¡Qué buen puente del Pilar he pasado en el Palmar! ¡Hasta un poemilla me ha salido de lo inspirada que he venido!
Al asalto me he metido cuatro días con toda mi prole en casa de mi hermana Marta, y como en el Palmar reinan los Montoto Castrillón-Castrillón Montoto (tanto monta, monta tanto), que son la mitad de la familia, hemos aprovechado para hacer un improvisado ensayo general de la montotada, pero en el complejo turístico Montoto Resort de la Avenida Virgen de Setefilla en vez de en el Mercantil. No estaban todos, claro, pero con los que estábamos ya éramos una multitud importante. Para ser un ensayo general no ha podido salir mejor, así que los que estéis nerviosos podéis tranquilizaros (¡veo yo mucho nerviosismo en este blog!).
Allí, entre la humareda de la barbacoa de Jesusito degustamos las riquísimas viandas cárnicas de ternera retinta que nos preparó (de las almejas a la marinera mejor no hablo), bebimos todo lo bebible (hasta orujito gallego recién destilado en un alambique casero). En definitiva, compartimos un día (con su correspondiente noche) entre risas y charlas.
Quiero darle las gracias por su hospitalidad a todos ellos, mis primoamigos, mi hermanamiga Marta y su paciente esposo Ful, y sobre todo a tía Isabel, por la paciencia de tener niños correteando y berreando, y a adultos carcajeándose tantas horas en su jardín. Hasta tuvimos una réplica de memorias de áfrica, cuando apareció a trotecito lento el caballero Luis, paseándose a caballo para jolgorio de los menores (y de los mayores también), ganándose el título de pajarita andante. Y el campanazo de tía Isabel, que quería saber si había algún "metromensual" en la reunión. Y el descubrimiento de que la "mantis religiosa", ese bichito verde tan raro, mata de una yoya en la nuca como si fuera bruce lee. Y... ¡tantas cosas que no las puedo resumir!
Un buen puente, sí señor. Anticipo de lo que nos espera el 7 de noviembre.
Al asalto me he metido cuatro días con toda mi prole en casa de mi hermana Marta, y como en el Palmar reinan los Montoto Castrillón-Castrillón Montoto (tanto monta, monta tanto), que son la mitad de la familia, hemos aprovechado para hacer un improvisado ensayo general de la montotada, pero en el complejo turístico Montoto Resort de la Avenida Virgen de Setefilla en vez de en el Mercantil. No estaban todos, claro, pero con los que estábamos ya éramos una multitud importante. Para ser un ensayo general no ha podido salir mejor, así que los que estéis nerviosos podéis tranquilizaros (¡veo yo mucho nerviosismo en este blog!).
Allí, entre la humareda de la barbacoa de Jesusito degustamos las riquísimas viandas cárnicas de ternera retinta que nos preparó (de las almejas a la marinera mejor no hablo), bebimos todo lo bebible (hasta orujito gallego recién destilado en un alambique casero). En definitiva, compartimos un día (con su correspondiente noche) entre risas y charlas.
Quiero darle las gracias por su hospitalidad a todos ellos, mis primoamigos, mi hermanamiga Marta y su paciente esposo Ful, y sobre todo a tía Isabel, por la paciencia de tener niños correteando y berreando, y a adultos carcajeándose tantas horas en su jardín. Hasta tuvimos una réplica de memorias de áfrica, cuando apareció a trotecito lento el caballero Luis, paseándose a caballo para jolgorio de los menores (y de los mayores también), ganándose el título de pajarita andante. Y el campanazo de tía Isabel, que quería saber si había algún "metromensual" en la reunión. Y el descubrimiento de que la "mantis religiosa", ese bichito verde tan raro, mata de una yoya en la nuca como si fuera bruce lee. Y... ¡tantas cosas que no las puedo resumir!
Un buen puente, sí señor. Anticipo de lo que nos espera el 7 de noviembre.
Y para que os muráis de envidia, aquí tenéis el documento gráfico que lo atestigua.
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