Yo molía, un poco ronca, y con los pies como si hubiera hecho el camino de Santiago, pero MUYYY FELIIIIZ, con la resaquilla emocional de un día como el de ayer cargado de intensidad.
Debo reconocer que mis niños iban al evento un poco asustados: “¿y tenemos que dar 120 besos?”, pero después los centenares de besos no parecieron importarle demasiado, y por la noche, cuando me los llevaba, decían “¿ya nos vamos? ¿tan pronto?”. Esta mañana lo primero que he escuchado ha sido “mamá, ¿por qué no nos mudamos a Lora?”… quien siembra recoge.
Tengo un montón de imágenes grabadas en mi memoria. Son como trocitos de un puzzle, que intento recomponer a la vez que recompongo mi cuerpo. Ya tengo una edad, aunque me cueste reconocerlo.
En primer lugar quiero agradecerle a Bruno todo lo que ha hecho. Ayer en el maremagnum no pude. Gracias a él todo ha sido perfecto, el sitio inigualable, el menú magnífico, y todas mis ocurrencias las resolvía en un periquete. Antes de que yo pidiera un alargador para el portátil, él, como si fuera un mago, ¡plaf! ya lo tenía en la mano. Él ha sido el verdadero organizador, y no quiero colgarme medallas que no me corresponden. La de oro para Bruno, y luego, las demás si queréis las compartimos Jesusito, Rocío, Machús, yo, y todos los abnegados recaudadores a los que le hemos dado una paliza tremenda para que fueran cerrando las listas de asistentes. Y un último premio para todos los que habéis puesto tanta ilusión, que habéis venido de tantos sitios para que la reunión haya tenido tanto éxito de crítica y público.
Lo que más me gustó fue ver a esos siete Montoto Flores disfrutando juntos, y a las dos tías Dolores, y a las Castillo… ¡Vaya lujo contar con esa mesa presidencial! Somos afortunados por tener esos genes octogenarios tan ilusionados. Nunca tuvo más sentido el título de aquella Pajarita con la que abuelo cerró el telón: "La gran función: vivir". Vaya lección de vida tenemos con ellos. Nada más que por eso merecen la pena los callos que tengo hoy. Cuando recupere mis fuerzas iré a ver qué se comenta por la mesa camilla, seguro que no tiene desperdicio. Me encantó el ratito que eché con el patriarca, tío Jesús, que siempre me sabe a poco, y estoy deseando leer sus valiosas memorias, desde aquí quiero achuchar a su secretario personal a que se dé prisa en esas correcciones que está haciendo, y me encantaría que nos mandara algunos fragmentos al blog, para ir abriendo boca.
Las ausencias estuvieron muy presentes. Sobre todo al verlos en las fotos de la película, tan llenos de vida. Es curioso. He visto miles de veces las fotos para hacer la película, y hasta ayer no lloré al verla. No lo pude evitar. Soy llorona. Lloro hasta con el anuncio ese de los turrones de vuelve a casa por Navidad. Gracias a Ful por su asistencia técnica, es difícil ver si está la imagen enfocada cuando tienes la lloriquera puesta y una pajarita de papel en la mano para secarte las lágrimas.
Y que sepa la mesa camilla, que la preciosa foto que recibí tan bien enmarcada ya tiene un lugar de honor al lado de otra de mi padre, a la que nunca le falta un jarroncito con jazmines frescos. Ahí están los dos. Perfumaditos y presidiendo mi casa y mi corazón. Gracias.
Ayer me dijeron una frase que me llenó de orgullo: eres la más montoto de las montoto. Dos veces la escuché, en boca de dos personas diferentes. No sé muy bien en qué consiste eso de ser la más montoto de las montoto, pero me gusta como suena, sea lo que sea. Es una gran responsabilidad, y espero estar a la altura.
Y con respecto a los descendientes, ahora mismo escucho la musiquilla familiar de la peli que proyectamos ayer, que mis niños repasan en otro ordenador, y escucho sus comentarios: “ése del bañador es el tío Jesús jajajaja”, “mira, tía María con su perrito” “y ese es el bisabuelo de las pajaritas con Carmen Sevilla” ¡se la saben de memoria! ¡conocen nombres de personas que hace menos de un año no tenían ni idea de quién eran! ¡y se quieren mudar a Lora! ¿no merece eso la pena? (a los de Lora os diré, para tranquilizaros, que no pienso mudarme allí, podéis estar tranquilos).
