¡QUE APRENDAS A "BUSCÁRTELAS" Y SAQUES OTRO GENIO!
Chiquillo, ¿qué consejos te daría? Te has presentado en vísperas de Feria, por ahí no vas mal; quiero decír que sales contento, divertido. Pero -y tú no lo sabes, que es lo grave- eso de divertirse es muy difícil. Tan difícil que cada diversión deja un vacío en el alma. Porque bueno es que sepas que existen dos maneras de gozar: la una es divertirse; la otra estar contento.
De las dos, la segunda es la que vale. Se puede estar contento aun cuando se esté triste, y se puede, en plena diversión, sentir hastío, disgusto, y una gran desazón y un vacío en el alma. Procura, pues, y es mi primer consejo, buscar siempre el contento, aunque no te diviertas, y huir de diversiones que te puedan traer descontento interior.
¿Otro consejo? Otro. Que aprendas a vivir. Porque es que hay dos vivires. El uno es el vivir fisiológico y animal: ése no hay que aprenderlo: ese lo sabe tu organismo, porque la sabiduría de Dios dispuso tus órganos y sentidos. La otra manera la tienes que aprender, y lo grave es que en el aprendizaje fracasamos los más. Saber vivir, "buscárselas" como dice la gente de esta tierra, es ciencia muy difícil que no la enseñan en Universidades y Colegios. "Buscárselas" consta de dos partes muy diversas: la una es de acción y la otra de omisión. Una, la acción, te ha de llevar a buscar lo que puede pertenecerte en buena ley. Y debes buscarlo con celo y con afán hasta topar con ello. Y debes vivir ojo alerta para que no llegue otro y se adelante y te quite lo tuyo. Más por lo mismo, has de tener cuidado -y aquí entra la omisión- con no coger lo primero que encuentras a mano, si eso primero estaba para otro. Porque -y esto es corriente en esta vida- hay quien en vez de "buscárselas" se dedica a "hurtárselas" al prójimo. Y el hurtar es pecado.
¿Más consejos? Podría darte muchos, pero eres aún tan chico que no quiero agobiarte en el día primero de tu vida. No quiero que tu primera frase sea para decir "este abuelo es un posma". Así, pues, huyendo de tu enfado hago punto final. Sin embargo, y por si te hace efecto este consejo, yo te lo voy a dar. Mira: es preciso que al llegar a la vida vengas rompiendo moldes. ¿Muchos? No te diré que muchos; con dos que rompas me doy por satisfecho. No seas como tu padre, en el carácter; tu padre es un "cenizo". Ni seas como tu abuelo, que es un "cenizo" y medio y un "esaborío" muy regular. De éste voy a contarte un sucedido. Tu abuelo escribe quiscosa en la Prensa, y tiene sus lectores -más de lo que merecen sus escritos- y hasta ha logrado su poquito de nombre en la región. Y a tu abuelo le decía un señor hace dos días, "Le voy a presentar a mi mujer, porque está deseando conocerle; lee a diario sus cosas, y me ha dicho mil veces: "tienes que presentarme a ese señor". A lo que yo le he dicho: "¿Tú ves lo que te gusta leer sus cosas? Pues si lo vieras por la calle es una desdicha: embobado, pensando en las Batuecas, tan triste y lacio como el sacristán de la parroquia". Y tenía razón, que es lo más grave.
¿Ves tú, chiquillo, las cosas que les pasan a los que no tienen agilibus y no saben navegar por la vida ni aprenden a buscárselas? Sal más espabilado y más garboso y con más don de gentes. No seas también un "bú", porque, ya con tu padre y con tu abuelo está la cosa buena. Y pues vas a llamarte como el uno y el otro, procura que al nombrarte, si alguien pregunta; "¿Cuál?, respondan: "El alegre, el simpático, el que supo "buscárselas" y las supo encontrar.
José Montoto
(16/4/48)
1 comentarios:
Pues a ver si tienes más agilibus con las fotos de la Montotada, Pepe, que tenemos muchas ganas de verlas, y si no vamos a decir todos juntos: "¡que posma es este Pepe!". ¡Chiquillo! que hasta Jesusito se ha comprometido a "buscártelas".
Por otro lado, y ya en serio ¡vaya pajarita bonita! ¡no te quejarás!
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