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miércoles, 27 de mayo de 2009

DE LA CARRETERIA III

Boletín informativo de la Hermandad de la Carretería.
Año VII –Junio 1978

SEMBLANZA SOBRE D. JOSÉ MONTOTO


II. TESTIMONIO PROFESIONAL
Siguiendo con la serie de aproximaciones a la vida y obra de quien fuese inolvidable Hermano Mayor de la Carretería, hoy hemos querido penetrar en su faceta profesional. Como periodista y director del diario EL CORREO DE ANDALUCIA, durante treinta y tres años, dos meses y quince días (toda una cota máxima en la prensa Sevillana), Don José Montoto y González de la Hoyuela, alcanzó todo el prestigio que su correcta y anónima actuación mereció. Pero si en algo puede contribuir nuestra modesta indagación no estaría de más intentar divulgar en el seno de nuestra Hermandad sus dotes, su hombría de bien y su sacrificio por la prensa Sevillana. Durante muchos años de su permanencia al frente del diario, trabajó teniendo como redactor jefe a Don Joaquín López Lozano, quien gentilmente nos ha servido de puente actualizador de las vivencias, la historia y el carácter de Don José como periodista sevillano.


EL CORREO Y DON JOSÉ EN TIEMPOS LEJANOS
Comenzamos conversando sobre los orígenes de Don José como periodista en Sevilla.
Y el señor López Lozano se remonta para ello a los años en que el General Primo de Rivera ocupaba la dictadura, cuando nuestro protagonista residía y desempeñaba su labor en el diario INFORMACIONES de Cádiz. Fue por aquel entonces cuando a Don José le fue planteada la oportunidad de trasladarse a Sevilla y convertirse en director de “El Correo”. En los primeros momentos respetó casi al pie de la letra las directrices legadas por Jesús Pavón (recién afincado en Madrid al ser elegido diputado por la CEDA). Son tiempos cadentes y la república se encuentra en las primeras grandes crisis de la inestabilidad final. EL CORREO DE ANDALUCIA ofrece una densa información política de teletipo. Estalla el 18 de Julio y la información servida por el periódico se nutre de los partes radiofónicos y a tenor de las intervenciones públicas de Queipo de Llano –sigue recordando Don Joaquín-. Salían por aquel entonces dos ediciones, trabajadas a fuerza de impagables sacrificios, debido a la rudimentaria lentitud de los medios con que “El Correo” contaba. El diario eleva su potencial, tanto cuantitativo como cualitativo y se rige en verdadero puntal de la prensa Sevillana de la época. Fue en aquel entonces cuando se lanzó Don José a la gran reforma seria y a fondo del rotativo. Editoriales bajo el epígrafe “Del Momento”, columnas de “Ecos”, colaboraciones recibidas por agencias, artículos de Pemán, del padre Llanos, máximas de San Francisco de Sales, y la sección de “pajaritas” –ideadas precisamente por el señor López Lozano-, junto con crónicas nacionales y de la II guerra mundial, engrosaban el cuerpo más significativo de aquel “Correo” de los años cuarenta. Necesitaba la plantilla del diario el máximo desdoblamiento, para sacar adelante el informativo dignamente y Don Joaquín nos habla de su participación para ello en secciones tan diversas como las crónicas de guerra, la “revista Internacional”, el “Exponente del Día” (comentario local), o incluso la página de deportes, con multitud de seudónimos.

“COMO LOS ARBITROS DESCONOCIDOS”
Le viene a la memoria al ex-director de ABC un símil que a él siempre le inspiraba Don José, cuando quería definirlo como director. Don José era como esos árbitros de fútbol de los que al desaparecer del campo, tras el encuentro, no queda huella de su presencia en la mente del público. “Era un hombre que se pasaba de bueno”, son las palabras que articula Don Joaquín, para continuar diciendo que “siempre estaba dispuesto a cubrir los huecos de los demás”, lo que siempre lograba con acierto. Un detalle curioso que nos retrata el señor López Lozano: en los tiempos clave de la guerra civil, y sin estar adscritos a organización política alguna, Don José y sus hijos, acostumbraban a permanecer en los locales del periódico llevando boina roja. Por cierto que las posteriores afamadas PAJARITAS DE PAPEL, vieron la luz firmadas no por quien las consagraría, sino por su propio hijo, José Montoto de Flores, que ulteriormente optaría por otras ocupaciones, a pesar de que la suya era una notable inteligencia, y poseía una gran pluma. Ya avanzado el tiempo, allá por lo años previos a su jubilación, Don José Montoto fue colaborador de la agencia LOGOS y de YA. Llegaron días en que fue presidente de la Asociación de la Prensa, y sus “pajaritas” fueron desperdigándose por las páginas de ABC y de la HOJA DEL LUNES, en tanto algunos artículos suyos aparecían en la revista LETRAS.


UN CHISTE O UN REFRAN PARA NO HERIR SENSIBILIDADES
Intentando saber si era Don José exigente, el señor López Lozano lo niega rotundamente. Era sí, disuasorio, insinuante, y –sabia naturalidad- para convencer empleaba el humano recurso del chiste o el refrán tan útiles, tan atinados, tan nuestros… interrogamos a López Lozano acerca de las grandes metas que Don José llegara a idear para “el correo”. Grandes conquistas en lo material y técnico, normalmente inesperadas, y el saneamiento casi desesperado de la economía que aquejaba al periódico con una grave depresión, en unión de un noble espíritu de camaradería, y una justa amistad de todos para con todos en el seno del “Correo”, se convirtieron en halagüeñas realidades conducentes a una etapa de prospero auge.


SU COMPRENSION, SU REFLEXION, Y SU GENEROSIDAD…
Nos atrajo la idea de escudriñar sobre aquellos valores que más hubieran calado en nuestro interlocutor de la personalidad de Don José Montoto. Y resultaron ser su capacidad de comprensión, su talante de serena y consciente meditación ante las tomas de postura y decisiones, y su desmedida generosidad, sin esperar respuesta ni compensación. Ello supuso para quien tantos años estuvo a su lado la heredad más trascendental y magistral donada por Don José, también cuando supervisaba y regía la redacción del diario Sevillano.


UNA FIGURA QUE LLENA TODA UNA EPOCA
Nos preocupa el mutismo, el olvido del que parece existir una voluntad generalizada de envolver a Don José. López Lozano encuentra a Montoto como una figura que llena toda una época del periodismo Sevillano. Él arranca del periodismo de la república hasta enlazar con las líneas predominantes de una tónica, de unos principios periodísticos plenamente innovadores. Don José debe ser incluido también en ese catálogo vivo de Hijos Ilustres de Sevilla. Tal vez su nombre sea algún día reconocido como uno de los máximos protagonistas de la transición cultural de una Sevilla clásica y algo anclada en los moldes decimonónicos, a una ciudad enriquecida por una prensa moderna y eficaz.

Antes de poner punto y final a la semblanza de Don José, conviene destacar una nota relevante de su cariz periodístico, más por extraño en el mundo informativo que por otra cosa: la paz interior de Don José. El absoluto poder de sereno dominio con que aderezaba su trabajo. Siempre tranquilo, rara vez amilanado o temeroso, vacilante o atribulado dueño admirable de esa situación casi siempre temida y peligrosa que es la última hora de elaboración del diario quehacer en un periódico. Ecuánime, relajado y responsable, fue siempre –a juzgar por el testimonio recibido- un bajel insobornable del buen hacer en el “Correo”; un caballero de las letras hispalenses y un ferviente defensor de la Sevilla católica y tradicional. También, como en su familia, todo un patriarca del periodismo sevillano.

ANGEL L. PEREZ GUERRA
Publicado por Jesús CM en 19:43 Etiquetas: JESÚS CM, RECUERDOS DE FAMILIA
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DE LA CARRETERIA II

COMPRENSIÓN, ANONIMATO, Y TRABAJO A TODA COSTA
Tres constantes de su quehacer. Tres pautas de su existencia, y tres reglas de oro de sus relaciones con los demás. Comprensión indulgente para los errores, las faltas, los fallos o las negligencias de quienes, debiéndole o no algo, no eran nunca objeto de su ira, de su rencor, ni incluso de su censura. Comprensión que siempre iba conjunta a un anonimato oculto, apartado y silente. Y el remate, su trabajo constante y emprendedor. Mª Dolores nos dice que podía pasarse (nos referimos a sus tiempos culminantes) noches sin dormir o días sin comer sin que sufriera en falta la mas mínima deficiencia en su ritmo de vida.

Tres cualidades de su comparecer comprometido ante los deberes que su alma se planteaba.


INTROVERSION
Más que un problema psicológico fue una derivación de su defecto de oído. Se le hizo imposible la comunicación que él tanto necesitaba, a través de los diálogos y las tertulias entre amigos, las conversaciones en familia o ante el sonido televisivo y radiofónico. Por cierto que era un gran amigo de la “tele”. Interrogadas nuestras interlocutoras sobre los gustos de Don José en torno a la pequeña pantalla, nos dicen -como nos temíamos- que veía una cierta banalidad, una falta de originalidad y carácter propio, acrecentando así el dolor que le producía no poder recibir la voz propiamente dicha. Ponía especial interés en los informativos, prueba una vez más de su inquietud por los acontecimientos periodísticos, por la materia publicable. Con todo, esa vivaz actividad que desprendía su ameno trato se vio velada casi con un eclipse total al verse afectado por su sordera. Hasta donde pueda un defecto físico de elemental relevancia para la vinculación con los semejantes, hasta allí condicionó el talante abierto y ágil de Don José, la dificultad de su sentido auditivo. Un hombre que de ser completamente comunicativo pasó a postrarse en una introversión triste soportada con paciencia resignada. Esa es la única causa, evidente, de su aislacionismo, de su soledad, algo lejana y pérdida, de ese apartamiento en que muy frecuentemente se sumía.


