Querida Familia: Después del tan triste día de ayer Domingo 31 de Enero, una vez hube llegado a casa, me fui directamente a el jaulón donde están posadas las miles de "Pajaritas" que obran en mi poder. Cuando abro esa puerta parece que todas quisieran salir a volar, sí, hay algo que me lleva a pensar que es así, no sé por qué, al ir a escoger cuál de ellas saldrá de su cautiverio, se escucha un susurro pidiendo ser ésta o aquella la que quiere volver a volar.
Veréis porque digo ésto y si tengo o no razón; si llego y me pongo a buscar entre las miles de ellas y quiero una en especial, me digo: ¿Por dónde la busco? ¿Cómo lo hago entre tantas? Si supiera la fecha de tal o cual acontecimiento sería mucho mas fácil. Bueno, pues, ¡al azar! Escojo uno cualquiera y me pongo a la difícil tarea de buscar el, no sé qué, pero sé qué es lo que quiero encontrar. Sé lo que busco, mas no sé lo que voy a encontrar, pero a resultas que encontraré lo que quiero y deseo encontrar.
Buscaba una "Pajarita" en especial: "Demonio de Muchacha", yo sé, o creo, que la he leído, lo puedo incluso hasta prometer de lo seguro que estoy, la relaciono con su entrada en el noviciado, aproveché la llamada que me hizo Tía Tote para decirme lo de las cenizas de Tía Conchita, para pedirle una pequeña bandada de ellas que Tote tiene en su casa, una vez las tuve en mis manos, y es en la cuál creía haberla leído.
No hubo suerte, pero ya tenía localizadas tres o cuatro y una de ellas, que no había sido leída por mi, llamó mucho mi atención y es la primera de las que quiero que vuelvan a revolotear para que sirvan de pequeño "Gran" homenaje a nuestra querida Tía Concepción Montoto de Flores. Fijaros en que esta "Pajarita" a la que hago referencia, muy lejos de estar dedicada a ella, porque es claro que no está dedicada a ella, sí se la voy a dedicar yo. ¿El por qué? Ya me diréis vosotros.
¿Cómo la encontré? Yo creo que es Don José el que me lleva hasta ellas, debe ser él el que me dirige entre tantas a escoger éste o ése libro y abrirlo por ésta u otra página, si no, yo no tengo ninguna explicación al respecto.
El título de la "Pajarita" en cuestión: "La Muerte Triste", pero que el título no os lleve a confusión, pues no es triste, dentro claro está de la tristeza que conlleva La Muerte. Cuando la vi al pasar las hojas y la leí, me dije: ¡Dios Mío!, es ésta la que quiero, ésta refleja lo que quiero hacer ver. Sí, Abuelo, no puedes haber acertado ni haber elegido mejor lo que quiero que todos sepan de la lucidez, la dulzura, la valentía, la serenidad, la Paz... Ante las puertas del cielo, en el final de su vida terrenal y antes de pasar a su vida celestial, después de toda una vida de entrega espiritual. Dejó aquí su cuerpo, se izó su alma alzando el vuelo, desde su casa conventual hasta el cielo. Dios te acoge en su Reino. Querida Madre Santa Isabel.
Esto no ha hecho más que empezar con éstas palabras a las que seguirán las "Pajaritas" y algún comentario que le haré si vosotros me lo permitís, pero ha de ser con tiempo suficiente para que pueda hacerlo desde la oficina y en los momentos que disponga algunos ratos en los que pueda dedicar todo el que merece dicho homenaje. Gracias a todos por adelantado, por perder un poco de vuestro tiempo en parar vuestras tareas o cometidos para leer y atender a mis simplones escritos. Gracias a todos, de corazón.
LA MUERTE TRISTE
Acaso me preguntes, ¿pero hay muertes alegres?. Verdad sin duda alguna es acaso el trabajo más penoso y el que nos cuesta más. Verdad es que Dios puso en nuestra alma, y aún en todos los órganos del cuerpo, un afán de defensa, un instinto que nos hace resistir el embate tremendo de la muerte. Cuesta trabajo, gran trabajo morirse. Al alma, duele la separación y se diría que pugna por no irse de aquel cuerpo al que informó; el cuerpo se resiste y lucha por vivir, porque la materia tiene horror a su aniquilamiento.
Pero, a pesar de ello, hay muertes dulces, serenas, llenas de una apacibilidad de bienaventuranza, y hasta a veces de gozo. Son estas muertes las de aquellos que aprendieron el trascendente oficio al que se refería Fray Luis de Granada cuando decía: "Oficio es el bien morir que conviene aprender toda la vida"; son las muertes de aquellos que cumplen la sentencia del sabio: "Vive de manera que cuando mueras puedas desear haber vivido".
Es la vida jornada; jornada que hay que andar con todo el tino que aconsejaba Jorge Manrique al escribir: "Este mundo es el camino-que para otro es morada- sin pensar-. Mas cumple tener buen tino- para andar esta jornada-sin errar".
Son los mismos poetas gentiles los que preconizan una muerte digna, remate de una vida limpia y pura. Y así dijo Propercio: "La muerte no lo termina todo". Y Marcial: "Más triste que la muerte es la manera de morir".
Por ello, más que el temor a la muerte, ha de ser temeroso lo que a la muerte sigue, "Tema el alma su propia muerte y no la del cuerpo", decía San Agustín; y J. Balley exclamaba: "Ojalá vivamos de manera que no temamos a la muerte de aquí; y ojalá muramos de modo que temamos a la vida de allí".
