Sevilla 11 de Marzo de 2011
- Querido Padre, espero que al recibo de esta carta os encontréis todos muy bien….
Esta creo que sería la forma de empezar una carta de un hijo a un padre. ¡Porque digo creo! Pues es fácil de entender, de todas formas lo explicaré mejor: ¡Nunca le he escrito una carta a mi padre! ¿Por qué? Pues también es fácil de entender ¡Nunca he tenido la necesidad de escribirle! Se escribe a las personas queridas cuando uno está lejos de su hogar, cuando no hay otra forma de comunicarse o se siente la necesidad de escribir, (al escribir es más fácil expresar los sentimientos, esto es lo que creo, por lo menos para mí es así) Bueno, pues cómo digo no he tenido nunca la necesidad de escribirle, porque nunca jamás he salido de su casa,(excepto el año y pico en el que hice la Mili, pero entonces le escribía a mi Madre) cómo tampoco él ha salido de la mía. No he salido de su casa cómo ninguno de mis hermanos, ninguno de sus hijos, porque los hijos aunque se vayan, nunca salen definitivamente de su casa, siempre están presentes, si no físicamente, si en el corazón, de todas formas, él, diariamente iba a vernos a los que estábamos trabajando cerca, en sus paseos diarios era cuanto menos, cariñosa obligación, pasar a hacer una visita por corta que fuera. En esto, los hijos somos más egoístas, mas dejados, no lo hacemos con la debida frecuencia de las que son merecedoras, deberíamos… No, no es ese el término, en este aspecto debe ser: “debemos”, debemos es la palabra, es la obligación, es nuestro deber como hijos, devolverles todo el cuidado, todo el cariño, todo el amor, que ellos, cómo padres nuestros que son, han volcado sobre nosotros en toda una vida que han dedicado plenamente al cuidado de sus hijos, en un batallar incesante para que nunca jamás nos faltara nada. Yo en esto me siento extremadamente culpable, pues aunque tengamos nuestras razones, cómo el trabajo, los quehaceres diarios, o incluso la distancia, no es excusa para no dedicar un rato a la visita de nuestros padres o personas mayores, que tanto nos han dado en esta vida, esto les da vida ¿os acordáis de la publicación que hice hace algún tiempo, a la que puse cómo titulo “Soledad”? Pues lo repito, nosotros somos su luz, su compañía, su alegría, sus ganas de vivir… En resumen… “Su Vida”
Ahora, después de cuarenta y ocho años, de los cuales, ya hace ocho que se fue, que no se encuentra aquí, aunque sigue estando entre nosotros, ahora siento esa necesidad de escribirle y de sentarme de nuevo a charlar un rato con él, eso sí, todos los días nos despedimos al salir a trabajar, todos los días nos saludamos al llegar a casa, y de vez en cuando son cortas, pero intensas y emotivas las conversaciones.
Querido Padre, quiero charlar contigo sobre algo, sobre una Ley, Ley que no está hecha ni escrita por el hombre, Ley de la naturaleza, o incluso para muchos Ley Divina. Ley que es igual para todos, pero que se me antoja a veces demasiado dura y caprichosa, pues no siempre es justa, pero para todos es bien sabida e incluso aceptada en toda su plenitud y consecuencias, es: “Ley de Vida”.
Es Ley de Vida, nacer, crecer, multiplicarnos y morir. Es Ley de Vida, es lo natural, es la naturaleza en todo su esplendor y en toda su crueldad, pues cómo digo, es para todos igual, para todo ser humano e incluso para todo animal, desde el momento en que nacemos nos es impuesta y el final es el mismo para todos. ¿Es cruel? ¿No lo es? ¡La sentencia está dictada para todos! Según nuestra fe, será en el juicio final cuando pagaremos el justiprecio debido al comportamiento en nuestras vidas y a los pecados cometidos, pero ¿es esto justo? ¿Es justa esta Ley?
Se perfectamente que no es Ley hecha para impartir justicia, sé que es Ley divina, pero no por ello dejo de considerar que a veces es injusta, a veces muy injusta, y a veces tremendamente injusta.
Veras, no quiero darle valor a esto, no se puede valorar, ni se debe valorar lo justo o injusto en Ley Divina, pero lo hacemos, lo hacemos porque nos duele, el dolor de perder, de ver sufrir por una enfermedad, por un accidente…Etc.…Etc. a una persona querida, es dolor que nos hace verla y valorarla injusta.
