por: Isabel Montoto de Flores
Cristina, no sé como expresar todo lo que en tu reportaje me has hecho sentir. Sola en casa he vuelto a verlo una y otra vez.
La primera foto de esa niña nacida en el año 1888 me impresionó, y en cada foto nos haces recordar muchas cosas. Cada foto al mirarlas nos recuerdan lentamente su vida. Su infancia feliz, la época feliz de su juventud, después su boda, su vida en Madrid y la ilusión de su primer hijo, Cesareo, mas su vida feliz en Cádiz donde formó una familia numerosa.
En la foto en la que está sentada en el sillón, muestra ser una persona seria y serena en actitud de estar tomando conciencia de todos los actos de su vida.
Las siguientes fotos ya empiezan a reflejar sus años difíciles de atravesar todo debido a la guerra de 1936, que para ella fueron tan difíciles de llevar.
Después, ya estas últimas fotos aparentan tener más edad de la que tenía, 53, pero para mí son las que recuerdo con más intensidad, pues fueron las últimas de su corta vida, y en ella, en la última foto como último recuerdo nos muestra su mirada dulce y serena.
Es bonito ver que el reportaje empiece con una foto del abuelo sonriente, y que aparezca de la misma forma al terminar, pues si él hubiese podido presenciar este día se sentiría muy feliz.
Gracias a todos y para todos
lunes, 9 de noviembre de 2009
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1 comentarios:
Me alegro que te guste, tía Isabel. Es la segunda vez que hago una peliculilla así y tenía muchas dudas de que saliera bien. Si hay algún profesional en la familia notará mi inexperiencia, y aunque vuestro cariño borre muchos fallos, yo sé que existen. ¡Y hay mucho jovenzuelo por ahí harto de ver vídeos muy bien hechos por el internete!. A ratos me entraba la inseguridad y la vergüenza de que los demás los vieran también (aunque me los perdonaran, porque son buenísimos todos en esta familia). Pero bueno, pensé que a pesar de sus fallos y la falta de técnica sería un bonito regalo, sobre todo para vosotras. Y me lancé sin paracaídas.
Busqué y rebusqué en todos los cajones que pillé y encontré algunas joyas (como la de Jesusito en bañadorjajajaja), le quité todas las de las tías, algunos primos me dieron más, Jesús me mandó vuestras... pero había muchos huecos. Faltaban grupos familiares, aunque pedí varias veces que me mandaran fotos (ya sabéis cómo soy de pesaíta), quité las de boda porque pensé que íbamos a acabar con la existencia de klinex, encontramos a tío Cesáreo de primera comunión demasiado tarde, y faltaban demasiados años (incluso décadas ¡agggg!) de todos juntos, desde el último cumpleaños del abuelo hasta la fantástica Montotada que organizó Isabel en el 2002...
Y a ese montonazo de fotos le fui dando vueltas, hasta que fue tomando cuerpo. Dudé mucho cómo ponerlas, las cambiaba de sitio una y otra vez, le quitaba y ponía músicas... Pero ¿sabes lo que no cambió desde el principio hasta el final? la que abre y la que cierra. La del balconcito. Porque esa foto representa al abuelo tal y como lo recordamos muchos de nosotros, los de la "segunda generación". Y porque a él está unida nuestra memoria común. Con él nos conocimos, alrededor de él nos vimos crecer, y nos enseñó a disfrutar juntos y a querernos, sus cumpleaños eran las primeras Montotadas, las que abrieron el camino que nosotros, con mucho más esfuerzo, intentamos seguir. Por eso abre y cierra lo que somos, y nos mira y nos lee sonriente desde la cabecera del blog.
Y bueno, luego está la abuela. Sus fotos van más lentas que las demás. Hay menos, porque su vida fue más corta, pero no por eso quería que fuera más deprisa. A ti, que la conociste, te trae recuerdos de vuestra vida con ella. Pero yo, al verla pasar por mi pantalla, reconocí vuestros ojos, vuestra sonrisa y ese porte que tenéis, y quise que los demás se dieran también, no sé si lo habré conseguido.
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