Hay fechas que es mejor no recordar, pero por ser las que son no tiene uno más remedio que hacerlo, en este mes de Marzo, mes que por ser en el que entra la primavera, mes de cuaresma, Semana Santa y puerta de entrada a la Feria, mes en el que el sol debe brillar con fuerza, sol que debe iluminar nuestra ciudad, acompañándola, abrazándola suavemente, para con ello poder vivir estos días tan esperados por tantísimas personas, estos acontecimientos festivos y de fervor popular tan deseados, con esa luz tan especial que tiene Sevilla en primavera, que lo hace todo tan bonito, tan esplendoroso, el azahar floreciendo en los naranjos impregnándola con ese olor tan peculiar de esta nuestra Sevilla en primavera.
Era y no es otra mi intención que la de recordar en este mes a ciertas personas tan queridas, pero al hacerlo, por no querer entristecer este momento, por querer darle la luz necesaria a lo que ellos son para todos nosotros, para que ese olor embriague su recuerdo, para que el sol los ilumine, cómo no hablar de la Semana Grande de Sevilla, cómo no hablar de nuestro Domingo de Ramos, con tantos y tantos padres y madres de la mano de sus hijos pequeños para ver a la Borriquita, a la Hermandad de la Paz por el parque, a la Virgen de la Estrella por el puente de Triana... y tantas otras Hermandades que ponen sus Pasos en las calles de Sevilla, calles que hemos recorrido desde que somos niños, algunos de la mano de ellos, otros por la edad junto a ellos, o incluso solos, dando nuestros primeros pasos por las calles de Sevilla para contemplar absortos el pasar de las Cofradías, escuchar las bandas de cornetas y tambores, bandas de música, marchas de gloria... ¡ay, Dios! ¡cuántos recuerdo me traes a la memoria!; Lunes Santo, Martes, Miércoles, Jueves Santo... Madrugada, Viernes, Sábado, Domingo de Resurrección... Clarines suenan en la Maestranza, pistoletazo de salida a la Feria, en breves días pasamos de la seriedad de nuestra Semana Santa, a la algarabía de la Feria, Sevilla se inunda de color y de calor, de alegría, de cantes y de bailes, guitarras, trajes de flamenca, caballos y coches de caballos, las corridas de toros (fiesta nacional, le duela a quien le duela) la gente se tira a la calle, el Real de la feria se llena de fiesta, Sevilla entera ríe, canta y baila.
Bueno queridos familiares, en estos días quiero recordar con todo el cariño que le puede poner un hijo a la figura de su Padre.
Papá, hoy hace siete años que te fuiste, que no te has ido, porque eres recordado por todos tus hijos, pero con el amor tan grande, de la forma tan querida, tan especial de recordarte todos los días de su vida, como es la que tiene la persona que compartió toda su vida contigo, no la puede tener nadie, te lo aseguro Papá, lo sé, lo veo, me doy cuenta de ello, y tal como lo siento te lo cuento, te lo escribo, es la mejor forma que tengo de poder hacerlo, y aunque ella no quiere que lo haga, creo que porque le entristece aún más, lo hago por y para ella, porque os quiero a los dos.
También quiero desde aquí recordar a otras dos personas que se fueron en este mes, como son tío Cesáreo y Nena, su recuerdo está tan presente como el tuyo y el de todos los que ya no están aquí con nosotros, pero al ser en el mes de Marzo en el que nos dejásteis, quiero hacerlo en especial a vosotros tres.
Deseo desde el fondo de mi corazón que vuestro recuerdo, y el todos los que faltais, siempre esté presente en todos los que os queremos, no sabía como hacerlo, ni como contarlo, estas cosas me salen así, no me siento culpable, quería, y os aseguro que lo he intentado no ponerme sentimental ni triste, quería para todos ellos un recuerdo alegre, más no he sido capaz, es lo que me sale, me lo dicta el corazón, yo solo pulso las teclas ¡lo siento! no sé hacerlo de otra forma. Besos a todos
jueves, 11 de marzo de 2010
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