Creo que hasta el dedal se me queda chico
tengo, desde luego, que cerrar el pico;
sigo con la idea, la de adelgazar.
No hay quién me sujete, como sin parar.
Por fin he encontrado el papel del plan;
desayuno, poco; a media mañana, toma una manzana;
de almuerzo lechuga, pechuga y ya está;
éso sí, de agua me voy a hartar.
La cena ligera, es mejor incluso no abrir la nevera;
y si al acostarte el hambre te desvela, tómate una pera.
Así se adelgaza, no hay otra manera.
Y es que lo tengo que hacer;
aunque me cueste trbajo,
los "lacasitos" van a ir al "c . . . . o".
Tengo el armario llenito
de ropa que me está chica,
y con lo que estoy más cómoda
es con un "pichi" de Pryca.
Y no tiro la toalla,
pues a ver con éstos kilos
cómo me planto en la playa.
Tengo una lucha interior...
me debato entre mi hambre
y el tomar la decisión.
Acabo de levantarme
y ya he metido la pata,
porque he desayunado
dos tortas apestiñadas.
viernes, 21 de mayo de 2010
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