Querida Cristina:
Voy a decirte algo “ahora que nadie nos oye”. Hace mucho que no rompo nada, gran premio es para mí que me dejéis entrar en vuestros salones, premio que recojo con orgullo y satisfacción.
Asombrado me quedo yo, y si ésto es sensibilidad, si la tengo, és, porque abuela y abuelo la tenian, y ellas y ellos la tienen, y han sabido transmitírnoslas, teniéndolos tan cerca y a veces tan lejos, como dijo la prima Isabel María en una ocasión, es una suerte tenerlas aquí, lo digo por todos, por los que ya no están aquí, y por los que con nosotros todavía están, y especialmente por ellas. Hoy sí voy a dar nombres y ellos y ellas son, sin orden ni concierto, ni de mayor a menor, ni de menor a mayor: María, Dolores, Salud, Isabel, Concha, Jesús y Luis Montoto de Flores.
Lo que pasa, está pasando y todavía debe de pasar no es sólo a mi alrededor, es alrededor de todos nosotros, y es tremendo porque ellos y ellas son tremendos y grandes tanto de sensibilidad como de corazón.
Sólo pretendía y lo único que quiero es darles un poco de compañía, para que esa soledad que les embarga les sea más llevadera y que sepan que están aquí con nosotros, que las queremos y las llevamos en nuestros corazones y creedme que si lo consigo es el premio más grande que se me puede dar y ayer me lo dieron, sí, me lo dieron y fue una simple pero inesperada y emotiva llamada, para ella y para mí.
Gracias, Tía María, tu llamada fue mi premio, si escribo cosas bonitas es por eso, porque bonitas, sois vosotras y no os merecéis menos de lo que yo hago, porque lo que hago no es nada para lo que os merecéis, te lo digo de corazón.
Cristina, no tengo dudas de que abuelo estaría orgulloso del lío que tú has formado, en el cual yo sólo aporto una pequeña piedrecilla, a esta gran montaña que estamos construyendo gracias a tí.
Tampoco dudo que disfrutaría con todos nosotros, es más, seguro estaría animándonos porque los más pequeños como puedes comprobar ya vienen empujando, y creo que esto es fruto de esta tarea que él te encomendó sin decírtelo.
Gracias a todos de verdad y besos
viernes, 8 de mayo de 2009
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1 comentarios:
ahora que nadie nos oye (aunque nos leen) ¡mira que decir que tú sólo aportas una piedrecilla, guapo, si ya llevas más piedras que las canteras de Macael! vamos, para seguir con las metáforas, ¡que yo empecé con una cabañita de las del Palmar y tú estás construyendo Falcon Crest! ¡menuda adquisición!
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