienen después. “Mira papá de joven”, dice uno. “¿Y esta quién es?”, pregunta otro curioso. A lo que alguien responde: “Ésta es tu madre, o ésta es tu tía Isabel”. Yo seré inconfundible en esa fecha: por más viejo conmigo no habrá dudas. Todos podrán decir: “Este es abuelo”. Y acaso ellos no sepan que ese abuelo luchó mucho en la vida y tuvo sinsabores infinitos. Mas, también fue feliz en muchas ocasiones. Como lo fue ese día en que la mesa se quedara chica a fuerza de ser grande la familia, y en el que cinco matrimonios jóvenes llenaron de alegría aquel hogar al que sólo faltaba la que habría coronado aquella escena. Pero ella, desde arriba, yo sé que se gozaba con sus gozosos hijos. Y hasta me pareció que hubo un momento en el que descendía sobre todos maternal y sagrada bendición...