ANTE LAS INNOVACIONES
Las aceptaba, pero no compartía por lo general, LA APLICACIÓN, la interpretación con que se alumbraba la realidad tanto política como religiosa de los últimos tiempos.
Acostumbraba a mostrar su enfado –con un cariñoso reproche sin paliativos ni eufemismos- a quienes ponían de relieve su asentimiento y casi “complicidad” con los hechos que tanto levantaba su repulsa, siempre cordial, nunca airada.

Era un entusiasta del mayo mariano, del rosario, y no asimilaba el desprecio en que él observaba, se abandonaba esas tradiciones que amaba por considerarla esencia popular del ser humano. Deseaba los cambios, pero no la destrucción de un acervo que estimaba capital para la valoración de nuestra sociedad, para el acercamiento del hombre a su historia.

Pero no debe pensarse que ello tuvo alguna vez un matiz ofuscativo. Prueba de ello es el respeto y amor que profesó, a lo largo de toda su vida, al Papa. Nos cuentan que en un documento muy personal se hace alusión a la Virgen y al Papa como a los dos seres -aparte del Altísimo- a quienes se debe consagrar un querer y una admiración más absolutos e incondicionales
.


SU PUEBLO
Y tal vez su más fraternal cariño; su marca más inalienable; y su destino más íntimo.
Un pueblo que le vió nacer y al cual orientó su existencia cual si todo un imperio significase para este su hijo ilustre. A la villa de Lora dejó dedicado el único libro que publicó en su vida: “Tradiciones de Lora y Setefilla”. En los contornos del pueblo quiso que terminaran sus días. Deseo que se atendió en la medida en que permitía su precario y grave estado. Una coordenada, en fin, que dejó constantemente sellada en la obra y la actividad en todas sus facetas, de Don José. Inamovible estaba presente en toda cita tradicional que convocase a los hijos de Lora, ante -principalmente- conmemoraciones, festividades o costumbres de índole religioso. En la edición que hemos anotado se deja ejecutado un análisis meticuloso y exhaustivo de todo aquello que contenga cualquier valor genuino de lo intransferiblemente loreño.

Se nos informa asimismo que, ya últimamente, había manifestado una clara vinculación con el Rocío, aunque en bastante menor medida que su filiación a actos, ceremonias y festejos propios de su tierra natal.


SU ÚLTIMO ACTO PÚBLICO
Algo que todos los hermanos de la Carretería tenemos que agradecer con cariño y emoción es el hecho esclarecedor de que Don José asistiera, en calidad de Hermano Mayor a Perpetuidad, a su último acto público siendo este el de homenaje a los jóvenes costaleros hermanos, en un céntrico local sevillano. Poco amigo de celebraciones multitudinarias, pero aliado enternecedor de cualquier reunión –organizada o espontánea- familiar, amistosa, o profesional donde se viviera una atmósfera de íntima cordialidad, de afable tertulia coloquial, en aquella ocasión hizo lo que -ya ligeramente enfermo- debió ser un esfuerzo por acompañar a sus hermanos, A PERPETUIDAD, para rendir demostración de gratitud y aliento para estas nuevas generaciones de desinteresados jóvenes. Celoso tal vez de no poder apoyar el trono de su Virgen de “Miracielo” sobre sus hombros, hubo de conformarse –lo que para él sería sin duda una gozada- con estar presente en una hora de tanta cálida trascendencia.


UN DETALLE PROVIDENCIAL DE SU MUERTE
Ya en estado crítico, y en la Unidad de Vigilancia Intensiva de la Clínica del Sagrado Corazón, su hija Mª del Pilar tuvo la feliz idea de acercarle –hasta donde le fuera permitido- su preciado símbolo de devoto sin reservas de la Virgen de Setefilla: la medalla de oro, más o menos del diámetro (era de forma rómbica) de una naranja mediana, y maciza. Con la banda de seda fue entregada al Padre Patero (franciscano capellán del centro sanitario) con el fin de que, si era posible, le fuera colocada en aquellos angustiosos momentos. El religioso, aceptando el encargo, y en el trance de aplicarle la Extrema Unción al agonizante, dejó sobre el pecho de Don José el emblema áureo de su pasión religiosa. Un enfermo cardíaco, pasados ya los ochenta años de vida, y en condiciones naturales realmente insoportables, supo y quiso, con el aliento entrecortado de un inconcluso vocablo de tranquilidad, estrechar la mano de la “dama vestida de blanco”, y encomendar su espíritu al Padre Eterno, acogiendo en su seno, ya la respiración a extinguirse, el trozo de metal que era santo y seña físicos de su coordenada devocional más integral. Al amanecer siguiente, su cadáver se encontraba en Lora, cerca de su Virgencita morena, y ya su alma había trascendido a la sublimación de la paz eterna.


ANGEL L. PEREZ GUERRA
Publicado por Jesús CM en 9:34 Etiquetas: JESÚS CM, RECUERDOS DE FAMILIA
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martes, 26 de mayo de 2009

DE LA CARRETERIA

Querida familia:

Esto que me atrevo a transcribir, como hizo José Luis con una carta de abuelo a Tío Cesáreo, es una descripción total y completa de un Sr. cuyo nombre es: Ángel L. Pérez Guerra, en dos boletines de la Hermandad de la Carretería, que iré publicando en más de una vez, porque es algo larga, para que podáis comprobar el grado de cariño y respeto que sentían por él, y la gran persona que fue, espero que os guste y emocione como a mí


Boletín informativo de la Hermandad de la Carretería.
Año VII, Abril-Mayo 1978


SEMBLANZAS SOBRE D. JOSE MONTOTO


I. APUNTES FAMILIARES
Comenzamos con una serie de contactos con testigos directos de un personaje hondamente significativo en la historia de la Hermandad; de sus peculiaridades, y las líneas maestras de su arte, su estilo y su vida. Don José Montoto y González de la Hoyuela, Hermano Mayor durante bastantes años de la Carretería, y hoy, ya para siempre, a título honorífico, hermano Mayor Perpetuo.
Para ir descubriendo facetas de este simpar y humanísimo periodista y cofrade no hace mucho desaparecido, hemos mantenido una conversación con sus hijas María del Pilar y María Dolores, que amablemente nos sirvieron un sustancioso caudal de vivencias e informaciones sobre su padre. Dos hijas que viven juntas, en los mismos rincones que anduviera diariamente su progenitor, hace sólo unos meses; saboreando las mismas huellas del recuerdo que su presencia forjara con los años. Un cuadro lo representa de inmediato, nada más entrar en el hogar. El caballero de las letras diarias, con un diáfano aspecto, con una expresión radiante de energía vital, que, en palabras de sus hijas, siempre conservó hasta su muerte.

EL GESTO CELESTIAL DE UNAS MANOS
Y comienza –cuestión obligada- la revelación del “por qué” entró don José en la Carretería. Van ellas tejiendo un lienzo de primorosa narración, como ningún orador pudiera exponerlo. El solía ir muy a menudo a los toros. Un buen día, se acercó a esa capillita recoleta de la Hermandad. De tanto recorrer el itinerario que unía su domicilio de entonces (en la calle Albareda), con la Maestranza. Había recibido la llamada encantadora de ese remanso del camino, que era la esquinita entre Varflora y Pavía. Entonces decidió (si es que esos momentos pueden acunar una decisión más que un impulso) visitar a los titulares que allí recibieran culto y oración. Y al traspasar el umbral de la puerta de nuestra capilla, se vio deslumbrado por un prodigio donde se abrazara el azar y la providencia, engendrando todo un milagro de belleza. Allí, recatadamente, Nuestra Señora del Mayor Dolor, trenza un gesto que él reconocía. De repente le vino a la memoria la dueña de aquella expresión que él había identificado como entrañablemente unida a sus recuerdos. Su madre; ella que le dio el ser, acostumbraba a mostrar un ademán semejante, casi el mismo. Entonces –supongo- debió encenderse su alma hasta el punto de consagrar su esfuerzo, en parte, a trabajar porque aquel gesto de las manos de María nunca se perdiera del corazón de los hombres y mujeres carreteros.
Ante una anécdota de tales características, a uno sólo se le ocurre una palabra para calificar ese suceso anónimo pero emotivo: hermoso.

VIAJAR
Una debilidad: viajar. Siempre buscó con denuedo, no ya la aventura de lo desconocido, sino más bien el calor del contacto con nuevas tierras, con gentes distintas, con paisajes pintorescos, más allá de los confines ya recorridos. Viajar era una forma especial de vivir con su vida. Viajó a EE.UU. cuando ostentaba (nunca peor dicho) la dirección del diario fundado por el Cardenal Spinola. Quedó maravillado del “american way of life”, de las estructuras y los sistemas del progreso yanqui. Sus hijas nos cuentan anécdotas de sus viajes. Él las llevaba de pequeñas a gozar del paisaje hispánico, e impregnarse en sus andurriales de la fresca espontaneidad de los pagos lejanos de España. Detestaba los viajes de agencia. Esas turnes rutinarias. Frías, automatizadas. Él prefería adentrarse directa y libremente en el ambiente provinciano y en el laberinto capitalino.
Era el típico bohemio viajero, peregrino de las sendas olvidadas. Solitario y sencillo. Posiblemente –deduzco yo- en su vida andariega por esas regiones de la piel de toro, se tradujera la misma conducta cotidiana de su simpleza, de su estilo campechano y voluntariamente desapercibido. En sus giras callejeras, en sus escalas casi viacrucianas, debió vivir una réplica más tímida aún de esos viajes que le cautivaron.
Un tren carguero, de aquellos de hace treinta años, que le servía como un talgo de hoy para desplazarse a todo confort, entre maderos húmedos y posturas que a un ciudadano cualquiera de nuestros días, por lo general, hubiera acarreado quejas ininterrumpidas de su lumbago. Y es que en verdad al espíritu entusiasta y rico no incomodan peripecias molestas.

