Querido Ignacio:
Como lo prometido es deuda, y contigo la contraje en este día tan amable que hemos pasado todos juntos, quiero dar constancia y reafirmar lo que en su día de tí publicó tu hermana Rocío.
Sólo con verte se puede dar uno cuenta de que eres una persona elegante, con estilo, prestancia, serio, de buen parecer, pero claro, para ser bueno no sólo hay que parecerlo, también hay que serlo, y ante esto perdona que te diga que tú lo eres, lo sé porque he podido comprobarlo en varias ocasiones.
Verás, cuando aún no te conocía lo suficiente, (eramos los dos mucho más jóvenes) y te veía, me decía "que primo más serio". Infundías respeto, siempre tan recto, elegante, tan repeinado, pero claro, como te digo, aún no te conocía lo suficiente para saber cómo eras en verdad, ahora que te conozco bien, cosa que me alegra enormemente, no por ser primos o más que primos, simplemente porque tengo mucho que agradecerte, y simple y llanamente, nada que reprocharte, cuando me hizo falta ayuda y te la pedí lo hiciste sin dudarlo, no sólo en momentos importantes, también en pequeñas cosas y gestos que te honran como buena persona que eres, y como tú dices que presumes de bien nacido, el refrán al que te refieres reza así , "de bien nacido es ser agradecido" ¿no? pues yo te doy las gracias por ser como eres, porque das sin esperar nada a cambio, y eso es de agradecer.
Te voy a recordar uno de esos gestos, un simple y tonto gesto, tú también lo recordarás, fue en el bar Bolonia de mi hermano Luis, cuando intentaba hacerme el nudo de la corbata y no era capaz de hacérmelo, llegaste tú y... "a ver niño, ven para acá... plis, plas, tacata, piripin, pin, pin..." y el nudo hecho. Bueno, pues desde entonces cada vez que me hago el nudo de la corbata me acuerdo de ti, fíjate lo que puede hacer un simple y tonto gesto.
Has pasado por varios tragos muy duros en esta vida, tragos que he compartido contigo, pérdidas irreparables de personas queridas por los dos, también hemos pasado muy buenos momentos entre nosotros y con alguien que los dos hemos querido con el corazón, tu padre, Tío Cesáreo. Momentos inolvidables en Lora, en Santa Marina, en Barbate (conferencia de flamenco inigualable) por nombrar algunos... ¿te acuerdas? claro que te acordarás, esos momentos no se olvidan, los malos, por ser malos, porque te afligen, y los buenos por ser agradables y bonitos para recordarlos.
Bueno, con esto quiero decirte que aquí tienes a alguien que bien te quiere, y que estará dispuesto a dar por ti y por Lali, (sois tal para cual) lo que sea de la misma forma que tu haces con las personas que están a tu alrededor, hermanos, primos, sobrinos, amigos, etc. etc...
Que sepas que estas sencillas palabras que aquí te pongo, no son para adularte, ni para homenajearte, ni nada de eso, sé que no te hacen falta homenajes y que posiblemente no te gusten, sólo es la verdad pura, para que no te quites méritos ni virtudes, y le des la razón a tu hermana Rocío que bien te quiere.
Otra cosa, yo nunca he sido persona de llorar, fíjate que la de veces que me he caído de la moto, escaleras... y me he roto algo, el dolor físico que te crea cualquier porrazo de los que me sigo dando todavía, te puedo asegurar que duelen bastante, pues no me hacen llorar, y sin embargo cada vez que entro en el blog, y leo algunas de las cosas que hay publicadas se me caen las lágrimas a montones, soy como Cristina, lo veo todo borroso, te lo digo porque cuando hay un buen corazón, amable y noble, es lógico que pasen esta cosas.
Espero que esto que cuento aquí no te moleste, "el regaera" lo hace con todo su cariño, para que el que no te conozca sepa como eres, y punto.
besos, para ti y para Lali
martes, 10 de noviembre de 2009
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