con la Virgen de la Paz,
Paloma de Capuchinos,
mis hijos y mis sobrinos
salen a procesionar.
Papá fué Hermano Mayor
y mi madre Camarera,
quizá por éso nosotros
le tengamos tánto amor.
Cera y flores por delante,
bello manto por detrás;
nazarenos, costaleros
y la banda musical.
Con un canto angelical
le entonan bellas canciones
los niños que la acompañan,
por los más bellos rincones.
Los costaleros le cantan
juntos el Ave María,
le rezan a su Señora
y el público se emociona.
¡Qué maravilla escuchar
la plegaria de ésos hombres
queriéndola pasear!
La noche de la Señora
es la del Miércoles Santo,
toda Córdoba explosiona
queriendo rozar su manto.
Los jardines de Colón,
su último recorrido;
los costaleros rendidos,
y la gente quiere más,
pues la Virgen de la Paz
a muchos miles ha reunido.
Pero es la madrugada
y a su casa va a llegar,
lo último que se siente
es el Himno Nacional
y las ganas de llorar.
domingo, 23 de mayo de 2010
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