NO ERA UN CAPILLITA
En contra de lo que en un principio pudiera parecer, Don José no era un capillita. Su callada asiduidad a la sede de nuestra Hermandad era un índice, tan sólo, de su devoción incondicional aparte de a Cristo, a esa reposada postura de las manos divinas de la Madre de Dios. Sólo fue hermano, además de la Carreteria, de la Hiniesta. Se da la circunstancia de que jamás realizó la estación de penitencia con la túnica puesta; es decir por no destacar, sacrificó lo que para todo cofrade es, digamos la consumación de sus actividades de Hermandad. Comentaba poco sus devenires en el seno de la cofradía, pero si había de referirse a ella, siempre lo hacía con un piropo, una frase de elogio o una sentida plegaria íntima a los grandes amores de su trabajo.
Su verdadera pasión religiosa encontró plena satisfacción, en honor a la verdad, en la Hermandad de Lora. La Carretería fue más bien la destinataria de su laborar por promover y cantar el hechizo del dulce reposo de que está revestida esta comunidad de hermanos.
Publicado por Jesús CM en 10:49 Etiquetas: JESÚS CM, RECUERDOS DE FAMILIA
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lunes, 25 de mayo de 2009

CINCUENTA Y OCHO AÑOS

Mamá, es ahora contigo con quien quiero hablar, es sólo para recordar una fecha, y para recordar a quien tampoco se puede, ni se quiere, olvidar (nuestro Padre, tu mitad) y a todos los demás.

Cincuenta y ocho años hace ya, cincuenta y ocho años, desde que la amapola del trigal te vio ese día tan llena de felicidad.

Verás madre, sé que podría escribir de este día con facilidad, pero un hijo no debe hacer eso, cómo hablar de ese día alguien que no lo pudo presenciar, quien allí todavía no podía estar, pero sí puedo ponerte unas líneas que me llenan de emoción y me contagian tu felicidad, no son mías pero te recodarán ese día y seguro que te gustarán.

No me gustaría que llores cuando leas esto, no es mi intención, te lo digo de verdad, sólo quiero que lo recuerdes con alegría (en la medida de lo posible) junto a tus hermanas, con las que te reúnes todos los días, y que sí estuvieron contigo, es por ello que alguna sonrisa me gustaría poderos contagiar. Porque esos días son de alegría ¿verdad?

-Con su traje celeste, su altar cuajado de flores, de plata refulgente su altar y sus credencias, los floridos arbustos que enmascaraban la calle central de su Real Capilla, la Santísima Virgen de los Reyes parecía esperar complacida de aquellos novios que venían a consagrar su amor a sus benditos pies.

- Era seguir una devoción que alguien -que ya no está- enseñó piadosa a sus hijas, marcándoles un camino, que ellas siguen con el amor filial, unido al amor a la Madre que todo lo puede, porque es medianera de todas las gracias. Es seguir una tradición, lo que tiene singular valor en estos tiempos, que cada cual quiere “vivir su vida”de espaldas a lo que fueron sus mayores, como si esto fuera signo de personalidad, cuando es más bien otra cosa.

Este fragmento que ahora te quiero poner, para mí resulta más especial, porque es de alguien que os dice las cosas de verdad, lo convierte en “pajaritas” la cual, con todo su amor te quiso dedicar. “Mi casa queda abierta para tí”

Esta tarde vas a ir a la Virgen de los Reyes. Tu Madre no faltaba ningún día. Cada mañana, temprano, muy temprano, se presentaba ante Ella, y ante Ella derramó no pocas lágrimas. Por eso, cuando hubo que pensar en el templo en que habías de casarte, a mí me pareció que no había otro mejor que aquel donde está la Madre aquella ante la que tu madre rezó tanto, y en la que tanto confió. Y al pensar en el padre que te había de casar, ¿quién sino aquel que auxilió a tu Madre en los días postreros de su vida, y al que ella os dejó encargadas? ¿Quién sino el que a tu hermana platicara el día en que se adentraba en el convento?


Hermosas palabras te dedicó, palabras que yo no conseguiría ni tan siquiera igualar, pero recuerda Mamá, sólo quiero, te prometo que es así, y que si sólo consigo, de tus labios arrancar la más leve sonrisa, me harás feliz, que es como quiero verte a ti.

Sé que ese día de nuevo te llegará, es ley de vida, ley por la que todos debemos pasar, con él, y con todos los tuyos de nuevo te encontrarás, es nuestra fe, y así es como debe ser y como debe pasar, entonces todos habremos de llorar, pero ese día, un triste consuelo nos dejará y un poco nos aliviará, algo de envidia por la mente nos correrá, “te envidiaremos, amapola del trigal”, porque tú, de nuevo volverás a verla ese día tan llena de felicidad.

Recuerda Mamá, pero hazlo con una sonrisa, recuerda ese día tan llena de felicidad.

Ahora permíteme que os cuente, el domingo como sabes estuve en Lora, y allí ante la Virgen recé, le pedí por todos y todas vosotras, por la familia en general, y dile a Tía María que, como ella me pidió, y le prometí, hablé con abuelo y le pedí que de ella cuide algo más, encendí algunas velas a la Virgen para pedirle por mis tantas madres y mis tantas abuelas.

De nuevo te repito, y te pido a tí, Mamá, una sonrisa, aunque sólo sea, una nada más.
Porque te quiero y no quiero verte llorar, bastante tienes con esta vida llena de sinsabores, te quiero dedicar estas palabras.

Nunca dejaras página en blanco, en casa todos te recordaremos siempre, y hasta que escriba la última hoja de mi futuro, me encargaré de contar, que mi Madre fue una tal:


ISABEL MONTOTO DE FLORES GONZÁLEZ DE LA HOYUELA GONZALEZ LANIELLA CEPEDA VALDÉS NARANJO LOPEZ VIGIL DE LA RASILLA JUNCO
Tenía 11 hijos
Mª José – Eduardo – Luis – Isabel – Concha – Ignacio –
Jesus – Javier - Alfonso - José y Nuria

Publicado por Jesús CM en 17:37 Etiquetas: JESÚS CM, RECUERDOS DE FAMILIA
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Presentación de Binarios en Sevilla

Muy buenas, queridos y queridas, pues sí, el próximo Jueves día 28 de Mayo, a eso de las 20:30 h, el menda lerenda estará en el Centro Cultural de Cajasol (Laraña nº4) presentando y firmando los primeros ejemplares de su primera no-vela. Espero veros por allí mi querida y vasta familia.
Hala, me voy a papear a la feria cordobesa.

Besos y abrazos.

Nacho
Publicado por José Ignacio Montoto en 13:33 Etiquetas: NACHO
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viernes, 22 de mayo de 2009

EL ABUELO

Me voy a tomar una libertad muy grande, que es la de transcribiros a continuación una carta del abuelo que obra en mi poder. Tengo varias, pero esta creo que servirá para todos aquellos que no lo conocieron en ningún aspecto, y que una vez la lean sabrán hasta que punto le gustaba tenerlo todo organizado sin dejar nada al azar.


Matalascañas 15 de Agosto de 1976
Querido Cesáreo:
Hace tiempo que no nos vemos. Sé que has ido por Lora, pero no hemos coincidido allí. Hoy te escribo porque quiero hablarte de lo del viaje. Es preciso que te pongas de acuerdo con Rafael para que lo organicéis. Yo no podré ir con Vdes. Considero que sería una locura. Y bien que lo siento. Pero es que no creo tener resistencia y temo estropearos la excursión.
Yo he ido varias veces saliendo de Sevilla el día nueve de Septiembre. Cierto es que alguna vez me ha llovido. Un año en San Sebastián cayó un chaparrón y me compré una trinchera. Otro año en Teruel cayó otro chaparrón y me compré un impermeable. Otro año cayó en Segovia una tarde un verdadero diluvio. Fue cuando las inundaciones de Cataluña. Pero solo llovió una tarde.
Por eso conviene llevar paraguas o impermeables.
También podéis iros antes. El día uno estará ya libre Rafael, pues el juez acaba su permiso el día 31 de este mes.
Esta clase de viajes son rápidos. Llegar a un sitio, dar un vistazo a lo más interesante, y seguir para otro aquella tarde, o al día siguiente. Yo creo que, salvo lo que Vdes. quieran variar, el itinerario debe de ser: salir por Extremadura y visitar Cáceres, Plasencia un vistazo (catedral y algún palacio). Vistazo a Béjar y visita a Salamanca, Benavente, Pontevedra, Santiago, Gijón-Oviedo-Covadonga, Santander, San Sebastián, Burgos, León (a León podéis ir desde Oviedo también), Segovia, Avila y desde allí (sin entrar en Madrid que es un lío ir en coche sin saber las manos en aquel laberinto) cogéis el camino de Toledo y de allí, camino de vuelta.
Eso se hace en quince días muy a gusto. Yo tengo experiencia en esas excursiones y te digo que se puede hacer ese viaje en dos semanas. Yo os daré a cada uno treinta mil pesetas. Con dos mil ptas. diarias hay suficiente para un matrimonio. Por muy caro que sea un hotel (no yendo a los de lujo) cuesta una habitación de ochocientas a mil pesetas. Dos comidas al mediodía, en cafeterías que es donde se come barato, pueden ser doscientas cincuenta por cabeza (o sea, quinientas por matrimonio) y la cena en cafetería 150 ptas y el desayuno cien por cabeza, suman las mil pesetas. De modo que yo os entregaré sesenta mil ptas. y Vdes. las administráis como os parezca.
Yo, cuando llegue a Lora a fin de mes le daré a Rafael el mapa de carreteras para que haga el itinerario bien estudiado. Y si por casualidad queréis ir separados y hacer cada cual itinerarios diferentes, lo hacéis como os parezca. Yo lo que sentiré muchísimo es no poder tomar parte en la excursión.
Querría saber hasta cuando va a estar Isabel ahí pues no quiero que se vaya sin verla y ver al chiquillo. ¿Por qué no os dáis un paseo por aquí?. Claro es que desde Vejer resulta muy lejos. Hay que ir a Sevilla sin remisión y luego de Sevilla aquí. En el apartamento pueden dormir seis. Aquí estamos tres, de modo que caben otros tres. Es muy bonito y muy bien apañadito.
Luis Montoto Cañas es padre de una niña. Llamó aquí por teléfono para dar la noticia.
Mira, si vinieras, es por la carretera de Huelva. Y desde Castilleja (o desde Gines si no han terminado la obra), se tuerce para acá pasando por Bormujos, Bollullos de la Mitación, Aznalcázar, Pilas, Hinojos, Almonte y El Rocío. Que no sea en domingo ni víspera de festivo. Mi dirección es Apartamentos de la Prensa. Si me quieres hablar, mi teléfono es 43-01-07, pero antes hay que marcar 955. La horas de llamar deben ser de dos y media a seis y media o por la noche de once a doce.
Y nada más. Besos para todos de tu padre.
P.D. También puedes venir por la carretera de Huelva hasta la Palma del Condado y atraviesas ese pueblo hatas casi la salida en donde se vuelve a la izquierda en dirección a Bollullos del Condado, Almonte y El Rocío. Este camino tiene quince kilómetros más que el otro.
Los apartamentos de la Prensa están en la zona media de la urbanización. Ni al principio ni al final. Es un edificio muy grande de bajos comerciales (bar-restaurant, heladería, freiduría, ropas, comestibles etc.) Y cuatro plantas de apartamentos. Con cuatro entradas. La mía es la primera. La portería, una sola para todo el bloque, está en la tercera. Mi piso es el 2º A
Si tomas el ascensor y marcas el 2º, tienes que bajar media escalera. Si marcas el 1º tienes que subir media escalera. Porque los que miran a levante están más altos que los que miran a poniente hay algunas construcciones de esa curiosa manera. Dicen que se ahorran metros cuadrados de construcción de grandes corredores que separan unos de otros.
Publicado por J.Luis Montoto Castrillón en 20:53 Etiquetas: JOSÉ LUIS MC, RECUERDOS DE FAMILIA
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miércoles, 20 de mayo de 2009

