En esta vida cada cosa tiene su momento, su época, su sonido, su color, su expresión...
Tenemos en el vocabulario infinidad de palabras que nos ayudan a matizar, exactamente, lo más adecuado. Expresiones hay para todos los gustos; y también disponemos del refranero popular (su "género chico"), sobre todo en Andalucía; no me imagino a un ruso diciendo un refrán con salero.
Hay palabras que suenan suaves, "alba", por ejemplo; y otras, como "guerra", lo hacen de un modo tan fuerte que parece que esta enfadada (grrrrr)
Yo tengo mis predilectas, me gustan más las que incluyen varias "aes": alma, alba, karma, mar, playa, arena, Asia, azucena, papa, mama... son muchísimas, pero si tengo que elegir entre todas, me inclino por las dos primeras y las dos últimas.
En cambio, no me gusta nada ni "culpa" ni "pena". Nada más que de pensarla me imagino a un preso con su pijama de rayas con cadena y bola de hierro enganchada a su pie. O se me viene al pensamiento alguien malhumorado y pesimista.
Otras dos que tienen "tela" son matrimonio y patrimonio, ¡que formalidad!; son trascendentales. No sé, pero tampoco me gustan.
Se me olvidaban "mamarracho" y "fartusco", me gustan y me hacen gracia.
De entre los nombres propios tambien tengo mis preferidos; me gusta Ignacio, Luis, Santiago (en todas sus versiones), y hasta Pepe ( por "c . . . . . s"). Femeninos: Cristina, Reyes, Belén, Violeta y otros más.
Y, sobre todo, me gusta el amanecer, la puesta de sol en el Atlántico y la nieve sobre los pueblecitos de montaña.
domingo, 14 de febrero de 2010
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4 comentarios:
Pues a mí Cristina me parece un poco largo, la verdad, mi padre me lo puso porque así se llamaba mi tía (su hermana), y a él le gustaban los nombres "abstractos".
A Marta (también abstracto) le iban a poner Salud (figurativo a más no poder), pero Rafaela se quedó con mi madre por la noche en la clínica y la niña se la pasó llorando. Rafaela se inventó una cancioncilla para consolarla que decía así: "saluuuuuiiiiiitaaaaa, saluuuuuiiiiiitaaaaa". Así que por la mañana, cuando fue mi padre a verla, mi madre, que estaría hasta la coronilla de los berreos de las dos le dijo: ¡ni hablar! ¡de saluiiiiitaaa ni hablar!. Y lo cambiaron por el abstracto. Gracias a Rafaela.
Las palabras matrimonio y patrimonio son de plomo, pero la palabra culpa, como dice una amiga mía: ¿la culpa pesa?, ¿la culpa se vé?,¿la culpa se toca?, pues me dá igual que me la echen. Buena filosofía.
Las palabras matrimonio y patrimonio son de plomo, pero la palabra culpa, como dice una amiga mía: ¿la culpa pesa?, ¿la culpa se vé?,¿la culpa se toca?, pues me dá igual que me la echen. Buena filosofía.
Perdón, le he dado dos veces y ahora no sé como borrar una, así que tenéis mi comentario por duplicado.
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