Tu hermano mayor, el segundo de once entre los cuales sois ocho niñas (hoy siete en la tierra y otra en el Cielo donde a buen seguro cuida de todos nosotros),con todo el cariño del mundo quiere hacerte algunos comentarios sobre las maravillas que de mi has escrito en este blog.
No es mérito ninguno que entre tantas, alguna de vosotras( en este caso tú), en un arrebato de generosidad que como tal lleva implícita una buena dosis de exageración, pondere unas virtudes que distan bastante de la realidad. No obstante y como de bien nacido presumo, vaya por delante mi agradecimiento por tan inmerecidos elogios.
De abuelo siempre me llamó la atención la bondad que sólo con mirarlo traspasaba todos sus poros. Bondad y ternura que transmitían una enorme sensación de paz y tranquilidad. Esto no era sino el reflejo de quien pasó por la vida haciendo todo el bien que pudo, respetando a todo el mundo y procurando hacer el menor daño posible. También papá era así y ellos son mi punto de referencia. La hombria de bien y el saber estar fueron constantes en sus vidas.
Como verás Rocío este es mi secreto, sólo con fijarme en ellos algo se me debe haber pegado . Con personas así no es difícil aprender por eso tenemos que dar gracias a Dios y a la Santísima Virgen de Setefilla por haber tenido la inmesa suerte de convivir con unos seres tan extraordinarios y por seguir teniendo muy presente el ejemplo que nos dejaron.
Gracias por todo, un beso.
jueves, 22 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Pues hijo, tú es que eres muy humilde, pero sí que se te ha pegado mucho de eso, doy fé. Un beso enorme.
Publicar un comentario