¿ES CASUALIDAD?

Bueno, querida familia, otra vez de nuevo estoy aquí, no se si me habréis echado de menos, no lo creo, pero no he tenido mucho tiempo de escribir y hoy que puedo no he querido dejar pasar la oportunidad.

Veréis, no se si es casualidad, pero como siempre me pasa, vuelvo a leer cosas de abuelo, esta vez es de un libro de “pajaritas” que recopiló, encuadernó y repartió, me parece que para todos los hermanos, Tío Cesáreo, libro que mi querida Madre ha tenido la gentileza de prestarme para poder leerlo, cosa que le agradezco, lo digo porque siempre hago alguna referencia a sus pajaritas y la verdad, no se si tendréis alguno de estos dos maravillosos ejemplares, este recopilatorio de Tío Cesáreo, y “pajaritas de papel” de abuelo, si lo tenéis, es perfecto, porque así podréis comprobar de lo que hablo, si no lo tenéis, es una pena, aunque con algo de interés, preguntando si alguien cercano lo tiene, podríais conseguirlos y tenerlos con vosotros.

Hace pocos días publique un texto, lo llamé o titulé “soledad”. En él hacía referencia a esta situación que en la vida se encuentra uno sin querer, que también incluso puedes buscar, y leyendo una de estas “pajaritas” (que pesado soy con esto ¿no?) bueno, en esta ocasión se titula “balance de pascuas” ¿hablamos de lo mismo? ¿Es casualidad? Yo no lo sé, pero, ¿de dónde me sale a mí esto? ¿Por qué? Abuelo hace referencia a él mismo, lo mío es para “las niñas” ¿sentirán lo mismo? ¿Será igual? ¿Es esta esa soledad? Diría que sí, ¿no lo creéis? Estas son, las preguntas tontas de jesusito...

Otra cosa que también me llama la atención. Llevábamos algún tiempo esperando que Tía Conchita nos concediera la oportunidad de deleitarnos con algún escrito suyo, y mira por donde aquí lo tenemos, precioso, lleno de verdad, sentimientos de cariño y amor, yo no diré nada más, no hace falta, ya lo dicen todo Santiago, Cristina y Mamen.

Bueno, pues también hace poco leí algo, es una carta dirigida a su padre, y que él hizo volar como “pajarita” titulada “caí en la tentación”. Pero claro, era fácil caer, la carta que para mí es fiel reflejo de lo que ella siente y que le llena el corazón, corazón lleno de amor a Dios, corazón lleno de bondad, algo que me emociona y me impresiona, permíteme que te pregunte, Tía Conchita ¿sentiste esa soledad? Porque con solo 19 años y como tú dices, ¡que bien se vivía en casa! La llamada de Dios fue imparable, la vida ya te había hablado muy claro, ¿verdad?

Yo tengo un grato recuerdo de las “esclavas concepcionistas del sagrado corazón” allí estuve contigo en el colegio, allí hice la primera comunión y allí me casé. En el colegio estuve poco tiempo y además me asalta una duda, verás, cuando Jesusito se fue con las tías a Matalascañas y pasó lo que tuvo que pasar, en ese momento se acabaron los niños con ellas, en el colegio entonces había niños pero desde que yo pase por allí, recuerdo que me caí de cabeza en una fuente, también recuerdo que me subí en el autobús que nos traía y llevaba a casa, me senté en el asiento del conductor y le dí a llave de contacto y el autobús se fue hacia el coche que había delante y le dió un porrazo, alguna que otra vez me llevaban contigo a tu despacho, creo que sería porque me portaba mal, en el autobús también recuerdo a la Madre Buen Consejo que me castigaba sentándome al lado de las niñas para que me estuviera quieto, aunque me daba caramelos... en fin, un diablo de niño ¿no? ¿Crees que fui el motivo para que los niños desaparecieran del colegio unos cuantos años? Otra pregunta tonta de jesusito.

Es de agradecer, y un placer, que quieras compartir con nosotros algunos de tus recuerdos, que nos permitas conocerte aun mejor de lo que ya te conocemos, que aprendamos a tener fe en Dios, y a ser buenos como tú lo eres. Es, como dice Mamen, una suerte pertenecer a esta gran familia, es una suerte saber que nos queréis y es para nosotros un deber haceros ver cómo, y cuánto os queremos, pero claro, viendo como os queréis y os respetáis entre vosotros, es mucho lo que nos queda por aprender.

Otra “pajarita” que me llena de emoción es “la niña que se murió” que tú recuerdas, y de la que todos os acordáis, que él la nombró su abogada para vivir, y que entre ella como mayor, que voló la primera hasta el cielo iniciando el camino, constituida en guía, emparedando a las otras cuatro, entre ella y la chica, como él dice, consagrada a Dios que en su día hará la misma ruta, sirviéndoles de escolta, a las demás, por lo que nunca se perderán.

Perdóname por usar frases y “pajaritas” de abuelo, pero de verdad que me llenan de emoción y de sentimientos imposibles de callar, debe ser algo que he debido heredar, no lo entiendo, claro que, viviendo alrededor de personas como vosotros, es fácil llevarlo dentro.

Besos MADRE SANTA ISABEL.
Publicado por Jesús CM en 9:15 Etiquetas: JESÚS CM, RECUERDOS DE FAMILIA
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martes, 19 de mayo de 2009

Firma de libros en la Feria del libro de Sevilla


Este jueves 21 de Mayo a partir de las 20:00h en la caseta nº26 (REI) de la feria del libro de Sevilla, estaré firmando ejemplares de Mi memoria es un tobogán - Espacios insostenibles, así que espero veros por allí.

Es una buena oportunidad para quien ún no tenga el poemario, pues se puede comprar in situ.

Espero veros por allí.
Publicado por José Ignacio Montoto en 10:01 Etiquetas: NACHO
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sábado, 16 de mayo de 2009

¡QUÉ BIEN SE VIVÍA EN CASA!

En un grupo de Montotos se ha despertado la vena literaria y se han puesto a escribir y comunicarse datos, hechos y anécdotas familiares de distintos temas y épocas. A ellos vengo hoy a sumarme yo, Concha Montoto Flores, la monja de la familia, con la intención de aportar también alguna cosa aunque por mis concretas circunstancias, como explicaré, no pueden ser demasiado amplias.

Salí de la casa Montoto para ingresar en el convento en julio de 1947, cuando en Sevilla vivíamos aún en la calle Albareda. El 19 y 25 de marzo del año anterior se casaron Cesáreo y Pepe, el primero en Vejer y el segundo en Bujalance. Fuimos nosotros tres los primeros hermanos en desgajarnos del racimo de los diez. Esto significa también que mis recuerdos se encuadran, y a la vez, se limitan, a la convivencia familiar sólo durante 19 años, que fue la edad en que salí de casa y los dejé.

¿Que recuerdo de aquellos años? Detalladamente, muchas cosas. Pero mi recuerdo fundamental no está en las cosas concretas que ocurrieran, sino en el ambiente en que vivimos con nuestros padres y en aquella convivencia de los diez. Nuestra casa estaba llena de vida y animación, a la vez que de concordia, a pesar de ser tantos, con diferentes edades y aficiones y cada uno con su diferente modo de ser. Pero, supuestas las “peleas” caseras entre hermanos, que a ciertas edades no pueden faltar, nos llevábamos bien, mejor dicho, muy bien. Allí viví yo muy a gusto, y así lo recuerdo, porque allí daba gusto vivir.

