Hoy es el cumpleaños del abuelo: 120 años, ¡quién se lo iba a decir!. Y lo vamos a celebrar leyendo una de sus Pajaritas: la que escribió en 1967 con el nombre de la fecha de hoy, donde desgranaba sus deseos para celebrar su cumpleaños.
Del 15 de febrero del 89 hasta el día de hoy han transcurrido 78 años si es que las matemáticas no mienten. Cuando yo era chiquillo, aparte de que a los 78 llegaban muy contados, el que arribaba a ellos arrastraba los pies, iba encorvado, y su cara tenía una de arrugas que era una perdición. La higiene, los progresos, el régimen dietético, todo ello combinado, nos permite hoy a muchos andar por esas calles en tan buen estado de conservación.
Pero los años son los años, y si por una parte nos respetan, por otra nos atacan sin piedad. Ellos se llevan por delante ilusión, ambiciones, entusiasmos... y agilidad mental, hasta hacer de nosotros sombra de lo que fuimos. Aunque, su eso se llevan, otra cosa nos traen: deseos de quietud, ansias de descansar... En resumen, lo que podría definirse como la inquietud por la quietud; el deseo acuciante de emplearnos en lo que en realidad es desempleo; el deseo fervoroso de mandar en el tiempo en desquite del tiempo que él nos tiranizó. Uno entonces aspira a no tener que hacer nada obligado para poder hacer sólo su antojo.
Los antojos varían de unos a otros. Son antojos acordes con el modo de ser de cada cual. Y mi antojo a esta hora es el andar errante. Cádiz, Madrid, Sevilla, Lora y Córdoba me atraen por igual, y entre ellos quiero repartir por igual mi tiempo, aparte de excursiones que surjan y se ofrezcan atrayentes. Yo aspiro a decansar una docena de años, por lo menos. Es una aspiración que escuece un poco, porque ella representa el reconocimiento de haber llegado a la etapa final: el reconocimiento de que el 89 ha quedado lejísimos, y desde él a este año dio la Tierra más vueltas que un peón.
Febrero, tan cortito, fue un mes muy providente para mí. En él vine a la vida; en él nació el primero de mis hijos; en él nacieron varias de mis nietas -una de ellas el 15 como yo-; en él se casó un hijo, y en él nació también la "pajarita", hace 23 años. También me trajo duelos, pues se llevó a mi padre, el día 13, y uno de mis abuelos rindió su vida el 11.
La vida, aún para aquellos a quienes nos concede Dios años bastantes, es corta de verdad. Mira uno para atrás y se queda pasmado. ¡Si apenas hace nada de todo lo lejano! Veintitrés año mozo, treinta después casado, veinticinco viudo, treinta y tres de mi ingreso en El Correo... y todo me parece que fue ayer. Cuando cree uno estar empezando a vivir, resulta que se encuentra en el final.
Que el final absoluto tarde mucho es lo que pido a Dios. ¡Doce añitos, Señor, haciendo yo mi santa voluntad! Sin nada obligatorio, sin empleo ninguno, dueño del tiempo yo. Y que en los años esos lo que vea sea atrayente, agradable, feliz...
¿No pensáis que su Dios le concedió todo lo que quería? ¡más de doce añitos de vida errante entre Córdoba, Madrid, Sevilla, Cádiz y Lora, todavía presente e igual de vivo su recuerdo en todas estas ciudades! Porque sólo muere aquél que no es recordado. Así que él está vivito y coleando, y con sus antojos cumplidos, mira por donde.
Y además, añadiendo otra celebración a su lista para este mes de febrero: un nuevo nacimiento, el de este blog hecho para recordarlo, y espero que desde el balconcito donde está colocado, tan sonriente como muchos lo recordamos, hagamos entre todos que vea muchas cosas atrayentes, agradables y felices. ¡Felicidades, abuelo!
9 comentarios:
Pues resulta que en febrero nacieron también mis dos hijas, aunque con 10 años de diferencia, el 18 la mayor y el 16 la pequeña, Teresita y Carla Anarte Cordón Romero Montoto.
Creo que deberíamos cambirle el nombre "Montofebrero" o algo así
Ya conocemos los nombres de dos de las tataranietas.
En febrero, también el 18, nació mi hermana Maria Dolores Montoto Castaños. Y un 20 de febrero vinieron al mundo tanto su marido (Antonio Jose), como mi mujer (Carolina), que aunque no son descendientes de abuelo se consideran Montotos de adopción.
Un saludo a Teresa y al resto.
Santiago Montoto (como anónimo de nuevo, a falta de saber como "elegir una identidad").
Pues mi niño también nació el 12 de febrero! je, je...
Nuria, pues eso demuestra que el mes de junio es altamente fértil para cierta rama de los montoto Jejeje... (para mí es el 15 de agosto, ya que mis tres niños nacieron el 30 de abril)
El 15 de Febrero, nació también mi madre, Isabel Montoto Linares(nieta a la que se refiere en la pajarita)y mi tia Malén Montoto Linares el 1 de mismo mes.
Reyes. Una de la cuarta generación. :)
¿Los 3 el 30 de Abril? Eso si que es casualidad...
Ay, ay , ay...lo que nos gusta un verano... eh?
y los percebes y los percebes, y la servesita y la servesita ein!
Cristina, yo también nací el 30 de abril. La verdad es q en una familia tan grande, raro ese q no coincidamos en fechas.
Publicar un comentario