Esta entrada que hoy publico no sé como titularla, no sé si puede ser un enfado, una regañina, o el cabreo más grande que se pueda tener por un despropósito, un trabajo mal hecho, una desinformación total y completa, de alguna persona que no ha sabido cumplir con su cometido.
Creo que cuando alguien, profesionalmente hablando, y yo ante esto no puedo hablar mucho porque no soy un profesional de la materia, pero si de un profesional se trata, y ello conlleva una labor de investigación, o de una recopilación de datos sobre una persona en concreto, para publicar un trabajo sobre su persona, sobre su labor profesional y humana, a ésto se le debe poner un poco más de interés por parte de este profesional, en lo que a materia periodística se debe tratar.
Veréis, pongo un ejemplo, yo cuando por causa de mi trabajo, alguna empresa pone en mis manos algunas de las gestiones que solemos realizar en organismos oficiales, bancos... etc. etc., pongo todo el interés sobre la gestión que hay que llevar a cabo, me informo preguntando sobre los pasos a seguir, intento llevarme todo la información posible, para así poder hacer bien mi trabajo, cosa que hasta hoy día cumplo con la mayor eficacia, y profesionalmente hablando nunca suelo tener problemas, los clientes están contentos con mi labor y confian en mí, y en mi empresa, me tomo las cosas con interés.
Hay personas que esto no lo hacen, o no lo quieren hacer, o simplemente no les interesa mucho lo que están haciendo, no le prestan la sufuciente atención a su trabajo y pasan las cosas que pasan. Profesionalmente esto no es muy correcto.
Viene al caso porque cuando un profesional del periodismo cita a personas con la sencilla razón de entrevistarlas, para recopilar datos sobre una persona a la cual quiere dedicar su trabajo, y llegado el momento de la entrevista, resulta que no estamos hablando de la misma persona, la situación es un poco tensa, es algo más que rocambolesca, y un desastre para las personas que están poniendo toda la ilusión porque se trata de alguien importantísimo en sus vidas. Esto, profesionalmente hablando, es una auténtica barbaridad, desilusionas a estas personas, las haces dudar sobre lo que en verdad se está haciendo y las dejas totalmente descolocadas y en la más absoluta perplejidad.
En fin, el caso es que ha ocurrido algo así, y ante esto, como somos una gran familia con un corazón bondadoso y noble, nos lo vamos a tomar como que esta persona no ha hecho bien sus deberes, y como creo que Don José, incluso dentro del cabreo razonable por el trabajo mal hecho, le pondría una nota de humor, hoy voy a publicar una "pajarita" que a lo mejor no viene a cuento, pero puede hacernos creer que hubo una confusión de persona, para si cabe poder paliar un poco esta desastrosa entrevista.
CARTA A PEPE MONTOTO
A Pepe Montoto de Flores:
Hijo mío de mi alma. ¡Buen lío hemos armado! Esto de que tú seas tú y que yo sea yo; esto que parece tan sencillo y diáfano; tú el hijo, el padre yo; tú como tantos hijos, con el nombre del padre, pero cada uno con un segundo apellido diferencial, eso no es tan sencillo en nuestro caso. Tú eres Flores; yo González de la Hoyuela. Yo me firmo con un solo apellido porque es más mío que tuyo, pues tú lo tienes por reflejo de mí. Tú te firmas con dos, al mío añades el Flores de tu madre. ¿Te parece bastante para diferenciarnos? ¡pues, no! Nadie ve dos personas en nosotros. Cuando las "Pajaritas" eran tuyas, aunque yo intercalase entre ellas varías mías "eran tuyas" también. Tan sólo conseguí en ese período que yo no fuera yo, sino que fuera tú. O que tú fueras yo. El hecho es que de tí y de mí hacían una persona. Y no una o dos o tres, sino muchisímas, me llegaban las cartas que decían así: "Sr Don José Montoto de Flores, Director de EL CORREO DE ANDALUCÍA". Tu nombre con mi cargo... En fin, un lío.
Me dejaste la herencia. Hace años ya que son las "Pajaritas" sólo mías. De vez en cuando tú me mandas algunas. ¿Crees que son tuyas? No. "Son mías" también. O la gente no se fija en la firma, o si se fija anda confusa en los segundos apellidos nuestros. Hace poco, cuando hablabas de un cólico imaginario, como la gente está ya acostumbrada a que yo cuento ce por be la verdad de mi vida, me preguntaron varios que de qué me dió el cólico. Nadie supo, ninguno se enteró de que la "Pajarita" no era mía. El otro día y hablando de una que era mía de verdad, me decía uno en la calle: "Eso que ha dicho Vd, está muy bien, porque es la verdad pura. Y esas cosas, tan claras no las dice nada más que Don José Montoto Flores" ¡Anda morena! pensé yo para mí.
Te cuento todo esto para que que no te forjes ilusiones: por el camino de las "Pajaritas" no alcanzaras la gloria. Lo que escribas, bueno o malo, me será adjudicado. Pero es lo grave que lo mío, malo o bueno, me lo adjudican a mi bajo tu nombre. O sea, que ni tú eres tú del todo, ni del todo soy yo. Claro es que por eso no hemos de pelear. Por lo que me toca a mí te cedo muy contento la gloria que me quepa. Y al par, me regodeo con la que tú me prestas. En resumidas cuentas, si tú y yo somos una misma sangre, ¿qué más da? El segundo apellido, aun importando tanto, importa poco en esto. Yo del mio estoy contento, y estoy archicontento del que te cupo a tí. Tú eres José Montoto, yo soy José Montoto, y a las manos de ambos vienen las "Pajaritas" de manera indistinta. Y como no tenemos nada nuestro, tú como yo, yo lo mismo que tú "Pajarita" que llega a nuestras manos, "Pajarita" que echamos a volar.
Y en esto, en este despilfarro pajaritero, está la semejanza que causa confusión
Tu padre y camarada en "Pajaritas"
JOSÉ MONTOTO
Para mis queridos tíos/as: María, Jesús, Salud, Isabel (mi mamá), Dolores, Concha y Luis, con todo mi cariño, para que este despropósito les sea lo más llevadero posible, una nota de humor que incluso abuelo hubiera puesto, después de coger el berrinche más grande del mundo. y esperando que se os pase, y antes de ir por otros derroteros, por la seriedad que conlleva el asunto, que es mi intención.
P.D: El título se lo he puesto al final, después de darle algunas vueltas, creo que es el más indicado.
2 comentarios:
Abuelo, como podras ver, te queremos, y lucharemos para que tu nombre: José Montoto y Gonzalez de la Hoyuela, esté siempre donde tú lo llevastes, a lo más alto, con la virgen de Setefilla, y que una calle no es nada para nosotros, tú sitio esta donde debe estar, y ese sitio es en "nuestros corazones" gracias abuelo por ser como eras.
Bochorno. Esa es la palabra más repetida desde anoche. ¡Qué bochorno!. Bochorno porque alguien vaya a entrevistar a los hijos de un periodista que ni era periodista ni tenía hijos. Creía yo que la documentación previa era fundamental en los periodistas. Creía yo. Ahora veo que no. Eso sí, tenían el mismo apellido, y los dos escribían, en eso no falló la documentación. Uno escribía libros y el otro en los periódicos. Pero por lo visto, para un libro sobre periodistas ilustres era más importante el de los libros. Bochornoso.
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