Y esto que fue verdad en los años en que los diez convivimos bajo el mismo techo, se ha prolongado también cuando cada uno hemos tomado nuestra ruta personal: ni entonces ni nunca ha habido entre los diez ninguna desavenencia fundamental, ningún problema que haya desajustado o roto, ni de fondo, ni de forma, esta realidad.

Como recuerdos concretos, quedan muchos en mi memoria: destaco las temporadas en Lora donde la animación de la casa se incrementaba con amigos y primos, sobre todo por parte de Jesús. Jesús era importante en nuestra vida loreña, porque era el “dueño” de los coches de caballo, lo que quiere decir que de él dependían nuestras idas al cortijo, meta ilusionada de aquellas temporadas. Y del cortijo, tanto en estas idas, como en las temporadas que en él pasábamos, recuerdo el recorrido por sus campos, el beber en aquellos arroyitos tan limpios y frescos que entonces corrían por cualquier lugar, el bajar a la huerta y coger las naranjas de los árboles; el ir a la “era” y ver aventar el trigo y trabajar al trillo; el buscar entre los zarzales los nidos de huevos porque las gallinas, que entonces andaban libres picoteando por los campos, los ponían allí, en los zarzales Y en el atardecer, ver las yuntas de mulos que volvían de arar. Y en la cocina grande del cortijo, la chimenea encendida, y tantas cosas más.

Estas idas esporádicas al cortijo las hacíamos fundamentalmente nosotras, “las niñas”, y Luis, mientras los tres mayores, Cesáreo, Rafael y Pepe, se ocupaban ya de cosas más de acuerdo con sus edades.

He nombrado a los tres mayores: Cesáreo, Rafael y Pepe. Y quiero dedicarles unas líneas precisamente a ellos, los que faltan.

Por supuesto que de los tres pueden contarse muchas cosas concretas e importantes. Yo voy a limitarme a expresar un poco la percepción que siempre tuve sobre cada uno, lo que me parece que más les caracterizó, sus cualidades y modo de ser, el cómo eran, según mi peculiar percepción.

Cesáreo: activo, simpático, optimista, responsable, de una indiscutible rectitud, y con una circunstancia que le dio siempre un prestigio entre los 10: ser el mayor. Entre nosotros, ejerció de mayor toda su vida. Ante cualquier circunstancia más especial, del tipo que fuera, que afectara a la familia, la expresión habitual ha sido siempre “a ver que dice Cesáreo”. Su opinión pesaba y daba garantías.

Vivió fuera de Sevilla bastantes años; se entregó a fondo al propio hogar que él constituyó, tan numeroso como todos sabemos y que centraba toda su dedicación. Pero nada de esto anuló, ni ante él ni ante nosotros, su puesto como hermano mayor.

Es cierto que él supo ejercer como tal. Pero no es menos cierto que los nueve restantes lo respetamos y consideramos siempre como lo que era para todos. Y le dimos siempre el lugar que le correspondía.

Otras muchas cosas podría evocar de él. Pero creo que ésta, que fue nuestro hermano mayor, para los Montotos Flores, tiene un recuerdo y una relevancia especial.


Rafael: Educado, moderado en todo, de buen carácter, de fina ironía, muy cuidadoso tanto de sus cosas como de todo lo que con él tuviera relación. Sus trajes siempre impecables; todo en él y todo lo suyo era limpio, ordenado, distinguido…

Me recuerdo en Lora limpiando los cascabeles dorados de los arreos de los coches de caballos, porque él nos lo pedía; no concebía el descuido en nada de lo que con él tuviera relación. Este simple detalle de querer los cascabeles limpios y brillantes, es un signo expresivo, entre los muchos que podría recordar, de su cuidadoso modo de ser.
Buen cristiano; buen hermano, cariñoso y cercano, dispuesto siempre a echar una mano a quien acudiera a él.

Empecé definiéndolo como educado, y es que había en él una especial distinción. Era así Rafael. Por su matrimonio con Luisa Linares, aunque a título de consorte, acabó siendo Marqués. Y es que Rafael, evidentemente, llevaba en sí toda esa hidalguía, esa nobleza innata que algunos poseen, que les brota de dentro y que él, al menos yo así lo ví siempre, poseía de verdad.

Pepe: Lo tuve siempre como el más valioso y dotado de todos los hermanos. Inteligente, culto, trabajador, lleno de cualidades; gran profesional como Abogado del Estado, literato y poeta… Como escritor podía haber llegado muy alto si a eso se hubiera dedicado en exclusiva; algo nos ha quedado de él en este orden de cosas; sus “Pajaritas”, sus novelas, sus obras de teatro, su libro “La Espiral” que recoge sus composiciones y donde se evidencian sus hondos sentimientos, su condición de creyente y también la gracia y simpatía con que describe personajes y asuntos que es un gozo leer.

Poeta, intelectual y artista. Sabía también pintar y hasta nos dejó algún cuadro.

A todo esto unía el ser un Montoto de los más Montoto. Con esto quiero decir que tenía esa concreta modalidad, que también se daba en nuestro padre, de abstraerse, de estar ausente de lo que le rodeaba, para vivir en su mundo, en ese mundo interior que absorbe a los que tienen por dentro algo mucho más valioso e importante que lo que de ordinario les rodea.

Pepe era un hombre de gran valía. Lo sabemos todos. Y recordarlo así, es algo que nos tiene que llenar de satisfacción.

“La niña que se murió”.
Al dedicarle un recuerdo a los hermanos que se fueron, me veo en la fraterna obligación de recordar a otro, en este caso otra que, aunque no la conocimos porque nació de los primeros y murió pequeña, ocupó en nuestra casa su lugar. Tuvo su nombre de bautismo, pero nunca fue nombrada por él; la llamamos siempre, sin más, “La niña que se murió”. Su retrato, -sólo el rostro con una melenilla rubia-, estuvo siempre en un lugar visible de la casa y muchas veces, como referencia para indicar dónde habíamos dejado alguna cosa, decíamos “junto al retrato de la niña que se murió”.

No sólo no sobramos ninguno en nuestra casa, a pesar de ser 10, sino que todavía había lugar incluso para aquella niña… que se murió.

Así, fue siempre, durante años. Pero un día –ya adultos todos y más que adultos- nuestro padre, con una pícara sonrisa, nos hizo una confesión: “el retrato de “la niña” no es de la niña, -dijo-, porque murió sin que tuviéramos ninguno de ella; es de vuestro hermano Rafael que, de pequeño, se le parecía mucho, y mamá la quiso tener siempre entre nosotros de esta forma; pero es Rafael”.

Tal confesión no alteró para nada las cosas, que siguieron siendo igual. La familia fue reduciéndose por el casamiento de los que lo hicieron y por mi salida también, y fue cambiando varias veces de piso: Albareda, Asunción, Nervión, Los Remedios otra vez; muchos muebles y objetos fueron quedando atrás con tanta mudanza; pero el retrato de “la niña que se murió”, que siguió llamándose así, permaneció en todo este periplo. Y hoy, mayo del año 2009, en el piso de Virgen de Loreto nº 24, vivienda de María y Mª Dolores, en el salón donde pasan el día, está colgado aquel mismo retrato de “la niña que se murió”.



Y aunque de nuestra casa y convivencia podrían contarse muchas cosas, éstas son las que en esta tarde se me ha ocurrido contar.

Termino aquí mi aportación, deseando a toda la familia, niños y adultos, lo que para todos pido cada día: la fe en Dios, única realidad que da sentido a la vida, y que en nuestra casa siempre alentó.

Que así sea, que en latín se dice: Amén.

Publicado por Cristina en 22:22 Etiquetas: CONCHA MF, RECUERDOS DE FAMILIA
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jueves, 14 de mayo de 2009

YA ESTÁ BIEN DE MIRAR UNA PANTALLITA!

Hemos decidido dar un pasito más. Estamos un poco cansados de tener todos la misma cara: rectangular y con letras de molde, así que este viernes (mañana) por la noche nos tomaremos una (o varias) cervecitas en mi casa. Lo hemos improvisado, pero la regaera y la primavera son así, imprevisibles.

De momento somos Machús, Jesusito, yo y toda mi prole (por parte de los montoto), pero el que se quiera apuntar será bienvenido.

Jesús ha prometido hacer unas almejitas a la marinera (¿o eran almejitas a la montotera?... no me acuerdo), yo pondré las cervecitas. Nada de protocolo. No hay que venir de chaqué ni con pamela. Sólo queremos saber qué cara tenemos. A lo mejor nos sorprendemos y la tenemos rectangular y con letras de molde... quién sabe...
Publicado por Cristina en 10:34 Etiquetas: CITAS, CRISTINA
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miércoles, 13 de mayo de 2009

MADRE NUESTRA QUE ESTÁS......

Queridísima Tía María:

No te preocupes, porque como ya he dicho en varias ocasiones, yo no dejaré de escribir, aunque no necesito publicar nada en Internet para decirte y deciros lo que siento por todas vosotras.

No me hace falta contarle, ni hablarle, a nadie de lo que todavía puedo, quiero y debo aprender de vuestra sabiduría y vuestro bien, y buen hacer, pero permíteme ponerte estas líneas para que te quedes tranquila.

Para mí vosotras sois el C.G.P.F.A.T.R.M. (Consejo General del Poder Familiar para Asuntos y Temas Relacionados con los Montoto).

Consejo, porque mejores consejos que los que vosotras nos podéis dar, no nos los dará nadie.

General, porque sois las que tenéis el mando de todo lo que ocurra, se diga, y deba o pueda ocurrir sobre todos nosotros.

Poder familiar para asuntos y temas relacionados con los montoto, porque vosotras al igual que vuestros hermanos, sois el pilar y la base de su familia, porque estáis en la cumbre o cima de esta casa, que él fue formando junto con vuestra madre, y a los que todos les debemos la vida.

