Escribir es, si no la más, una de las armas más poderosa que el ser humano ha creado.
Fíjate bien. Las palabras, las frases, las oraciones que formulas desaparecen en el mismo instante en el que son pronunciadas, arrastradas por un viento impetuoso que no perdona bautizado bajo el nombte de Tiempo. ¿Dónde acabarán todas esas palabras? Cada uno tiene un lugar para ellas.
Escribir puede ser tan poderoso que puede llegar a destruirte. Ni siquiera somos conscientes de lo que tenemos, por el simple hecho de que todo aquello que nos rodea, en su conjunto, supera el poder y la capacidad lógica de la mente.
Pero escribir también puede ser tan poderoso que te enseña cosas sobre tí que no conocías, cosas que estaban guardadas en un recóndito sitio de tu interior. A unos les sale del corazón. A otros, de la cabeza.
No sé que es peor.
Escribir con el corazón puede crear citas tan bonitas, tan perfectas, tan capaces de erizar nuestra piel cuando las leemos que creemos que dicha frase ha sido creada para ti y, a veces, por ti. Pero el corazón tiene la dichosa manía de ignorar el lado bueno de las cosas, y eso significa volverte esclavo de algo que aún no sé definir.
Escribir con la cabeza puede ser aún más destructivo, si cabe, que el poder del corazón. Escribir con la cabeza te obliga a sacar lo peor de tí, te obliga a conocerte a través de lo que expresas. Y créeme, conocerse a uno mismo puede ser increíble, pero si te quedas estancado en el mismo punto una y otra vez es tan letal que pierdes el sentido de la razón y cuestionas todo aquello que te rodea, que tienes.
No sé con qué he escrito esto. Y que así siga.
En honor al legado escrito de los Montoto.
miércoles, 22 de mayo de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Pues con un poco de cada, primo. Muchas veces el corazón tiene que frenar a la razón y viceversa. Muy bonita y sensata tú reflexión
Soy Teresita, que creo que no sale el nombre
Estimado Jose Luis del Yerro: Escribo desde Argentina, la verdad confundido entre tanta y tanta información sobre mi búsqueda en honor a mi fallecida abuela, ella siempre anhelo saber mas de su abuelo de origen español, y si bien ya es tarde para ella no lo es para mi, porque he logrado llegar a mis lineas ancestrales desde el 350 d.c. Me queda saber mas y mas. Te escribo y ojala leas para saber si por causas o casualidades de la vida logro encontrar aqui mi respuesta: en el año 1890 llega a Argentina, desde La Coruña, en el barco Sttugart: Gertudis/Gertutis/Gertrudis Montoto (nacida aprox 1849) casada con Jose Moran, y sus hijos: Maria Paz, Dolores, Manuel, Marcelina, Juan, Asuncion, Carmen, Jose Manuel, Luis... Manuel se caso en Serrezuela (Prov. de Cordoba) con Tomasa Ponce de Leon y tuvieron a Carmen Moran criada por tias maternas en Rosario, cuando regresa a La Rioja contrae matrimonio con Filemon Perez-Gomez y Peñaloza entroncando con la familia de Angel Vicente "El Chacho" Peñaloza, de alli desciende mi abuela materna. Si tu o alguien de aqui pudiese brindarme una pequeña ayuda para continuar mi arbol genealogico, de todo corazon se los agradeceria. Te felicito por tu espacio. Mis respetos a todos. Cualquier informcion comunicarse con Sebastian a deramirezbourbon@live.com
Hola,
Hay alguien que tenga por alguna casualidad informacion de mis Tios-abuelos Romualdo, Marcelino, Jose y Francisco apellidados "Montoto Barrero", nacidos en la segunda mitad del siglo XIX en Lastres/Colunga y que emigraron como muchos otros a sudamerica ( Cuba o Argentina?) en la primera mitad del siglo XX?
Saludos / Maria
Publicar un comentario