Fue mi madre a Lora cuando tenía 18 años, había conocido a mi padre a los 13, pero antes no te dejaban viajar a casa de tu novio, la tuvo que acompañar su hermana Carmen.
Creo que sólo la vio una vez, y con eso le bastó para quererla siempre. Aunque eso no nos debe de extrañar a nosotros los nietos, que sin haberla visto nunca, la queremos.
Entonces la conoció, y ella le tenía preparado este regalo.
No se la ha quitado desde entonces para nada. Tiene por detrás la fecha del año 42, así es que lleva 67 años con ella puesta, toda su vida, ahí cerca de su corazón.
Es el único regalo que tiene de su suegra. No le dio tiempo de hacerle ninguno más. Pero para ella es como si tuviera todos los regalos del mundo en uno.
Parece un milagro, pero la ha salvado de todas las situaciones peligrosas de su vida. Cuando nació mi hermano Pepe, que después estuvo tan grave, y cuando tuvo el derrame cerebral. Siempre ha salido ilesa de todo, y ella dice que es por la medalla.
El día que se operó de la cabeza, para entrar en el quirófano, le dijeron que se la tenía que quitar. Su obsesión era que no se le fuera a perder allí o se la robara alguien. Cuando despertaba de la anestesia, preguntaba por su medalla.
Se aferra a ella como si así abrazara a la abuela. La toca muchas veces al día y es su joya más preciada. El día de su boda la llevaba como único adorno.
A la gente sencilla y buena, estas cosas son las que les sirven para vivir, para recordar, y para amar a los seres queridos.
2 comentarios:
Muchas gracias tía Isabel María, vamos recuperando poquito a poco recuerdos sobre la bisabuela. Esperemos que la gente siga animándose.
A ISABEL MARIA:
he leido varias veces "la medalla de la abuela".
Me llena de emocion tu relato tan bello y profundo, en el que nos descubre cosas hasta ahora desconocidas por todos nosotros, como fué el regalo de la medalla a tu madre, el cariño que le tiene, y lo que para ella ha significado, tanto en los momentos importantes, como en las dificultades por las que ha pasado en su vida.
Por todo ello, por vuestro cariño y sentimientos gracias Dolores, gracias Isabel Maria.
Estoy segura que nunca un regalo llegó a mejor puerto.
Pienso que lo que une a las personas mas que las alegrias, es el sufrimiento, y asi ha quedado demostrado en los sentimientos compartidos entre nosotros, las cuñadas, que en aquellos días tan dificiles para todos, nos ha unido para siempre con tan gran cariño.
ESPERO QUE SIGAMOS SIEMPRE SIENDO TODOS UNA FAMILIA TAN FENOMENAL
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