Es injusta porque la misma vida lo es, podría intentar demostrarte que lo es hablando y contándote cosas y casos, se que no hace falta pues tu también los habrás vivido, todos vivimos estas situaciones dolorosas y aprendemos a vivir con ellas, pero el dolor de la persona que pierde su mitad, el dolor de la persona que pierde a quien ha compartido toda su vida con él o con ella, con la persona con la que ha construido un hogar llenándolo de ilusiones, creando una familia, luchando toda una vida para sacar adelante a los hijos, el dolor que le queda a quien ha perdido esto ¿es injusto? ¿Es muy injusto? O es tremendamente injusto, ¿Se puede valorar en algunas de estas medidas? Cómo poco se puede decir que es muy duro, se apagan ilusiones, muchos sueños se quedan en el camino, la soledad es implacable, si encima ya eres mayor, la edad y la vida se te hacen muy cuesta arriba, por ello digo que los hijos tenemos la obligación de cuidar de (en este caso) ella, para hacerle la vida lo más llevadera posible, no podremos hacer lo imposible que es, hacerla olvidar, pero si podemos paliar esa soledad, esa tristeza, esa oscuridad, podemos aportar alegría a su casa, cómo un día fuimos nosotros su alegría al nacer bajo su techo, y esto los hijos debemos devolvérselo con creces, porque somos los hijos el dolor más alegre que puede tener una Madre y el orgullo más grande que puede tener un Padre. No voy a entrar en valoraciones, ni puedo, ni quiero demostrar nada, porque los dos sabemos perfectamente de lo que hablo, voy a poner unas escuetas líneas que muy lejos de querer demostrar, ni mostrar nada, si nos hará ver y comprender tanto a ti cómo a mí de lo que estamos hablando. (Esto me puede costar un tirón de orejas)
- Hoy día 11 de marzo del 2011 recordamos el aniversario de vuestro Padre.
Sé que todos lo recordáis y que en vuestras vidas siempre está presente.
Nunca lo olvidaremos y hoy recordamos con tristeza el año 2003, recuerdos
que nunca se apagan que nunca mueren y que siempre los tienes fijos en
la mente, quisiera seguir escribiendo pero en este momento no puedo mi
mano está temblorosa y mis ojos están llenos de lágrimas….
Esta situación es como digo, cuanto menos, dura, es Ley de Vida, no es justo, ¿qué puede haber justo aquí?, es Ley Divina, nuestro destino… ¿Está escrito?
Hay otras situaciones que también son verdaderamente duras, es Ley de Vida que sean los hijos los que sobrevivan a los Padres, pero y ¿cuando esta Ley se torna contraría? cuando se vuelve del revés, cuando son los padres los que tienen que enterrar a un hijo/a, dicen que no hay mayor dolor para unos padres, debe ser brutal y por supuesto es, ¿injusto? ¿Muy injusto? O tremendamente injusto ¿Es Ley de Vida? ¿Es ley Divina? Hemos pasado por esta situación también en varias ocasiones, nosotros en casa, le debemos dar gracias a Dios por no haber pasado por ella, pero la hemos tenido cerca, muy cerca y nos duele, pero incluso siendo tan cercano jamás podremos saber del dolor de esos padres, aunque sí de lo injusto de esta Ley.
Bueno padre como veras sigo haciendo preguntas absurdas y atolondradas, cómo veras sigo igual, cuando lo que debía hacer era recordar tu memoria, hablar de ti, de tú persona, te meto en estos berenjenales que tengo en la cabeza, discúlpame, sé que lo harás, porque aparte de ser bueno y de gran corazón, eres mi padre, y los padres le perdonan todo a los hijos, por eso los hijos solo hacen que meter a los padres en complicaciones y ponerlos en situaciones difíciles, de las cuales siempre salís airosos, y esta no va a ser menos ¿verdad?.
-Pues con todo lo contado y dicho, y esperando que sigáis bien, se despide de ti este tu hijo. Besos y hasta pronto Padre.
domingo, 13 de marzo de 2011
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5 comentarios:
bonita carta, Jesús, y bonito recuerdo, aunque los padres queridos, como explicas bien, no son recuerdo sino presencia, y están con nosotros al salir a trabajar, al llegar a casa... y en miles de momentos al día en los que su chispa revolotea alrededor de nuestra cabeza. Un beso en este día a todos los CM incluído él, Eduardo.
Primo,
Como bien cuentas no hay mayor orgullo para un padre que sus hijos. Por eso, el queridísimo y siempre cariñoso Tío Eduardo (para el resto de la familia) estará más que orgulloso al haber leído "Ley de Vida". Mi enhorabuena por expresar tan bien unos sentimientos tan complejos, agradeciéndote tus profundas reflexiones.
Es verdad todo lo que dices Jesús. Mi padre hace este verano en el día de Santiago 30 años ya que se nos fué, y todos los días me acuerdo de él varias veces. Lo nombramos todos en muchas ocasiones. Papá decía esto o lo otro, o haría esto. Siempre tenía solución para todo con esa inteligencia y bondad que tenía. NUNCA lo olvidaremos.
Hola,me interesaria contactarme con alguno de ustedes,puesto que el apellido de mi abuelo es Montoto,y el y mi abuela(de apellido Lorenzo)son nacidos en Asturias,de muy jovenes vinieron a Argentina y aqui formaron una gran familia de 7 hijos y 19 nietos y numerosos bisnietos.Nunca tuvimos contacto con ningun familiar de ellos en España y a mi me encantaria hacerlo.Espero una respuesta.Gracias
Hola Familia Montoto,les escribe Roxana.Les comento que desde el año 2.002,me dedico a la genealogía y tengo un blog dedicado a homenajear a mis antepasados y a mis familiares y los invito a que lo conozcan.Pueden dejar comentarios.Mi blog es:
http://filomenalaespadadeltriunfo.blogspot.com/
Filomena Lonetti es mi Bisabuela y foto está en el archivo del blog del mes de febrero del año 2.009 y en la sexta última publicación d emi blog se encuentra la,foto de mi padre "El Señor Orlando Aníbal González Ferrari".Gracias por leer mi mensaje que tengas éxitos.Roxana Miriam González de la Ciudad de Rosario,Provincia de Santa Fé,República Argentina
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