52 nietos, me dijeron ayer que tenía el abuelo (y yo, la número 30), y... ¿cuántos bisnietos? ¡menuda tercera generación que tenemos entre todos! ¡qué guapos/as todos/as los de la generación facebook! (parezco la bibiana) ¡los chicos, los medianos y los mayores! (que tienen CASIIIIIII mi edad, jejeje). Me encanta conoceros, aunque sea poco a poco, y prefiero veros en persona que en el Facebook que se me pone un muro en la cabeza y no sé pa donde mirar.
Pero sobre todo quiero hacer un recuento de las promesas que escuché, para que queden por escrito una vez que pasen los efluvios etílicos y no se queden en agua de borrajas:
-Ignacio M.C. prometió escribir cosillas, y enseñarnos las cosas que conserva de abuelo y la Hermandad Carretería (tienes una voluntariosa secretaria perfectamente preparada, así que ponte manos a la obra).
-José Luis M.C., decídete de una vez, hijo. Sólo se tarda un minuto en enviar un correo electrónico con eso que tú sabes, sobre todo porque ya lo tienes escrito, y Jesusito o yo te lo ponemos mono.
-Jesús M.S.: te recuerdo lo de “holaaaaaaa” (nosotros nos entendemos). No aspiramos a que te den un sillón de la Real Academia. Y lo dicho: convence a tu padre para que nos ponga de vez en cuando un trocito de sus memorias, a modo de primicia.
-Maruja M.C.: no hace falta cursillos, entra dos o tres veces y verás lo fácil que es. ¡Las dos nacimos el mismo día, en algo se tiene que notar! Y de ahí al Paraguay es un saltito nada más.
-Isabel Mª M.C.: no nos abandones, nos encantan tus lentejas, haznos más potajitos.
Esas son las que recuerdo por el momento… ya me iré acordando de más.
Gracias a todos, vuestra presencia me ha hecho sentir de nuevo que somos una Gran Familia. En todos los sentidos.
Y como anticipo, aquí van las primeras fotos, las que hizo Marta:
7 comentarios:
Querida Cristina;en primer lugar darte las gracias a tí y a todos los que habéis hecho posible el magnífico día que ayer pasamos. A mí se me quedó corto, deberíamos organizar el próximo como las bodas gitanas, tres o cuatro días. Como residente en Lora que soy te digo que para mí sería un orgullo que "la más montoto de los montoto" fuese mi convecina, en mi casa tienes la tuya y además la calle donde vivo hace esquina con la principal del pueblo. Principal por su ubicación, pero sobre todo porque está rotulada con el nombre de José Montoto y González de la Hoyuela. Al final tendré que enviarte las torpes letras que un día mandé a Jesús. Espero que sepas darle mejor forma y así poder publicarlas. Reitero mi más sincera enhorabuena a todos los que ayer hicísteis posible que nos sintiéramos más "montoto". Un fuerte abrazo.
José Luis, pues cuando la organices tú como una boda gitana me voy en babuchas para aguantar los tres o cuatro días, a ver si puedo acabar en el tablao con los post-juveniles, en vez de en mi casa con mis pre-adolescentes y mi dolor de pies.
Oye, por más que miro en el correo no encuentro "tus torpes letras" ¿se habrán perdido por el espacio interestelar? ¡qué misterio!
seguimos igual, la cancion mas famosa the sound of the silence
Hola oscuridad, mi vieja amiga,
He venido a hablar contigo otra vez.
Porque una visión arrastrándose suavemente
Dejó sus semillas mientras estaba durmiendo.
Y la visión que fue plantada en mi cerebro
Todavía permanece dentro de los sonidos del silencio.
Esa es la traducción, Simon & Garfunkel. Es bonita ¿no?
Escuchen mis palabras que podría enseñarles,
Tomen mis brazos que podría alcanzarlos.
Pero mis palabras como silenciosas gotas de lluvia cayeron,
E hicieron eco en los pozos del silencio.
Y la gente se inclinó y rezó
Al dios de neón que crearon.
Y el cartel encendió su advertencia
Con las palabras que estaba formando.
Y los carteles decían que las palabras de los profetas
Están escritas en las paredes del subterráneo y en los conventillos.
Y murmuradas en los sonidos del silencio.
¡ATENCION ATENCION! a todos los que asistieron a la montotada, si alguien a extraviado unas gafas de sol, pongase en contacto con Jesús a traves del blog para volver a recuperarlas
yooooooo! ¡llevo 5 días buscándolas! ¡y mira que me han hecho falta por tu culpa ezu-lín chian po!
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