Lo primero que quiero hacer es pedir disculpas, ¿por qué? Pues lo hago por un error, pero sí de humanos es errar, de sabios es rectificar, por esto pido disculpas, aunque sé que a quien me voy a dirigir no se molestaría en absoluto, no le importaría, pues días más o días menos el sentimiento que le pongo a la felicitación del que sería su 96 cumpleaños es exactamente igual que si él estuviera aquí, igual que si hubiera o hubiese sido en su día, exactamente el: 21/02/2010; es más, a las 13:00 horas del domingo 28/02/2010, el que está escribiendo esto, va a abrir una cerveza, mirará hacia el cielo, brindará y se la tomará con el que fue su tío y persona tan importante en su vida, si alguien quiere acompañarme sólo tiene que hacer este pequeño gesto, mirar hacia el cielo y decir: ¡va por ti tío Cesáreo!.
Este día es domingo, será para mí como cualquier domingo de los que nos sentábamos a tomarnos una cerveza, bueno como cualquier día porque tomarse una cerveza, o simplemente pasar un rato de agradable charla contigo era un placer ¿por qué a las 13:00 horas? Porque a esa hora iba yo todos los días que podía a buscarte a tu casa o al bar “la brasa” y allí estabas, con esa sonrisa que en todo momento lucia en tu rostro, sonrisa que no escatimabas a nadie, era tu ratito, era ese momento del día en el que todos nosotros podíamos disfrutar de tu compañía, momento que tú deseabas que fuera lo más concurrido posible, te gustaba tanto estar rodeado de tu gente y de tus amigos, ¡parece que te estoy viendo tío Cesáreo, cuanto te echamos de menos!
Corto espacio de tiempo el que pudimos compartir, pero imborrable, suficiente para conocernos, para vivir cada instante lo más intensamente posible, sólo puedo y quiero darte las gracias por todos estos momentos, por aceptarme tal y como era, por confiar en mí, por ser tío y padre a la vez, en definitiva, por quererme, por dejarme ser sobrino e hijo, que es lo que intenté ser, algo que para mí ha sido un verdadero orgullo, que lo es todavía, y porque si no te lo dije alguna vez cuando aun estabas aquí con todos nosotros, aunque no hiciera falta decirlo, los dos lo sabíamos, sí te lo voy a decir ahora, te quiero tío Cesáreo y aún te sigo llevando en el corazón.
Corto espacio de tiempo el que pudimos compartir, pero imborrable, suficiente para conocernos, para vivir cada instante lo más intensamente posible, sólo puedo y quiero darte las gracias por todos estos momentos, por aceptarme tal y como era, por confiar en mí, por ser tío y padre a la vez, en definitiva, por quererme, por dejarme ser sobrino e hijo, que es lo que intenté ser, algo que para mí ha sido un verdadero orgullo, que lo es todavía, y porque si no te lo dije alguna vez cuando aun estabas aquí con todos nosotros, aunque no hiciera falta decirlo, los dos lo sabíamos, sí te lo voy a decir ahora, te quiero tío Cesáreo y aún te sigo llevando en el corazón.
Bueno cambio de tercio, que no me quiero poner triste en este tu día, verás te quiero publicar una “Pajarita” que te dedicó abuelo hace ya 56 años. No sé porque, pero cada vez que escribo algo lo termino con una “Pajarita” necesito leerlas, necesito una referencia para escribir, busco donde, como hacerlo, aquí lo encuentro todo y además me tomo la libertad de ponerle nombre o titular lo que escribo , en esta ocasión no lo voy a hacer, pues el titulo de la misma es el mejor que se puede dar a esta felicitación que quiero hacer pública y compartir con toda la familia, seguro que tampoco te importará compartirla con todos.
Hace hoy cuarenta años. Sábado era aquel día. Era al amanecer de aquel día de Febrero cuando llegaba al mundo el primer hijo. Tas él llegaron once. Quedaron sólo diez. ¿Es bueno que haya muchos? ¿Es bueno que haya pocos? Bueno es aquello que nos manda Dios. Si son los hijos muchos es mayor el trabajo, mayores los desvelos, y el cuidado mayor. Si son los hijos pocos, es la vida más fácil, más cómoda, más libre, y es la holgura económica más amplia.
Pero teniendo familia dilatada la vida es más intensa, más activa, más vida; cuando hay muchos en casa todo se valoriza de otro modo, se da a todas las cosas la importancia que tienen, y todo se pondera en toda su justeza y todo su valor. En la casa en la que hay mucha familia se aprende una gran ciencia. La ciencia de luchar. Y luchando, luchando se va forjando el alma y templando el carácter, y se aprende la ciencia de domar a la vida, que es un caballo loco que a tu menor descuido se quiere desbocar.
No ocurre siempre, pero ocurre mucho. Los hijos solos y los hijos ricos están en gran peligro de malograr sus vidas: unos, porque se tuercen entre el ocio y costumbres disipadas. Otros, porque aun viviendo honestamente, como no creen sentir necesidades, no suelen afanarse en estudios y empresas que, aun cuando trabajosas, son fecundas.
La clase media es la gran cantera de donde salen los ciudadanos más llenos de virtudes sociales. Y la familia numerosa es como el núcleo de esa gran cantera fundamental hoy en la sociedad.
No ocurre siempre, pero ocurre mucho. Los hijos solos y los hijos ricos están en gran peligro de malograr sus vidas: unos, porque se tuercen entre el ocio y costumbres disipadas. Otros, porque aun viviendo honestamente, como no creen sentir necesidades, no suelen afanarse en estudios y empresas que, aun cuando trabajosas, son fecundas.
