Vuelvo de nuevo a la familia, nunca salgo de ella, ¿cómo salir? ¡Imposible! Pero esta vez se lo vamos a dedicar a una persona que desde su recogimiento, desde su casa, que también es la nuestra, (en estos casos se suele decir desde la sombra), pero para ella, esto no sería correcto, porque no hay sombra en ella, no puede haber nada sombrío en lo que está lleno de luz, de esa luz divina que lo ilumina todo, luz que la alumbra y es norte en su vida, vida entregada a Dios, persona que vive por, y para los demás, con estas sencillas, verdaderas, cariñosas y escuetas palabras, imagino que ya todos sabréis de quien hablo ¿verdad? Pues sí, hablo de: Madre Santa Isabel.
Sé que todos/as la queremos, que nos acordamos de ella, pero como ella se deja ver poco por aquí, pues por las obligaciones que la ocupan no tendrá mucho tiempo, o todo el que ella quisiera para dedicarnos, yo le voy a publicar una “Pajarita” en la cual veréis, cosa que no hace falta explicar, ni decir, la grandeza de corazón de nuestra querida Madre Santa Isabel.
Esta “Pajarita” se la dedicó abuelo después de una reunión familiar, “Pajarita” que ya publicó Cristina en el blog, titulada: “Gran Fiesta Familiar” en la cual os daréis cuenta de lo que digo, me daréis la razón, veréis como lo que hablo de ella es poca cosa, para la valía que posee.
Espero que no te moleste mi atrevimiento al publicar esta “pajarita” pero lo hago con todo el cariño, no será como el que tú le pones al escribirle a tu padre, ni como el de tu padre al contestarte a ti, pero sí es con el cariño de un sobrino que te quiere, y se acuerda de ti. Madre Santa Isabel.
FUE LA QUE PUSO MÁS
Alguien me ha preguntado por cosas del domingo. ¡No ha contado usted nada! Me decían. ¿Y qué voy a contar, si ello no tiene narración posible? Lo saliente del día –en el que tanto hubo- fue saber el origen de aquella grande fiesta; que la idea inicial y la gestión que dio vida al proyecto fue de aquella persona que sabía de antemano que le sería imposible concurrir. Idea doblemente generosa, puesto que ella envolvía dos generosidades: la del organizar, y la renuncia al goce de asistir.
Yo lo supe aquel día, cuando después de Misa –de aquella Misa en la que el P. Ángel Carrillo puso tanta emoción con su sentida plática– hemos llegado a casa. Allí me han entregado carta de ella; de la hija religiosa, de la abnegada Madre Santa Isabel. Carta de hija y de monja; carta en la que rebosan y se mezclan los conceptos filiales con los otros conceptos místicos de exaltado amor a Dios. Carta de una hija monja que por monja no deja de ser hija, y que por hija le habla como monja a aquel que le dió el ser.
¿Las monjas egoístas? Eso afirman algunos cuando dicen: “Se van a su convento, -dicen- ahí queda eso, y se olvidan de todo”. ¿Que se olvidan de todo? ¡Qué se habían de olvidar! Hacen una amalgama, subliman el amor humano con gotas exquisitas de amor a lo divino, y siempre están presentes, atentas y solicitas a aquello que dejaron sin dejarlo del todo, porque una ley inflexible, que es la ley de la sangre, las ata fuertemente a lo dejado.
“Trascendencia y valor. Entregué a Dios lo humano y Él me dio lo divino. La hondura de esta vida de verdad en que vivimos no pueden calcularla los que la miden con criterios humanos”.
Y después de otros párrafos con muy hondos conceptos, prosigue de este modo: “Volvamos a tu día. Ya sé que la celebración será loreña, y el altar de la Virgen el punto principal de la jornada. Tanto allí, como luego en casa, os reuniréis todos en gran concentración. En casa he dicho, y en verdad que es la de Lora la que merece por entero el nombre de “casa”. Para mí esa es “casa”, ungida por el paso de mamá, llena de sus recuerdos, y guardando en sus rincones, esos rincones maravillosos de la casa de Lora, tantas cosas de aquellos tiempos en que vivíamos juntos con vosotros los diez. Ese día seréis más: quince sois los mayores y veintidós los chicos que, si mal no recuerdo, están comprendidos entre los dos meses y los diez u once años. Pienso que con tanta chiquillería alborotando va a parecer la casa el Limbo en día de fiesta.
En fin, papá, que pases un gran día. Ya te dirán que en el regalo colectivo yo no he puesto una chica, porque según mi condición monjil hace ya muchos años que no tengo ni dispongo de una. Pero he puesto la idea, y todo el gran deseo de que sea de tu agrado. Que pases un cumpleaños muy feliz rodeado de tus treinta y siete mayores y menores. Treinta y siete vástagos entre hijos y nietos a tu lado, ya son setenta “años florecidos”.
Y con algunos párrafos en los que la miopía que el amor de los hijos pone al mirar al padre, y ver en él lo que en verdad no hay, se termina esta carta, para mí memorable.