Todas estas consideraciones son las que pueden hacer aceptar la idea de la muerte, idea que en las almas de grande santidad puede llegar a constituir una aspiración y una impaciencia como en la santa de Avila: "Muerte do el vivir se alcanza-no te tardes que te espero-que muero porque no muero".
Pero, ¿no hay muertes tristes?Por desdicha las hay. Las de los desesperanzados, las de los que no tienen fe, y, por carecer de ella, carecen de esperanza y, por faltarles estas dos virtudes, tampoco practicaron caridad. La muerte del incrédulo ha de ser pavorosa. El que cree, vuelve sus ojos a Dios, acude a su Misericordia, en sus congojas los sostiene y anima la esperanza . El que no cree, ¡qué espanto! La idea de morir le tiene que aterrar. Para él, la muerte es el aniquilamiento, el fracaso absoluto y horrendo de cuanto hizo, de cuanto practicó, de cuanto quiso. Es el frío de la nada.
Pero, tras de la muerte en vez de nada hay algo. Algo tan grande y tan trascendental como es la Eternidad y el juicio de Dios. Y quien fue su enemigo: quien luchó contra Él; quien en lugar de amor alimentó pasiones y venganzas y odios; quien vivió de este modo, ¡con qué gran desconsuelo morirá!
Hoy, lector, la idea de la muerte triste me obsesionó del todo. ¡Con lo alegre y lo santo que es llamarla, esperándola en paz, como un día Teresa de Jesús!.....
José Montoto
lunes, 1 de febrero de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Qué verdad esa frase de que más triste que la muerte es la manera de morir. Tenemos suerte porque nuestras flores están teniendo muertes dulces y unas vidas largas. Nos dejan un recuerdo tan valioso y un ejemplo de vida que es la mejor de las herencias. Y qué suerte tener esas pajaritas a tan buen resguardo en tus manos, Jesús, que las vas dejando revolotear poco a poco sobre nuestras cabezas. Gracias
Suerte he tenido yo porque esas cinco Flores, de esa mesa camilla depositaran y confiaran en mi persona tesoro tal y tan grande como ese
Hay un tesoro más que ella me ha enseñado en sus últimos días y que estará conmigo hasta el fin de los míos, algo que sólo te puede enseñar una persona cómo ella. Veréis, yo no temo a la muerte, a la mía, le temo a las de las personas que quiero, pues me hacen mucho daño, y soy tremendamente debil en estos momentos de la pérdida de un ser querido. Yo y la muerte nos hemos mirado a la cara directamente, incluso podría decir que me ha cogido de la mano, pero.... no ha podido llevarme con ella. No le temo ni lo más mínimo, le desafío de muchas formas y siempre de frente. La lección que me llevo de esta Gran Mujer es la entereza, la lucidez, la valentía, la impresionante aceptación de la llegada del final de su vida terrenal, la calma, la entrega del cuerpo que no del alma, la paz.... "y consiento en mi morir, con voluntad placentera, clara y pura, que querer hombre vivir, cuando Dios quiere que muera, es locura". Sabia en el vivir, sabia en el morir, enseñando en la vida, aprendiendo de ella en la muerte. Tremenda paradoja! Me quedan por vivir varias y dolorosas muertes. Se aprende a morir entre tantas muertes? Yo no temo a la muerte, a mi muerte. Y hablando claro y de frente, me atrevo a decirle y preguntárle: yo estoy preparado para irme! Lo estás tú para llevarme? No sé si sabré morir, pero te aseguro que no hay ni el más mínimo miedo al trance!!
Hay un tesoro más que ella me ha enseñado en sus últimos días y que estará conmigo hasta el fin de los míos, algo que sólo te puede enseñar una persona cómo ella. Veréis, yo no temo a la muerte, a la mía, le temo a las de las personas que quiero, pues me hacen mucho daño, y soy tremendamente debil en estos momentos de la pérdida de un ser querido. Yo y la muerte nos hemos mirado a la cara directamente, incluso podría decir que me ha cogido de la mano, pero.... no ha podido llevarme con ella. No le temo ni lo más mínimo, le desafío de muchas formas y siempre de frente. La lección que me llevo de esta Gran Mujer es la entereza, la lucidez, la valentía, la impresionante aceptación de la llegada del final de su vida terrenal, la calma, la entrega del cuerpo que no del alma, la paz.... "y consiento en mi morir, con voluntad placentera, clara y pura, que querer hombre vivir, cuando Dios quiere que muera, es locura". Sabia en el vivir, sabia en el morir, enseñando en la vida, aprendiendo de ella en la muerte. Tremenda paradoja! Me quedan por vivir varias y dolorosas muertes. Se aprende a morir entre tantas muertes? Yo no temo a la muerte, a mi muerte. Y hablando claro y de frente, me atrevo a decirle y preguntárle: yo estoy preparado para irme! Lo estás tú para llevarme? No sé si sabré morir, pero te aseguro que no hay ni el más mínimo miedo al trance!!
Hard Rock Hotel and Casino, Casino & Spa, Atlantic City, NJ - Mapyro
Hard Rock Hotel 경산 출장안마 and Casino in Atlantic City, NJ features slot machines, table games and blackjack. Find parking costs, opening hours and a parking 동해 출장안마 map of Hard Rock Hotel Rating: 시흥 출장마사지 3.8 여주 출장안마 · 남원 출장샵 4 reviews
Publicar un comentario