La clase media es la gran cantera de donde salen los ciudadanos más llenos de virtudes sociales. Y la familia numerosa es como el núcleo de esa gran cantera fundamental hoy en la sociedad.
Cuando se llega a una cierta altura de la vida, ocurre con los hijos como con las acciones y trabajos. Si al llegar a una edad vuelves la vista atrás y recuerdas una época trabajosa y difícil en la que los conflictos y las penalidades amargaron tu vida, sientes un gran placer al recordar aquello, considerando cómo se edificó sobre el agrio cimiento de dolor tu ventura actual.
Pues lo mismo los hijos: ¡qué trabajo criarlos; qué noches de insomnio, agobiado de cargas y de obligaciones; qué inquietudes ante las enfermedades, qué privaciones a veces y cuantas ansias insatisfechas en holocausto al deber! Pero luego, ya criados, ya puestos en camino, ya a flote de toda marejada peligrosa, ¡con qué satisfacción no ves el día de hoy, ese día de hoy que tú has parido a fuerza de dolor!
Pues lo mismo los hijos: ¡qué trabajo criarlos; qué noches de insomnio, agobiado de cargas y de obligaciones; qué inquietudes ante las enfermedades, qué privaciones a veces y cuantas ansias insatisfechas en holocausto al deber! Pero luego, ya criados, ya puestos en camino, ya a flote de toda marejada peligrosa, ¡con qué satisfacción no ves el día de hoy, ese día de hoy que tú has parido a fuerza de dolor!
Hace hoy cuarenta años me llegaba un chiquillo que es ahora comandante y padre de familia numerosa. Hace hoy tres semanas me llegó el nieto más pequeño ahora. Hace cuarenta años, un solo descendiente. En el día de hoy son 23.
Loado sea Dios. Y por loarlo por ello, y por agradecerle esas mercedes, en la mañana de hoy, en el convento de humildes Mercedarias de la villa de Lora, y ante esa imagen de un Santo Cristo –el coste de cuya talla, en no pequeña parte, él hubo de pagar- habrá una Misa pidiendo por el hijo que naciera ese día… y por todos los otros: que todos son mis hijos porque Dios me los dio.
JOSÉ MONTOTO
7 comentarios:
Y nunca olvidaremos su cumpleaños, en Lora, casi todos reunidos (nosotras a pesar de la pena de no haber celebrado el de mi padre unos días antes, el 11 de febrero, por primera vez). Aún así hicimos de tripas corazón y nos fuimos en el autobús para aquel cumpleaños-despedida. Fue un magnífico colofón a su vida, que hizo que para siempre tengamos su sonrisa y sus ganas de vivir en nuestro recuerdo.
Ya no son horas, pero mañana, yo también brindaré.
P.D. (y el 28, a las 13:00 horas brindo otra vez, ¡faltaría más!)
Hola Cris, sí soy yo el desapaciguado, gracias por todo, brindaremos juntos (los dos días)por tío cesáreo y por tu padre ¡faltaría más! te voy a decir una cosa, ese cumpleaños-despedida fué uno de los días más felices de su vida SEGURO, esta jornada tan feliz para él la terminamos juntos (en el bar, "la brasa"), no cabía más gozo en su corazón, pletorico, una cara de felicidad, de alegría, una sonrisa, toda su familia reunida, misa en setefilla, comida en Lora; ¡niño que día más bueno! estas eran algunas de sus palabras, no quería que el día se acabara; ¡niño tomate otra!
¡otra tío cesáreo, yo no puedo más!
¡pero como decir que no? quien cortaba ese día si no era él,
un puro en una mano y un güiski en la otra, el pensamiento iba y venía, pensamiento puesto en este su día, día que no quería dejar que terminara, se puede explicar en una palabra "FELICIDAD".
Felicidades a los dos, tíos: Miguel y Cesáreo
Tio Cesáreo era tan alegre, y lo pasaba tan bien con todo... Hace unos años lo llamé por si quería venir en Diciembre a una "zambomba" de jerez, y por supuesto que se vino, acompañado por Ignacio.
Lo pasó en grande; primero cenamos unas 40 personas en el restaurante El Bosque, y después nos fuimos al flamenco. Eran las 5 de la madrugada y tio Cesareo estaba más despejado que nadie.
Mis amigas quedaron encantadas de él, nunca habían conocido a nadie con ése cáracter tan estupendo, no daban crédito a su aguante. Todita la noche con su copita y su cigarro y disfrutando más que nadie.
Me encantó que viniera porque lo pasó estupendamente.
Desapaciguado, la hora del brindis me pilló en la carretera, así que lo atrasé un poco. Y como eran dos brindis me tomé dos cervecitas (una detrás de otra ¿ennnn?), y como me puse tierna, me tomé un vinito porque yo lo valgo, total, que no me cundió mucho la tarde.
Sé de buena tinta que tienes palabra, no lo dudaba, yo brindé, me tomé más de dos y de tres, pero no por la cantidad puede ser más o menos cariñoso, o más o menos emotivo. Al ponerte tierna sólo demuestras lo buena persona que eres, los buenos sentimientos que llevas en tu interior, esa copita de vino que te tomastes porque "tú lo vales" yo entiendo algo así cómo que tú vales mucho más que una simple copita de vino, tú eres la vid que dá esos frutos, frutos que en forma de uvas una vez recolectadas, trabajadas, y tratadas con toda la delicadeza darán el mejor vino del mundo, en poca cantidad "porque lo bueno si breve dos veces bueno" esto es lo que tú vales para mí. Besitos
Ya he iluminado tu entrada con la foto que me has mandado, jesusito... y no he puesto ni un acentoooooo!
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