Boletín informativo de la Hermandad de la Carretería
Año IV- Abril de 1975
Nº 27
Homenaje al Ilustrísimo Sr. D. José Montoto y González de la Hoyuela
Con motivo del honorífico nombramiento de “HERMANO MAYOR A PERPETUIDAD” el pasado día 23 de Febrero y en el Cabildo de Oficiales convocado para la toma de posesión de la nueva Junta de Gobierno, se dio lectura al Decreto por el que la autoridad Eclesiástica, a petición del Cabildo General, concede a nuestro Ilustre Hermano el nombramiento anteriormente mencionado.
A continuación toma la palabra el Sr. Montoto y con la elocuente sencillez que siempre le ha caracterizado, nos formula una concesión, que es todo un compendio de humildad, brote espontáneo solo capaz de surgir de un hombre poseedor de unos valores espirituales como los que Don José atesora.
a Lo he dicho muchas veces. No se decir que no. Si supiera decirlo no estaría en este instante donde estoy.
Es el hecho que un día llegasteis hasta mí los de la Carretería, me hicisteis una propuesta inesperada, y no supe negarme. Claro es que se trataba de una propuesta tentadora: la de elevarme a un cargo que no pude soñar.
Yo era muy aficionado a las Cofradías. Me encantaba su espíritu, me encantaba y emocionaba el verlas desfilar por esas calles, y recorría Sevilla en todas direcciones por ver salir a una, por ver entrar a otra, por contemplar el paso de esta por tal esquina, por ver cómo iba aquella por su barrio... y gozaba no poco, aunque caía rendido cada noche de la Semana Santa. Por mi sola afición y sin que nadie me lo hubiese pedido, un día me hice Hermano de la Hiniesta, en donde soy el Hermano número 23, otro día me hice Hermano de la Cena, y otro del Valle y la Coronación.
De la Carretería no lo era. Pero un día quiso Dios que sí lo fuera, y para ello me impulsó a pasar por la calle Varflora una tarde de besamanos de la Virgen. Entré, recé una Salve, la miré, y nos gustamos mutuamente. Porque Ella me gustó, me pareció que era poco una Salve. “Esta Virgen, me dije, merece mucho más, Y entonces le recé un Rosario enterito. Y porque a Ella, por lo visto le gusté yo también” me echó el “gancho” de modo original: inspirándome la idea de dejar una tarjeta solicitando ser admitido en esta Hermandad.
Así, de esta manera tan impensada vine a esta Cofradía. Y vine atraído por una fuerza rara e inexplicable, lo dice el hecho de que luego, a la hora de los cultos, a los que asisten muy contados Hermanos, yo, que era el más bisoño y el más desconocido vine puntualmente cada tarde y el día de la función, sin conocer a nadie.
Poco tiempo después, por no se qué razón –porque razón no había- van un día a visitarme y me proponen ser Hermano Mayor. Yo, que si fuera mujer tendría muy mala fama por no saber jamás decir que no a ninguna propuesta que me hacen, dije lo que yo sé decir: que sí, que bueno. Y de Hermano Mayor he estado varios años. No he dicho que lo he sido. Digo solo que “he estado”; que me he sentado en el sitio de honor y que he dejado hacer a los que saben: a Juan Castro, a Rafael, a Alfonso, a Vega, a Mesa, a Troncoso, a Sandino, a Guerrero... a todos vosotros Hermanos Mayores.
Y lo más admirable es que durante estos años me habéis tratado con tal cariño y tales atenciones que en verdad yo he sentido muchas veces rubor. Y es, -no hay que darle vueltas- que sois gente muy buena; que la Virgen de la Luz ha alumbrado en vosotros claridades de amor y caridad; que nuestra Madre de la Soledad os inspiró el que no me dejarais en soledad que evidenciase mi carencia de dotes de gobierno; que el Señor, desde el trono de su Cruz, me quiso redimir del fracaso que habría sido mi gestión sin los auxilios vuestros.
Y por si fuera poco, a la hora de marcharme habéis tenido la singular fineza de querer que me quede entre vosotros de un modo en el que habéis unido lo honorífico con lo real: de honor, pero con voto.
Dios os lo pague a todos. Algo que es superior a vosotros y a mí nos une de manera singular. Vine aquí porque un día Dios me guió a pasar por la calle Varflora. Me integré con vosotros, porque la misma Virgen “me echó el gancho”; porque al mirarla Ella, y al ver de qué manera me miraba ella a mí, me conquistó del todo y os pedí me admitiéseis. Y ahora, como final, me quedo entre vosotros porque sois tan buenísimos que no me habéis querido despedir.