No te preocupes, porque creo que ninguno de nosotros, (yo lo digo por mí) jamás dejará de respetar cualquiera de vuestras decisiones sobre todo esto que se está publicando en “estoquehahechocristinaenintenne”

No sé si lo que estamos haciendo, escribiendo o publicando, puede estar mal, cuando lo único que hacemos es recordar, honrar y respetar la memoria de vuestros padres y demostrar el cariño que sentimos por vosotras.

Nosotros no estamos dando, ni intentamos dar, información de personas que no necesitan de ella, pues el que quiera informarse sobre su figura (lo digo por abuelo) tiene otras formas de hacerlo, pero que nosotros, posiblemente sí la necesitamos, porque queremos saber cosas de los que fueron, y todavía son, nuestros abuelos, y quién mejor que vosotros para darnos esa información.
Estoy de acuerdo que ésto lo puede leer cualquiera.

¿Pero a quién le interesa los sentimientos de alguien que ni tan siquiera conoce? y si lo conocen o nos conocen, ¿qué mal es hacer ver, a quien quiera que sea, el cariño que sentimos por los nuestros?

Creo que quien o quienes nos lean, sentirán una dulce sensación de “envidia” por lo que significa para nosotros la familia, y ver cómo recordamos con el cariño y el respeto que se merecen, a esos seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros, que es lo único que hemos hecho hasta ahora.

No te preocupes, Tía María, tú eres, por lo menos para mí, y diría si miedo a equivocarme, que también para todos lo demás, “La Madrecita”, y nuestra Madre, Madre que nos ha querido, nos quiere y nos seguirá queriendo siempre, sólo con decir tu nombre es suficiente, “María”, (es nombre de Madre)

Como me pedías en la última reunión que tuvimos, voy a hablar con tu padre para pedirle que te cuide y que te ayude, te lo prometo, pero no lo haré por carta, lo haré en Lora, ante la Virgen, encenderé esas velas que un día le dije a tu Madre en la carta que le escribí: “querida abuela” y pediré por tí, por vosotras, por mis tantas Madres, y mis tantas Abuelas.

Te quiero Tía María
Publicado por Jesús CM en 11:29 Etiquetas: JESÚS CM, RECUERDOS DE FAMILIA
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lunes, 11 de mayo de 2009

RETROSPECTIVA (I)


Hacer una retrospectiva a estas alturas puede suponer un camino forzoso de Kleenex a los que bien acostumbrado nos tiene el ezú. Pero bueno, hace mucho tiempo que no escribo y creo que va siendo hora. No, yo no pude disfrutar de mis bisabuelos ni de tío José María, hoy mi recuerdo sobre ellos se circunscribe a haberles “robado” la cabecera de sus pajaritas de papel. Pero sí puedo hablar bastante y mucho sobre algunas cosas, pues mi vida que se ha repartido entre Cádiz, Córdoba y Sevilla, ha dado mucho de sí. Curiosamente a la última de las Montoto que he conocido es a la Cristinita internauta, madre y espíritu de este blog.

Pero bueno, contaros quiero algunas anécdotas, como bien sabe la mayoría, hasta los once años estuve viviendo en Cádiz, recuerdo cuando Güito pasaba temporadas en casa y mi primer viaje en Vespa por las calles de Cádiz. Recuerdo también a tía Salud que venía a visitarnos de vez en cuando por el piso que teníamos en la C/Goya nº 19. Los primeros viajes a Vejer y el Palmar. Recuerdo los viajes a Sevilla, las mil travesuras que Carlitos y Manolo* me hacían…los muy cafres… Yo era el pequeño de los nietos (por aquel entonces), y el menos espabilado, así que imaginaros al carlitos campestre de fuente de cantos y a su secuaz manolito dándole caña a Nachito. Casi siempre que iba a Sevilla, comía al menos un vez en casa de Tía Nena, recuerdo con su batido de fresas, qué bien cocinaba Tía Nena! También recuerdo a tía Rocío muy jovencita, me acuerdo que siendo unos mocosos Carlitos, Manolito y yo, nos escondíamos tras la puerta cuando salía de la ducha enrollada en la toalla, a ver si veíamos algo…! Si es que éramos unos pillastres!

Recuerdo, esporádicamente, a Debla**, una doberman que tenía mi abuelo y que Güito tenía educada a la perfección. Evidentemente mis recuerdos hasta los once años corresponden con el tiempo que viví junto a mi madre. Paradojas de la vida, Cádiz es mi madre en vida, y su Córdoba natal fue lo que fue, justo llegar a Córdoba y ya sabéis lo que pasó. Justo en ese momento comienzo a tener tíos-padres y tías-madres, del mismo modo que abuelos-padres y abuelas-madres, si bien es cierto que con los que pasé más tiempo fue con los maternos pero siempre teniendo muy cerquitas a los paternos.

¿Cuántas cartas, conversaciones por teléfonso y veranos en Cádiz he pasado hablando con mi abuelo y abuela? Dándoles la brasa a Pili y a Pepa (Qué aburrimiento, burrido estoy***… era la canción de guerra). Recuerdo un verano en vejer, en los caños cogí una insolación y mi tío Ignacio “el papafrita” tuvo que quedarse a cuidarme toda la noche. Sí, de pequeño estaba siempre malo, una ricura de niño…

Bueno, prosigamos, recuerdo mis viajes a Lora, allí dormía en la antigua casa de abuelo, donde ahora viven tío Luis y tía Dolores, recuerdo que Santiago y Luis lo primero que hicieron nada más llegar era cogerme en brazos, taparme los ojos y ponerme ante la cabeza de un cochino jabalí que quitaba el hipo. Aquella noche nos quedamos despiertos de madrugada para ver un combate de boxeo de Poli Díaz frente a Whitaker. El boxeo le gustaba mucho a mi abuelo Cesáreo, le hacía gracia los mamporrazos que los púgiles se asestaban. Recuerdo también una fiesta en el Horcajo en el 40 cumpleaños de mi padre.

Y la primera vez en mi vida que subí a Santa Marina, recuerdo un perro negro precioso en la puerta de la casa, y a Tía Dolores tan guapa y sonriente, alguna que otra vez, siendo niño subí para montarme en el monopatín con Luisito y Antoñito.

Tampoco quiero pasar por alto cuando celebramos el bautizo de mi hermana Patricia en la Pituta****, yo apenas tenía tres años y medio pero recuerdo como si fuese ayer la primera vez que me montaba en un cuadrúpedo, un burro, más mula que burro, blanco que había por allí. Luego visité varias veces más aquel viejo Molino

Volviendo a mi abuelo Cesáreo, recuerdo cómo disfrutaba poniéndonos monedas de veinte duros envueltas en papel de aluminio escondidas por toda la casa cuando se nos caía un diente para obsequiarnos en nombre del ratoncito Pérez por tal festividad. Por cierto, y para finalizar esta primera entrega, recuerdo que en mi casa en Cádiz, teníamos un cuadro de Tío Miguel, que tras hacer la mudanza y previo paso por el guardamuebles, se extravió… cosas de la vida. Iniciada esta retro, a modo de leves instantáneas, prometo que pronto habrá más…


* A ver si Manolo y Carlitos empiezan a contar cositas en este blog.
** Güito, háblanos de Debla y de cómo sus camadas llenaron Cádiz de Dobermans.
*** Veremos si Pepita y Pili cogen el guante que les lanzo…
**** Vamos a ver, Pituto ( Tío José María Montoto Sousa), a ver si empiezas a contarnos anécdotas de la Pituta.
Publicado por José Ignacio Montoto en 21:20 Etiquetas: NACHO, RECUERDOS DE FAMILIA
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LA MEDALLA DE LA ABUELA

Por Isabel Mª Montoto Cañas

Tiene mi madre una medalla siempre puesta que se la regaló la abuela Isabel el día que la conoció.

Fue mi madre a Lora cuando tenía 18 años, había conocido a mi padre a los 13, pero antes no te dejaban viajar a casa de tu novio, la tuvo que acompañar su hermana Carmen.

Creo que sólo la vio una vez, y con eso le bastó para quererla siempre. Aunque eso no nos debe de extrañar a nosotros los nietos, que sin haberla visto nunca, la queremos.

Entonces la conoció, y ella le tenía preparado este regalo.

No se la ha quitado desde entonces para nada. Tiene por detrás la fecha del año 42, así es que lleva 67 años con ella puesta, toda su vida, ahí cerca de su corazón.

Es el único regalo que tiene de su suegra. No le dio tiempo de hacerle ninguno más. Pero para ella es como si tuviera todos los regalos del mundo en uno.

Parece un milagro, pero la ha salvado de todas las situaciones peligrosas de su vida. Cuando nació mi hermano Pepe, que después estuvo tan grave, y cuando tuvo el derrame cerebral. Siempre ha salido ilesa de todo, y ella dice que es por la medalla.

El día que se operó de la cabeza, para entrar en el quirófano, le dijeron que se la tenía que quitar. Su obsesión era que no se le fuera a perder allí o se la robara alguien. Cuando despertaba de la anestesia, preguntaba por su medalla.

Se aferra a ella como si así abrazara a la abuela. La toca muchas veces al día y es su joya más preciada. El día de su boda la llevaba como único adorno.

A la gente sencilla y buena, estas cosas son las que les sirven para vivir, para recordar, y para amar a los seres queridos.
Publicado por Cristina en 8:57 Etiquetas: ISABEL Mª, RECUERDOS DE FAMILIA
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viernes, 8 de mayo de 2009

A MIS TÍAS Y DEMÁS FAMILIA

La imagen que tengo de abuelo es la misma que aparece en la foto del blog de "cristinaeninternné". Lo traté poco, pero no hacía falta más. Alguna vez me lo encontré bajandose de autobuses de Tussam y yo me sorprendía porque para mí él era diferente.
Siempre lo ví con una sonrisa en su cara (tendría su genio) y las palabras que resuenan en mi cabeza cuando lo recuerdo son: Niña ¿qué pasa?, ahí se concentraba todo el cariño que un abuelo podía tener en ese momento por su nieto.