Y eso fue aquel domingo para mí: mucha gente a mi lado, unos versos donosos recitados con gracia por mi nieta mayor en nombre de ella propia y los otros veintiuno...
Y esta carta; esta carta de aquella que no vino, pero que en realidad fué acaso la que estuvo más presente. Y la que puso más. Porque si no dinero, que no tiene, puso lo más hermoso: la idea, la iniciativa, el corazón...
JOSÉ MONTOTO
20 comentarios:
Es preciosa la pajarita. Se ve que hoy toca llorar.
¿En qué fecha fué? Recuerdo, si es la ocasión a que yo me refiero, que grabamos en un "magnetofón" de los de entonces una cinta mandándole saludos de absolutamente todos, mayores y niños.
El evento fue en 1959. En el mismo año fue bautizado José Luis en Cádiz, él cumplía 70 años y viajó a México y Nueva York. Y la menda lerenda no había nacido todavía (jejejeje), es más, mis padres ni se habían conocido o estaban casi casi (jejeje otra vez)
Pues si cumplió 70 años y este año ha sido el 120 aniversario de su nacimiento, hace 50 de este cumpleaños.
Yo, que soy más viejo que el loro de La Perla (en Córdoba no se conoció al loro Montoto) sí que había nacido. Si fué antes del 31 de Agosto, tenía yo 4 años y si no, 5. Tengo numerosos recuerdos de aquél día, soleado y magnífico. Nos veo a los primos nacidos y a mí mismo corriendo y jugando sin parar por el patio segundo, por el corral trasero y por las terrazas del piso superior de la casa. La otra escena era la de los mayores sentados en el salón del piso alto. Nos llamaron a los niños para entrar a grabar la cinta que dije antes.
Pues mira, como nació en Febrero tendrías 4 ¡qué memoria, hijo!
Yo también me acuerdo del magnetofón, (claro que yo tenía 12)
Parte de la poesia, que la escribió tio Rafael decia:
Aunque tu te llames abuelo
y cumplas setenta años,
tu no estas como un buñuelo,
que te conservas ¡como oro en paño!.
Te gusta mas un albañil,
que a los loros, el perejil.
Te fumas cada Chicote,
que te tiembla hasta el bigote.
Cuando cumplas los ochenta,
te saldrá mejor la cuenta.
¿Hay alguien que se acuerde de algo mas del verso?.
La leyó una niña ¿Quien era?
¿No fué su nieta mayor la que recitó con gracia los versos donosos?
No. Nos parece que fue o Tere o Pepi, pero no estamos seguras.
Eh! Aligeraos, ¡Que son las diez y media, y de aquí no nos movemos hasta no averiguarlo!
Pues yo tambien me acuerdo de ese dia y tenia 7 años. La mesa camilla, en el salon de arriba estaba junto a una ventana/puerta por la que se salia a la terraza esa que rodeaba todo el patio, y por la que corriamos como locos. Recuerdo una planta enredadera preciosa que estaba en la terraza y que nos veiamos unos a otros, segun por la parte que corrias o estabas al lado o estabas enfrente.
Y del magnetofon tambien me acuerdo, saludamos a tia Conchita. Y recuerdo al abuelo sentado, muy satisfecho, en un sillon de oreja.
Al cumpleaños de los 75 no pude ir, porque tenia un colico tremendo y, como mi madre se fue, se quedo cuidandome mi abuela de Bujalance.
ah! pues de esa grabación hay fotos en el álbum! Las pongo arriba para que las veáis.
¡la mesa camilla en vivo y en directooooooo!!! ¡y yo me lo he perdíoooo! es que no se puede una ni ir a cenar!
P.D. ya tenéis las fotos de la grabación arriba
¿Y el magnetofon? ¿existirá todavia? Sería estupendo poder escuchar todo lo que grabó.
Recuerdo que la primera grabación se fastidió por algún problema de tecnología punta de la época y tuvimos que repetir los saludos.
¿Le gustaban los albañiles? En eso no ha sacado parecido la Tía Salud.
A mi padre también le gustaban los albañiles, más o menos como el perejil a los loros.
Aqui está la famosa canción o poesía que recitó, Pepa Montoto Castrillón el día del cumpleaños de abuelo, aunque ella sostiene que no era su cumpleaños.
Querida tía conchita
ven que te queremos ver
querida tía Conchita
ven que te queremos ver
tus sobrinos queridos
y tus hermanos también
Pio XII, Pio XII, pio XII, y Juan XXIII
A la madre superiora
le pedimos por favor
a la madre superiora
le pedimos por favor
que te manden a Sevilla
para que te vea yo
Pio XII,Pio XII,Pio XII y Juan XXIII
la musica es de una canción de la tuna que se llama: el pio pa pio
¡qué memorión! pero esa es otra ¿no? no es la que pedía la mesa camilla, la que decían ellas era una que le escribió tío Rafael al abuelo (la han puesto arriba)...
Ah! estamos organizando un chateo en vivo y en directo con la mesa camilla en el blog a las 9... no sabemos cómo tienen la agenda, pero si alguien quiere unirse, puede estar divertido.
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