Señor don Zacarías: a buena parte viene su merced. Le doy la enhorabuena porque es caso feliz este de ser Hermano Mayor de una Cofradía que tiene tan buenísimos Cofrades. Y a nadie digo adiós, porque yo no me voy. Porque entre el Cristo, entre Nuestra Señora, y entre todos vosotros, me habéis dejado preso para siempre en esta grata cárcel de la Carretería.
-------------------------
Una vez terminado el Cabildo, en nuestra Sala Capitular se le ofreció un sencillo acto en su honor, con la proyección de dos maravillosas películas donde se recogen distintos aspectos de nuestra Hermandad.
Las películas, plenamente logradas, son realización de nuestro hermano Don Francisco Álvarez, los acertados y poéticos comentarios de nuestro hermano Don Antonio Busto y las poesías que también ilustran las cintas de nuestro hermano Don Manuel García Fernández, todas ellas de gran belleza.
Como bello prólogo de las proyecciones nuestro hermano Don Antonio Busto, tras unas acertadas palabras de ofrecimiento, nos brindó de forma magistral la lectura de una hermosa y emotiva poesía dedicada al homenajeado, silenciando el nombre del autor a petición del mismo.
-inspirado con la pluma y la palabra-
Artista en su marianismo primoroso, repartió sus devociones entre la Setefilla de Lora y el Mayor Dolor del Arenal sevillano y saleroso.
Forjó todo un capítulo del periodismo español con su obra copiosa y su humanidad excepcional.
Pero sobre todo sus “Pajaritas” volando, se alzaron tan arriba, que son páginas inolvidables de su inefable historia profesional.
¡Cuantas anécdotas en su recuerdo bullirán, cuantos hechos y cuantas citas en su memoria dormirán!
Pero acaso nada en su mente logre igualar, la rememoración de la tarde aquella, en que paseando por una calleja del viejo Arenal, vino a quedar fielmente enamorado, de una Virgen preciosa y singular; una Virgen cuya mirada inundada de dolor, como sus “pajaritas”, hacia el cielo se quería elevar.
...Y a sus pies quedó Don José, a sus pies su alma y su oración, a sus pies su fervor mariano, a sus pies la esencia de su corazón.
¡Por eso él no podía irse nunca de junto a Ella!
¡Por eso la Carretería la ha ofrecido con emoción, ese titulo entrañable que le otorga!
¡Para que él, por siempre siga viviendo la eterna primavera, de aquella cita de amor!
El amor que prometió aquella tarde, a la que entonces fue también su Virgen:
¡LA VIRGEN DEL MAYOR DOLOR!
Terminó el acto con los consabidos parabienes al agasajado, en medio de una gran fraternidad y las copitas de vino de rigor.
sábado, 23 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
No sé cómo que todos los nietos y bisnietos no estamos debajo de ese palio....
Lo tenéis muy fácil,haceros hermanos y a los menores que los hagan sus padres.Ya lo somos algunos desde hace tiempo.
Tienes toda la razón, así que tú tendrás que presentarnos.
¡Saludos!
Yo estoy en ello,quiero hacerme hermano, espero que sea pronto, pero tengo que ir a Cadiz a recoger la partida de bautismo, quien me mandaría a mi nacer en cadiz, ¡que cosas tienes jesús!
Pues yo tendría que ir a Córdoba....
Da igual a donde tengais que ir,lo que importa es que nos hagamos hermanos.Por supuesto que os presento además tengo muy buenas relaciones con la Hermandad donde todavía queda gente que estuvo en la Junta de abuelo.Lo recuerdan con enorme cariño y respeto.Animo
Pues que se vayan preparando las fábricas de tejidos... no van a tener tela pa tanta túnica...
Y las de carton, porque como yo salga de nazareno y me tengan que hacer un capirote, no va a haber carton pa hacer cajas en una temporá
po sí... ¿y si sales de costalero? entre las impresiones triplicadas de la mesa camilla y los capirotes nos van a poner una ecotasa por deforestación reiterada... piénsatelo
Si salgo de costalero, le van a tener que poner ruedas al paso, porque si me meto yo debajo no cabe nadie más y lo vamos a tener que empujar
Publicar un comentario