No pasaba nada, pero hacía sentirte interesante, sabías que tu abuelo era "importante".

Nunca he investigado pero creo que no me equivoco, yo no tengo pajaritas dedicadas como tampoco tengo cuadro de Tío Miguel (lo cambiaron por unas supermaletas).
Pero recuerdo un encuentro casual con él en la esquina de Asunción con V. de Loreto en el que me aconsejó en una conversación corta y cariñosa, con su visión de una vida entregada al arte sin concesiones, tal como él lo entendía, Dibujando sin pretenderlo el mejor Cuadro que me podía regalar.

Aprovecho para aconsejaros que le vayais quitando la enagüilla a la mesa camilla, que ya va haciendo calor. Besos.
Publicado por Mamen M.C. en 17:08 Etiquetas: MAMEN, RECUERDOS DE FAMILIA
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ES POCO LO QUE HAGO

Querida Cristina:

Voy a decirte algo “ahora que nadie nos oye”. Hace mucho que no rompo nada, gran premio es para mí que me dejéis entrar en vuestros salones, premio que recojo con orgullo y satisfacción.

Asombrado me quedo yo, y si ésto es sensibilidad, si la tengo, és, porque abuela y abuelo la tenian, y ellas y ellos la tienen, y han sabido transmitírnoslas, teniéndolos tan cerca y a veces tan lejos, como dijo la prima Isabel María en una ocasión, es una suerte tenerlas aquí, lo digo por todos, por los que ya no están aquí, y por los que con nosotros todavía están, y especialmente por ellas. Hoy sí voy a dar nombres y ellos y ellas son, sin orden ni concierto, ni de mayor a menor, ni de menor a mayor: María, Dolores, Salud, Isabel, Concha, Jesús y Luis Montoto de Flores.

Lo que pasa, está pasando y todavía debe de pasar no es sólo a mi alrededor, es alrededor de todos nosotros, y es tremendo porque ellos y ellas son tremendos y grandes tanto de sensibilidad como de corazón.

Sólo pretendía y lo único que quiero es darles un poco de compañía, para que esa soledad que les embarga les sea más llevadera y que sepan que están aquí con nosotros, que las queremos y las llevamos en nuestros corazones y creedme que si lo consigo es el premio más grande que se me puede dar y ayer me lo dieron, sí, me lo dieron y fue una simple pero inesperada y emotiva llamada, para ella y para mí.

Gracias, Tía María, tu llamada fue mi premio, si escribo cosas bonitas es por eso, porque bonitas, sois vosotras y no os merecéis menos de lo que yo hago, porque lo que hago no es nada para lo que os merecéis, te lo digo de corazón.

Cristina, no tengo dudas de que abuelo estaría orgulloso del lío que tú has formado, en el cual yo sólo aporto una pequeña piedrecilla, a esta gran montaña que estamos construyendo gracias a tí.

Tampoco dudo que disfrutaría con todos nosotros, es más, seguro estaría animándonos porque los más pequeños como puedes comprobar ya vienen empujando, y creo que esto es fruto de esta tarea que él te encomendó sin decírtelo.

Gracias a todos de verdad y besos
Publicado por Jesús CM en 9:25 Etiquetas: DE TODO UN POCO, JESÚS CM
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jueves, 7 de mayo de 2009

TE HUBIERA GUSTADO

Querido abuelo:

¿Que te pasó ese siete de septiembre de mil novecientos sesenta y dos?, ¿No hice el suficiente ruido al llegar?, ¿estabas en Lora preparando la romería de la Virgen?

Me imagino, por lo que voy leyendo de todas esas maravillas llamadas “pajaritas” que nos has dejado aquí, era lo normal, con tantos nietos ya en el mundo uno más que mas dá ¿no?, o esperabas que la mía – ¿todos los nietos tienen la suya?- fuera escrita por mi madre, ¡ah!... claro ahora caigo, el título lo dice todo.

“Llegada de Jesusito al planeta tierra” ¿ezu, ezu, tu no eres de aquí, no, ezu? (esto se lo decía, el risitas al Loco de la Colina) ¡claro! yo soy de Ganímedes, como el “Carlos Jesús” o como el “Penumbra” que es de Raticulín "fu,fu,fu". ¡Yo que sé, qué más da!, el caso es que ni pajarita ni ná.

Esto no es ni queja, ni la más simple molestia, solamente son, de nuevo, algunas de esas preguntas tan tontas que suelo hacer, alguno más puede que también te diga, ¿pues y la mía, qué? ¡Yo tampoco tengo!, bueno pues que lo diga aquí ¿no? Yo solo lo digo por la que, en mi caso me correspondería a mí.

Puede a lo mejor, que fuera de esas veces que te quedabas solo en casa con Isabel y con la manía esa que ella tenía de guardarlo todo, la guardara en algún cajón y se te olvidó preguntarle.

Abuelo, se me ha ido todo de la cabeza, no me importa nada lo de mi pajarita, ha llegado un pajarito y me lo ha borrado todo, se llama Bruno, es biznieto tuyo, creo que te hubiera gustado conocerlo, es…. Cómo te diría… no sé, no te lo puedo decir, no sé como explicarlo, ¿lo has leído?

No es nada, pero qué se puede decir de un chiquillo de 7 años que se interesa de esta manera por algo que ni creo que entienda todavía, ni tan siquiera el significado que tiene esto para nosotros, y quiere seguir escribiendo, no lo entiendo.

Le enseño lo que ha escrito y me dice.
-¿sabes qué pasa?
-¿qué, Bruno?
-que los demás escriben cosas más largas
-eso no importa Bruno, tú puedes escribir lo que tú quieras, no importa lo largas que sean, puedes contar lo que tú quieras, son tus cosas y puedes hacerlo como tú quieras.
-¡vale! Puedo contar cosas mías, con mis Tías, con mis primos……
-lo que tú quieras, Bruno
-pues así lo haré

Me ha dejado frio, me hace sentirme pequeño como él, y a la vez grande como tú, siete años tiene y me ha llenado de emoción, ¿te hubiera pasado lo mismo?

Tengo que parar, no puedo seguir.
Te hubiera encantado conocerlo, de verdad
Me llegan las lágrimas hasta el corazón.
Publicado por Jesús CM en 14:30 Etiquetas: ANÉCDOTAS, JESÚS CM
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LOS RIZOS DEL ABUELO

PUBLICADO POR: BRUNO GONZALEZ DE LA PEÑA MONTOTO ( 7 AÑITOS)

Esto pasó cuando yo tenia tres años y fue una desgracia muy grande para mi abuelo.

Todo empezo una tarde en la que estabamos mis padres y yo que ibamos a la peluquería a pelarme, pero yo tenía muchos rizos y al abuelo le gustaban mucho.

Cuando terminamos de pelarme fui a casa del abuelo y cuando el abuelo me vio y dijo:

¡que le ha pasado a Bruno en el pelo! entonces el abuelo se enfado mucho con mis padres, y mis tías y yo nos partimos de la risa, y asi acabo todo.
Publicado por Jesús CM en 11:25 Etiquetas: ANÉCDOTAS, BRUNO
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miércoles, 6 de mayo de 2009

CARTA PARA NACHO, EL BIZNIETO

por Isabel Montoto de Flores

Querido Nacho:

El apellido correcto es Isabel de Flores, y a la pregunta que me haces te contesto.

Nunca he podido hablar de mi madre. ¿Qué te puedo contar de una madre que murió?
tú desgraciadamente, a pesar de tu juventud, lo sabes por haber pasado también por este trance, por eso nuestros recuerdos de ellas tienen que ser muy iguales, pero por tratarse de tu circunstancia te contare algunos detalles.

Lo primero que te puedo decir es que para nosotros era nuestra MADRE, y esta sola palabra lo dice todo.

Nació en Lora del Río, eran tres hermanos, su infancia fue muy feliz y ella era la menor de los tres, no tenía estudios porque en aquel tiempo las mujeres no estudiaban carrera, pero sí tocaba el piano perfectamente bien.

Muy joven se puso en relaciones con el abuelo y se casó con veintitres años.

Se fueron a vivir a Madrid, donde vivían muy bien, pero se encontraban muy lejos de Lora y se volvieron a vivir a Cádiz, todos los años que vivieron en Cádiz fueron muy felices.

Ya en Sevilla, cuando llegó le guerra lo pasó muy mal, sufría mucho por todo lo que pasó y porque Cesáreo, Rafael y Pepe se fueron a la guerra, que duró tres años muy duros de llevar.

Ella iba a Lora con mucha frecuencia para ver a su hermana Rafaela.

El verano de 1942, el dia 8 de septiembre íbamos a ir a la romería de la Virgen y ella se sintió mala y no pudimos ir. El día 16 murió.

Mi padre se quedó triste y solo, lo he visto llorar muchas veces, lo he visto recordar muchas veces y es que el abuelo vivió por ella y para ella y nunca la pudo olvidar.

Esta fue la vida de Isabel de Flores, madre ejemplar para sus hijos y esposa muy querida por quien la hizo en su vida muy feliz, José Montoto.
Publicado por Jesús CM en 11:55 Etiquetas: PAJARITAS DE ISABEL, RECUERDOS DE FAMILIA
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SOLEDAD

Llevo unos cuantos días dándole vueltas a la cabeza sobre el sentido de esta palabra, “soledad”.

Veréis, desde que leí “la botella vacía”, se me viene al pensamiento la inmensidad de esta palabra, y la de variaciones y sentidos que tiene o se le puede dar, porque quien alguna vez no se ha sentido en soledad, incluso estando rodeado de gente, en cualquier reunión en la que no deseabas estar, o simplemente, que tu pensamiento en esa reunión no está. Esto es soledad.

