muy, muy, muy, muy al final,
(y no me lleveis la cuenta)
Domingo por la mañana,
hicimos en mi colegio
La Primera Comunion.
Para empezar os dire,
que el traje que yo lleve
no era mio, era de mi hermana,
pero yo lo aproveche.
Todas iban de uniforme,
asi que desentone.
¡Con lo mal que lo pase,
ni siquiera`proteste!
Pues corrian otros tiempos;
si eso llega a ser ahora,
el sicologo de guardia
te denuncia y te enchirona.
A todo esto, mi madre,
estaba triste, amargada.
Solo unos dias atras,
se murio mi tio Miguel,
no tenia ganas de nada.
La nena que tenia al lado
miraba atras y decia:
"¿Que le pasa a tu mama,
que llorando tanto esta?
Y a mi me descomponia,
del corage que me daba.
La fiesta fue un desayuno.
Invitados, los justitos;
solamente mis vecinas,
las de Ricardo Molina.
Los niños, papa y mama,
mi tia Carmen y mi abuela,
os juro que nadie mas.
De regalo, una cajita
redonda, con caramelos,
era de color rosita;
y como tapa tenia
la cara de una negrita.
Por lo menos, tuve uno,
que lo pille por los pelos.
Tambien tuve otro regalo
del que jamas disfrute.
Mi abuela de Bujalance,
me dio 500 pesetas,
un capital, desde luego,
pero nunca las pille.
"Trae paca que tu las pierdes",
dijo mi madre aquel dia;
y cuando se las pedia,
la contestacion que daba
no me convencia nada.
Cada vez que la decia:
"Mama, dame mi dinero",
mi madre me contestaba:
"Creo que no te debo nada,
tu a mi me debes la vida,
¿que te crees, que eso no es nada?
Se sentia como ofendida,
yo diria que hasta dolida.
Entonces yo replicaba:
Pero el resultado fue
que sin pelas me quede.
Esto paso, mas o menos,
cuando aquello del barbero;
no solo perdi mi pelo,
perdi tambien mi dinero.
Por muchos años que pasen,
siempre lo recordare.
Si por demencia senil,
cuando sea viejecita,
yo elucubrara:"¡El barbero, mi dinero,
las quinientas pesetitas!"
No sera que ya estoy loca,
es que cuando a una la torean,
ese trauma no se borra.
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