Quien no ha querido estar alguna vez solo en su habitación, leyendo, escuchando música, escribiendo, pintando, o sólo pensando en tus cosas, porque no tenías ganas, o sentías que no deseabas estar con nadie en ese momento, andar por el campo, por la playa, detenerte a ver una puesta de sol, pasear por el pueblo en la noche, mirar las estrellas, todo esto queriendo estar tú solo, sin nadie a tu alrededor, también es soledad.

Muchas formas tiene la soledad, pero no es de esta soledad de la que yo quiero hablar, esta soledad te la puedes buscar o incluso la deseas a veces. Es de otra soledad, mucho más dura, mucho más triste. Es de esa soledad que no deseas, que no quieres que llegue nunca, pero que irremediablemente algún día llegará.

Ahora se da uno cuenta de lo triste y profunda que es esa soledad, pongo un ejemplo de ella, mejor no lo pudo hacer D. José Montoto en una de esas “pajaritas” a las que siempre me remito.

Su título “hasta luego”. Es esa soledad a la que me quiero referir, aún estando con todos sus hijos en una noche solemne para él, que quedaría grabada en su memoria, noche de última reunión, noche irrepetible.

Soledad no buscada, y encontrada, en momento tan feliz, que te desgarra por dentro, que te escuece y que te duele.

Qué bueno hay que ser, y que grandeza de corazón hay que tener, para no pronunciar esas palabras que para el serían pobres y pálidas, porque profanarían lo íntimo de sus sentimientos.
Esa soledad, es tan amarga, que en momento tan lleno de sentimientos, alegres y tristes a la vez, te hace sentir, después de treinta años por boca de su hija mayor, en ese rezo de acción de gracias, para él, era la voz de ella, la que tantas veces llevó el rezo y recitó la oración, pero no estaba, con sólo un “hasta luego” de ella, esa noche se despidió.

Veréis, hay una frase que tengo en mi mente, y creo que nunca se borrará, es una frase pronunciada por alguien que lucha contra esa soledad, porque se le fue quien llenaba su vida, que compartieron juntos tantos años, llorando decía, ¡Dios mío! ¿Nunca se me va a pasar este dolor que tengo dentro?

Fijaros, yo no quería poner ejemplos, ni quiero nombrar a nadie, si queréis saber, solo debéis leer.

Es esta, esa soledad que te rompe, que te desgarra, que te va apagando poco a poco.
-Con la edad todo cambia, hoy sentada en el sillón notas que se te ha ido la vida, ya no vives, solo estás, notas que tu vida ya se fue, no tienes nada, no encuentras nada, (amapola del trigal, hoy te busco y no te encuentro, amapola ¿Dónde estás?) no esperas nada, la vida ya no te puede ofrecer nada.

-con todos estos recuerdos tan variados es difícil pertenecer a los de la “botella casi llena”, por eso al recordar lo del rezo del rosario de mi madre, mis hermanos, la casa de Lora… ¿Qué me pasa? ¡Ya estoy con los ojos llorosos...! ¡Se acabó la botella, la tiro porque está vacía!

Sé que algunos de vosotros ha pasado por este trance tan tremendo, que se te vaya la persona querida es muy duro, te deja solo, vacío, preguntando ¿Por qué, porque a ella, porque a él?

Creo que si todavía eres joven, no sanarás del todo, pero te puedes recuperar, tienes una vida por delante, hay gente en quien te puedes apoyar, pero ya a cierta edad, cuando has compartido toda tu vida, todo se va con él o con ella, tu casa se queda vacía. Los hijos han creado la suya propia y no están contigo, incluso van a verte, pasas tiempo con ellos, te llevan un poco de luz, pero te tienes que marchar, tienen su vida, su casa, sus hijos, su trabajo…

Se quedan solos, su casa de nuevo se apaga, la luz se va, vuelve ella, vuelve la soledad, esa soledad, que las hiere en lo más profundo, que les hace recordar, que no las quiere dejar vivir en paz, ésta es, esa implacable e inmensa soledad, dura y triste soledad.

Les damos ánimos para seguir, queremos que nunca se vayan de aquí, las vemos luchar contra esa feroz enemiga que las quiere derrotar.

No podrás con ellas temible soledad, porque son fuertes, la vida desde pequeñas les enseñó a pelear y nunca han dejado de luchar.

Abandona esta guerra, infame soledad
Batalla tras batalla te derrotaran
Esta guerra nunca conseguirás ganar
Su luz nunca podrás apagar
La Virgen las iluminara
Oscura y temible soledad
Nunca podrás con ellas
Déjalas vivir en paz
Publicado por Jesús CM en 10:42 Etiquetas: JESÚS CM
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martes, 5 de mayo de 2009

EL INOCENTI

POR CARMEN MONTOTO CASTRILLÓN

¡Y yo creía que lo tenía superado! pero sólo pensar en el Inocenti hace sentirme de lo más normalita, vamos que a mí tambien me la dan.

Coche monísimo, diseño de la muerte de todos los disgustos que me pude llevar. Pero sí tengo que decir, que recordarlo me conduce a esos viajes que Jesús nombra y en el que había unos héroes, los que me acompañaban. Me parece que el coche se va a parar... (Mamen a sus hermanas) en una cola en la entrada a Chiclana por el puente Zuazo, en Sancti Petri, sin saber si llegaríamos al Palmar o tomaríamos el sol en la cuneta. Bomba de la gasolina, llave de contacto, todo para cambiar y el coche nuevo, recien estrenaito. Pocas veces me recogió la grúa con ese peazo de coche.

Pero Jesús, este coche me dió una lección que está relacionada contigo y tus hermanos. Recuerdo una fiesta "mora" en la Torre de Vejer, en la que para refrescar los cubatas me habíais pedido el coche para ir a la Barca a por hielo. No puedo poner en pie por qué fue, pero la realidad es que no os dejé el coche. Cuando aparecí por la fiesta, nadie se refirió al hielo ni a las bebidas calentitas. Estábais felices y os sobraba el mundo para pasarlo bien.

A mí no se me olvidó nunca vuestra generosidad, aunque me podría haber comido el coche con papas fritas (más me hubiera valido)
Publicado por Cristina en 9:18 Etiquetas: ANÉCDOTAS, MAMEN
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lunes, 4 de mayo de 2009

LOS NIETOS DE LORA

Por Isabel Montoto Flores

Yo sé que los nietos de Lora saben lo que voy a contar, pero pensar que otros 22 nietos vienen de Cádiz y Vejer y puede que también algunos de Córdoba, y por estar lejos, pueden desconocer las personas de las que hoy quiero hablar.

Si es así empiezo.

Todos sabemos que José Montoto tiene 42 nietos y algunos biznietos, no sé cuantos.

Pero por lo menos de Vejer y Cádiz son 22. Me consta que no están muy informados de la familia de abuela, “los Flores”.

Pues los Montoto Flores, hijos de Isabel, tenían seis primos, los Quintanilla Flores, hijos de su hermana Rafaela.

De los 42 nietos de José e Isabel, 29 llevan como primer apellido Montoto y 13 el apellido Montoto en segundo lugar. 29 nietos que seguirán por mucho tiempo conservando y multiplicando el apellido. En cambio el apellido de vuestra abuela poco a poco y lentamente se va perdiendo.

Sólo llevamos el Flores en segundo lugar, del apellido Flores no tenemos ninguno que lo lleve de primero y quedamos sólo siete que lo llevamos en segundo lugar.

Quiero decir que este apellido está condenado a desaparecer, o llegó a su final el día en que ellas, las dos hermanas, Isabel y Rafaela, se marcharon para siempre, pues el único hermano que tenían, Romualdo de Flores sólo tuvo un hijo, Rafael de Flores Naranjo, que al morir muy joven y en estado soltero no tuvo ocasión de poder mantener el apellido Flores.

Hoy, en el presente, este apellido está cerca de desaparecer, pues ya quedamos sólo siete Montoto que lo llevamos es el segundo lugar.
Ana María y Julián Quintanilla Naranjo, que lo llevan en tercer lugar.
María y María Pepa Coronel Quintanilla, que lo llevan en cuarto lugar y Gertrudis Cepeda Quintanilla también en cuarto lugar, estos cinco que nombro son todos nietos de Rafaela, aunque fueron más que hoy no están entre nosotros.

Siento tristeza porque al ser el apellido de la que ha sido nuestra Madre desaparezca tan pronto y tan en silencio, aunque la seguimos teniendo tan presente.

Nuestro caso es parecido al vuestro (me refiero a los nietos).

Supongo que mis hermanos los mayores conocieron a sus abuelos, yo no llegué a conocer a ninguno, ni a Cesáreo Montoto y Salud González de la Hoyuela, ni a Rafael de Flores y Dolores González, pero siendo niña desde que empecé a espabilarme, me aprendí de memoria sus apellidos y siempre me gustó decir de corrido todos los apellidos juntos, cosa que hoy lo sigo repitiendo, no sé cómo ni por qué empezó, pero en el colegio cuando alguna monja me preguntaba mi nombre, se quedaban un poco sorprendidas al escuchar tantos apellidos juntos y todos de un tirón.

Personalmente no los he conocido, pero no sé cuando empieza en mí esto de no poder decir sólo mi nombre si no va unido al de ellos.

La vida no perdona, se lo lleva todo, tanto que se lleva hasta el apellido de la que ha sido nuestra Madre y nosotros no lo podemos evitar, pero lo que nunca se podrá llevar es el cariño y el recuerdo que sentimos por ella, es algo que nada ni nadie nos podrá quitar y que todos sentimos por la que fue nuestra Madre, Isabel de Flores, y que para nosotros sus hijos su apellido nunca se podrá borrar.
Publicado por Jesús CM en 8:47 Etiquetas: PAJARITAS DE ISABEL
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